Íncubo //Frerard//

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La brisa de otoño adornaba de una manera tétrica la habitación del chico con ojos avellana curioso e impaciente por terminar aquel trazó que en definitiva no se asemejaba en nada al original, proyectado en su celular. Era una típica noche de viernes cuando buscando entre foros datos curiosos encontró una página muy poco fiable sobre un tema muy poco conocido almenos para el "Incubos" se titulaba a simple vista pensó que era como crear tu propia mascota, pero conforme más leía mas curiosidad se adueñaba de él.

 Se posa encima de la víctima femenina o masculina durmiente, para tener relaciones sexuales con quien duerme.

Puesto que era tan solo un chico de 19 años, aburrido un viernes por la noche y frustrado sexualmente, sin contar que evidentemente pensó que no funcionaría comenzó a realizar el ritual.

Velas, incienso, y un simple símbolo en un trozo de papel.

Una vez listo, y con una sonrisa de satisfacción por tan terrible arte, encendió las velas y comenzó con la oración, su voz era incrédula y con gracia al leer cada palabra y finalizó con una gran carcajada.

-Ok fue todo por hoy- soltó una última risita antes de tumbarce en la cama y cubrirse con las sábanas.

Tan solo habían pasado minutos que para el fueron como horas, cuando una leve inhalacion seguida de una fuerte exhalacion lo despertaron, sus ojos estaban abiertos y luchaba para no parpadear, dandole la espalda al que creía que era un ladrón recordó las dos clases que tomo sobre defensa personal pero no recordó nada que realmente fuera útil más que salir corriendo.

-Buu- susurró aquel extraño sobre su oído. El avellana aterrado pego un brinco fuera de la cama encendiendo la luz a su paso.

Un terrible sueño eso era.

Un chico pelirrojo descansaba sobre su cama con un cigarrillo entré sus finos labios rosas, sonrisa soberbia y una linda chaqueta negra cubriendo su pálida piel sin olvidar esos ojos esmeralda que brillaban bajo esas largas pestañas, bastante lindo si hacemos de lado los pequeños cuernitos que se ocultaban entre su chillante cabellera roja.

-¿Quien eres?- preguntó a duras penas, mientras trataba de convencerce a si mismo que todo era un mal sueño, que el chico descansando en su cama con una sonrisa coqueta y aires de superioridad era producto de su imaginación por ver esa película de terror a media noche.

-Dimelo tú- río por lo bajo como si el miedo de aquel chico le hiciera gracia. -Tú querías verme- sonrío con su cigarrillo entré los labios que pronto apagaría sobre la hoja con un símbolo mal hecho que lo caracterizaba descansando alrededor de velas sobre la mesita de noche.

-Yo solo estaba jugando- afirmó sin poder verlo a los ojos ya que lágrimas comenzaban a salir.

-Yo también quiero jugar- río por última vez antes de desaparecer ante los ojos del pequeño ser que temblaba de miedo ahora convencido de que todo era real.

(...)

Los fuertes rayos de sol aterrizaban sobre un Frank desmayado sobre el suelo de su habitación, los recuerdos no eran exactos, las velas y la hoja ya no estaban. Así que en efecto, todo había sido un mal sueño.