Todo sucedió en una noche oscura, sin estrellas, solo iluminado por la bella luna, nadie sabía absolutamente nada sobre el, simplemente apareció de la nada, un bebé con una de las pieles más blancas que pueden existir en ese pequeño pueblo, su llanto fue escuchado por una pareja humilde, que lamentablemente no pudieron concebir hijos propios, lo encontraron en medio del bosque mientras está pareja volvía de un día agotador, su piel era delicada y fina, tan bella que inclusive un rasguño podría verse abominable, sus ojos eran dos bellas piedras preciosas color verdemar, eran increíblemente bellas, era un niño tan hermoso que no podían dejarlo desamparado.
Morgan y Nathan eran una pareja no tan joven que estaba a nada del divorcio, el motivo para esto era que desafortunadamente Morgan era estéril y nunca podría engendrar un hijo debidamente.
El tiempo paso, aproximadamente dos años, nadie sabía nada sobre la madre de Christopher, como decidieron bautizarlo, tal parece que la única testigo de la verdad era la plateada luna que alumbraba en esa noche sin estrellas, aquella que dio felicidad a este devastado matrimonio que ya estaba remediandose, pero tanta era la alegría de tener a un niño jugando en la casa que decidieron adoptar otro para que protegiera a ese pequeño ángel.
Distintos orfanatos recorrieron hasta que se decidieron por un niño de cabellos negros como la noche y ojos color avellana de nombre Sonny Moore con la piel ligeramente bronceada, ese tierno niño de 6 años fue el afortunado en ser adoptado por un matrimonio que estaba dispuesto a brindarle su totalidad en atenciones, fue el hermano mayor de el pequeño Christopher y se mantuvieron tranquilos por un tiempo.
Al siguiente año se llevaron la grata sorpresa de que un bebé estaba en camino, Morgan estaba embarazada, los pequeños estaban encantados con un nuevo integrante, se podría decir que era uno de los mejores días para está familia, paso el tiempo, los nueve meses se concluyeron y nació un niño de cabellos castaños tirándole a rubio y ojos azules el cual llevaría el nombre de Martín.
Eran felices juntos, poseian una armonía perfecta en su hogar, como en todo matrimonio había protestas y conflictos, pero nada que no pudiera solucionarse dialogando. Al cumpleaños número 21 de su hijo menor estos tres varones aún no tenían su vida formada, esto claro sin un cónyuge ya que los tres sentían que su otra mitad estaba en algún lugar pero que aún no la han descubierto, además de querer concluir con sus estudios.
Un desempleo de su padre, la enfermedad de su madre fue suficiente para que los dos varones mayores comenzarán a buscar trabajo apresuradamente, por parte Sonny se había establecido en un trabajo de medio tiempo para terminar con su carrera de médico cirujano, no quería ser uno más, quería ser el mejor y para eso trabajaba para pagar sus estudios, pero con tan mala suerte su tobillo se había fracturado en una mala caída al aterrizar tratando de solucionar un problema con su tejado, ahora con Sonny inválido y con Martín sin la más mínima experiencia sobre el trabajo toda la responsabilidad quedaba en manos de Chris, no importa como el sacaría adelante a su familia, para que nada les faltará.
-es por mi familia- respiro profundo para después llamar a la puerta
-¿Que se le ofrece joven?- fue atendido por una mujer de avanzada edad con un traje de mucama
-¿Se encuentra el señor Philip Alan Walker?- pregunto el chico sosteniendo con nerviosismo el anuncio que encontró pegado a un poste mientras caminaba
-¿Quién lo busca?- pregunto la mucama mirándolo con curiosidad
-supe que solicitaba un jardinero- hablo con tranquilidad mientras metía sus manos en los bolsillos del pantalón -quiero el trabajo
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La luna de testigo {Marshlan}
Fiksi Penggemar-¡jodete Alan!- grito muy enojado el chico de prendas blancas -te deseo Christopher- confesó el Noruego •°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•° -te amo, como nunca he amado a alguien antes- confesó tímido mirándolo fijamente a los ojos ...