"¿Hiciste lo que te pedimos?" Una voz profunda y conocida hizo acto de presencia por el auricular de su teléfono.
"Los dos fueron heridos, pero el indicado recibió el impacto de la bala, no creo que moleste otra vez" sonrió sarisfecho con su hazaña mientras limpiaba su arma y la guardaba en su estuche.
"Perfecto, ¿no había nadie más con ellos?" el rubio niega con su cabeza sin importar que el hombre no lo estuviese viendo en ese instante.
"Un chico, pero escape, dudo que haya visto mi cara" asegura resignado y se deja caer en su gran cama, bostezando.
"De acuerdo, espero que ese chico no fuera importante o de otro modo, sufrirán las consecuencias y sabes a lo que me refiero" la voz escalofriante que utilizó el hombre le puso los pelos de punta y provocó que tragara sonoramente.
"N-no lo es señor, de ser así lo habría eliminado también, nunca lo había visto con ellos" escucha una risa profunda y malévola tras la línea antes de que la comunicación se cortara dejándolo con una profunda incertidumbre.
Después de tirar el aparato sobre su cómoda y cuando pensó que podría dormir el sonido de su puerta siendo tocada bruscamente lo sobresaltó.
Tembló por un momento viendo hacía dónde provenía el estridente sonido, sospesando sus opciones, no había escapatoria y lo sabía muy bien. Mordió su labio inferior y tomó lo primero que apareció en su camino a la puerta de entrada, un jarrón, si actuaba rápido podría crear el tiempo para escapar.
Puso su mano temblorosa en el picaporte y luego lo giró se aferró al jarrón pero el rostro que vió allí nunca lo esperó ni de cerca.
"Te encontré" una voz profunda, un par de ojos verdes y luego el dolor a un lado de su rostro.
Continuará...
