Que de aquella noche fría...
Un sólo verso quedó.
Perdía la consciencia,
Sobre aquellos ojos negros,
Donde veía mi reflejo,
Como agua cristalina.
Se había llevado mi alma,
Ese jueves que partió.
Que de aquella noche fría,
Un sólo verso quedó.
Un secreto entre sonrisas,
Que no debía ocultarse,
Ese que lleva su nombre,
Incapaz de pronunciar.
Y se marchaba, después del llanto...
Que jamás llegara tarde,
Su consuelo era yo,
Que de aquella noche fría,
Un sólo verso quedó.
Veo aún la silueta en el portón,
Aquella figura sublime,
Con la luz de la alborada,
El viento a su ser moldeó.
Para el martes ya lloraba...
Entre nubes de la noche,
Lágrimas tan dolorosas,
Su sonrisa no volvió.
Que de aquella noche fría,
Un sólo verso quedó.
De consciencia interrogante,
¿Donde habías estado, vida mía?
¿Por qué te escondías de mi?
Incansable a cualquier tiempo,
Tan amable y sin piedad.
Siento todavía su cuerpo,
Agotado de callar,
Mirando como termina,
Y cómo no floreció...
Que de aquella noche fría,
Un sólo verso quedó.
...Anhelo merecerte, en ésta y mil vidas más;
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Encuéntrame, corazón.
PoezjaUn suspiro arrinconado que clama mi nombre, lejano aún. Un recuerdo repentino, y una vida de distancia...
