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Erick sale de ducharse y entra a su recamara para poder vestirse, hace rato que dejó a su hija en la sala haciendo su tarea y ya casi anochece por lo que tiene que salir a trabajar.

Lo más seguro es que su madre no esté hoy y aunque sabe que su hija está mucho mejor sola que con ella no piensa dejarla sin supervisión por lo que recurrirá a alguien que sabe puede cuidar de ella.

No es fan de pedir ayuda, pero en casos como este en el que se trata de su pequeña tiende a hacer excepciones.

En cuanto termina de vestirse sale encontrándose con la pequeña que intenta colorear sin salirse de las líneas, le llena de ternura.

─Lila ─llama sonriendo.

─Dime Er─responde dejando su lápiz.

Si es verdad que Lila es su hija es un detalle que Erick no quiere decirle, para ella solo es su hermano también, porque no quiere decepcionarla más adelante, no sabe a lo que se dedica pero alguien podría decírselo.

Y no quiere que sepa que su padre es alguien que vende su cuerpo por unas monedas.

─Yo tengo que salir un rato, ¿Por qué no guardas tus cosas y algo de ropa? Iremos a ver a Chris.

─¡Sí! ─exclama yendo a su recamara para empacar las cosas.

Christopher junto con Zabdiel son los únicos chicos en los que confía alguien tan importante como Lila, Chris suele cuidar de la niña cuando Er no puede hacerlo.

Ya van en camino tomados de la mano, la pequeña trae un abrigo y un par de guantes para aguantar el frio y aunque Erick igual lo hace es solo para disimular, tiene algo más revelador debajo de su abrigo.

Al llegar a la casa golpea la puerta y Chris abre casi al instante.

─¡Lila, Er! Adelante ─permite haciéndose a un lado— los estaba esperando.

─¡Hola! ─saluda la niña abrazando su vientre abultado─ ¿Cómo estás?

─Gordo pero creo que Zabdi junior está bien ─bromea sentándose en el sillón─ ¿Tienes tarea?

─Aún no la termino.

─Bueno, ve a sentarte y sigue haciéndola yo en un momento te sigo.

La niña asintió y fue a donde lo mandaron dejando a los adultos solos.

─Crece tan rápido ─dice Erick mirando el vientre de Christopher mientras deja la mochila en el suelo─ ¿Cuándo tiempo falta?

─Solo tres meses, estoy emocionado ─contesta feliz─ ¿Quieres un café?

─Muchas gracias pero ya debo irme, hay clientes frecuentes, ya sabes.

─Entiendo ─dice incomodo─ yo, no te preocupes, cuidaré bien de ella.

─Lo sé, muchas gracias ─agradece sincero─ ¿Dónde está Zabdiel?

─Fue a trabajar, bueno, ya sabes.

─Comprendo ─dice negando con la cabeza─ aun así, él te ama, hace lo que hace por ti.

─Lo sé, pero me gustaría que consiguiera algo mejor, tu comprendes, algo en lo que sepa que está bien.

─Y pronto lo haremos, quiere juntar lo suficiente para irnos de aquí.

─Ese día se ve tan lejano.

─Pero ya estamos cerca, solo espera un poco y verás.

El castaño asintió y el ojiverde salió un poco más tranquilo de la casa, sabe a lo que Chris se refiere, Zabdiel suele robar y si bien no asalta violentamente eso no lo hace bueno.

Joerick: Mi religión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora