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Son días que vuelven y noches que dejaron de existir.
Regresan en pensamientos que resisten a vivir.
He demorado a presenciar todo lo que se halla oculto, todas aquellas palabras que salvan a cualquiera de morir entre silencio. Años fugaces que narraron entre versos toda la sobra que caía sobre mis manos. Alegrías que pudieron extenderse, vivirse llenas de júbilo, y que con sigilo se extinguieron, ya sin rastro.
Esta noche al ocaso, el día de mañana, al primer albor del cielo...

Camina a ojos cerrados, y en la brisa del rocío, espero yo por ti...










Encuéntrame, corazón. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora