Se sentía tan real.
Tan real que un leve escalofrío recorría su cuerpo solo de recordar la noche pasada. Cómo podía ser tan idiota para jugar con algo tan delicado y desconocido para él.
Cinco waffles y la televisión encendida eran sus únicos acompañantes, su cabeza dolía como si alguien lo hubiera golpeado toda la noche y no entendía porque. Trató de concentrarse en la elegante mujer al otro lado del televisor informando que al igual que ayer hoy sería un día lluvioso.
Se apagó. Por arte de magia y ante sus grandes ojos avellana el televisor se apagó.
-Ya nadie ve las noticias- bufó
-¡Que mierda!- grito saltando del sofá tirado a su paso el plato con los waffles recién hechos.
-¡Oye! Yo quería- un pequeño puchero adorno sus labios mientras miraba con tristeza aquellos trozos de pan en el frio suelo.
-¿Quién eres? ¿Que haces en mi casa?- sabía las respuestas pero no quería aceptarlo, invoco a un demonio y ahora lo va a perseguir por el resto de su vida. O al menos eso era lo que el creía.
Idiota.
-Soy Gerard- coloco un cigarrillo en sus labios encendiéndolo con una pequeña llama que salía de su dedo índice adornado por una larga y puntiaguda uña negra . -¿Y que hago?- pregunto con ironía - Tu dímelo, tú querías verme- respondió con obviedad.
El avellana llevó sus manos hasta su cabeza tirando de su abundante cabellera negra mientras caminada en círculos. -Vete y déjame en paz - lloriqueo desesperado.
El pelirrojo se puso de piel caminando con cautela hasta el pequeño cuerpo que gritaba con la mirada que parará, hasta acorralarlo contra la pared, sus manos a cada costado impedían poder huir, y estaba demasiado equivocado si creyó que lo tocaría para poder safarce, algo se removió en su estómago, no descifro si era miedo o por el calor anormal que emanaba la piel de aquel ser.
Pero se sentía tan bien.
Y es que ese era su truco, manipulación con un toque de dulzura.
-No tienes porqué temer- susurró a centímetros de sus labios. -No haré nada que no te guste- deposito un suave beso en su mejilla.
El silencio reino por toda la habitación, al pelirrojo parecía no importarle pues miraba curioso las fotografías en la pared de aquel lugar, mientras que él avellana perdido en sus pensamientos trataba de encontrar las palabras adecuadas para pedirle al demonio que saliera de su vida.
Evidentemente no se le ocurrió nada.
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Íncubo //Frerard//
FanficLas víctimas viven en un sueño, sin poder despertar de este.