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"Hoseok no está a salvo, debes protegerlo"

Siete palabras que fueron suficientes para que toda sensación de tranquilidad abandonara su cuerpo y se transformara en un nudo en su garganta mientras el corazón le latía desbocado.

Sus pasos hacían eco en los pasillos, suceso que no le brindaba ningún tipo de calma sino aumentaba su desespero como su necesidad por llegar a la habitación de Hoseok y verlo acostado en su cama tomando una siesta, rogando por ello.

Sabía que no era buena idea dejarlo, desde el momento en que Hoseok le pidió que fuera a descansar debió haberle dicho que no lo necesitaba y quedarse allí, dios, tenía tanto miedo.

No quería que le hicieran daño de nuevo, no otra vez, sintió un gran dolor en el pecho cuando se enteró que Hoseok estaba herido y no pudo hacer nada para detenerlo.

Dolor que estaba volviendo y se intensificaba a pasos agigantados.

La única cosa que pudo calmarlo un poco fue ver la puerta a pocos metros suyos, con tropezones incluidos el trotó hasta ella, su sudor era frío y respiración errática como si hubiese corrido por horas y horas.

Entonces, empujó la puerta con manos temblorosas y con los nervios siendo el único punto de unión entre su mente y él mismo. Pero, apenas pasó al interior la única presencia que encontró allí fue la de un enfermero de turno, la cama de Hoseok permanecía como si hace poco el hubiese estado allí, cada pieza en esa habitación le daba un horrible sabor de boca.

"¿Dónde está Hoseok?" su voz brotó de su garganta ronca, como si un extraño artefacto hubiese sido puesto en medio de ella y ahora no lo dejaba respirar.

El hombre se giró con desesperante lentitud y cuando lo encaró fue su rostro lo que no esperó ver, menos esa sonrisa espeluznante que ya sumaba varios puntos a la tabla de cosas que no le daban buena espina en toda esa situación.

"Oh, Fugaz, que eficiente" soltó el hombre en un tono burlón y sarcástico. "Supongo entonces que lo dicho por Galáctico es cierto"

"¿Qué es cierto?" Interrogó en voz baja con el enojo y frustración que había arrastrado consigo allí arrastrándose por sus venas. "¿Qué hiciste con él?"

"Vaya, para ser nuestro mejor aprendiz a veces eres bastante lento" comenzó a acercarse hacía el con las manos metidas en sus bolsillos casualmente. "¿Yo?, no le hice nada... bueno, al menos no es mi trabajo, simplemente lo facilite para ellos" se puso frente a él y le dió una mirada que lo hizo sentir sucio por un instante.

"Eres despreciable" le gruñó con la mirada desafiante puesta en él.

"Gracias, primor, pero nada de lo que digas me interesa, ya está hecho y en el tiempo que acabas de malgastar conmigo tú pobre Hoseokie ya podría estar muerto" soltó una carcajada malévola y los siguientes actos a partir de allí sólo fueron un borrón en la memoria de Jungkook.

Mark era uno de los aprendices más ágiles en todo el equipo, tenía buen manejo de la espada y las armas, siempre aprendía más rápido que los demás. Jungkook solía admirar sus capacidades a la hora de los enfrentamientos y en más de una ocasión le habló para pedirle consejos entablando una amistad de esa manera.

Sin embargo, ese hombre que se presenta frente a él no hay manera de que sea su amigo puesto que no lo reconoce.

Ahora mientras lo sostiene por la garganta con su mano apretando cada vez más nota que su duro esfuerzo por mejorar y todas las emociones abrumadoras que lo hacían temblar daban sus frutos, la jeringa que Mark había querido inyectar en su cuello se hallaba tirada en el suelo y el rostro del otro se ponía rojo en cada intento por alejarlo.

"No sabes cuánto me gustaría asesinarte pero, no voy a manchar mis manos con algo tan sucio como tú sangre. No voy a repetirlo una vez más, así que espero que cooperes, ¿dónde está Hoseok?" Su voz sonaba furiosa y tan diferente a sus propios oídos, podía ver el reflejo de su rostro en los ojos temerosos color magenta. El rostro del hombre era como un libro abierto en dónde el miedo y el dolor eran las emociones más fuertes aunque sus manos poco a poco perdían la fuerza y sus ataques para detenerlo cada vez eran más leves y lentos.

"L-la..." jadeo por aire apretando su antebrazo. "Azotea" finalizó y entonces Jungkook lo dejó caer.

El hombre comenzó a toser de forma estrepitosa mientras tomaba tantas bocanadas de aire como podía sólo que Jungkook no se quedó para continuar viéndolo, corrió como si su vida dependiera de ello mientras codificada de forma mental un comunicado dirigido a Namjoon y luego lo enviaba con ayuda de su collar. Cada pared del establecimiento parecía hacerse más pequeña en cuánto cruzaba por ella, si a Hoseok le sucedía algo él... él moriría de tristeza porque no podía imaginar un universo sin su sonrisa, hacerlo le dolía.

Por favor espérame un poco más, por favor resiste.

Dio con las escaleras para subir a la parte superior del edificio, abrió la puerta y corrió arriba sin calcular cuántas eran, no le importaba, él debía llegar. Sus músculos se sentían tan pesados, sus ojos picaban, necesitaba verlo... Necesita saber que seguía con vida.

La puerta que daba hacía el exterior se hizo presente, entonces escuchó un grito y un sonido sordo, todo en sí mismo dejó de funcionar.

Tomó el pomo y arrastró la puerta hacía atrás con fuerza, el sonido que causó fue escandaloso captando de inmediato la atención de las dos personas que ocupaban aquel espacio.

Hoseok mantenía los ojos pocamente abiertos, su cara salpicada por sangre y una marca cada vez más roja en su mejilla, estaba tan lastimado y frágil que Jungkook quiso llorar, pudo hacerlo pero en ese instante en todo lo que pensaba era en terminar con el causante de aquel daño.

Con su amenazante postura se abalanzó contra el hombre que sostenía el arma frente a él, el sonido del gatillo siendo jalado resonó en el silencio, una bala salió disparada pero Jungkook pudo escapar de ella con facilidad, se sentía tan impotente que no tenía miedo alguno por lastimarse él mismo.

Golpeó la mano que mantenía el objeto con la punta de su pie, provocando que este se resbalara de ella y acto seguido le lanzó un puñetazo al hombre justo debajo de su mandíbula, supo que había sido lo suficientemente fuerte para dejarlo atontado por el crujido que salió a raíz de la acción.

Continuó con los golpes algo desprolijos hasta que una mano se envolvió en su muñeca y el primer golpe fue depositado en su rostro, luego otro en su zona abdominal.

"Eres tan patético como la raza humana ahora" le sonrió sin una pizca de diversión. "Te enamoraste, ¿no es así?, el niño humano te atrapó" tomó su mandíbula con fuerza mientras extraía un objeto de su bolsillo que al desplegarlo reflejaba una hoja corto pulsante, afilada y lista para romper su carne. "Es una pena que no podrás decírselo"

"¿Estás seguro de eso?" Se escuchó la voz firme de Hoseok tras ambos, luego otro disparo y finalmente el rostro del atacante se transformó en una mueca de dolor y luego cayó al suelo.

Jungkook levantó su mirada a Hoseok, se mantenía de pie con dificultad, su herida nuevamente sangraba, pero se las arregló para sonreírle y sin importarle su propio dolor el corrió hacía él, lo tomó en sus brazos y apretó contra su pecho.

Hoseok, su Hoseok seguía con vida.

Dejó un beso sobre su cabellera y suspiró aliviado.

Ambos oyeron un jadeo que provenía de algún lado en la azotea, pero sabían que el hombre no podía atacarlos, la bala había impacto justo en su columna, incluso aunque lo intentara, el no podría levantarse ahora.

"Jungkook, saca a Hoseok ahora, debemos salir de aquí, no es seguro para ninguno"

La voz de Namjoon sonó a través de su collar y él no lo dudo ni un minuto más, tomó entre sus brazos el cuerpo de Hoseok y salió corriendo de allí con él.

𝘨𝘢𝘭𝘢𝘹𝘺 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora