Capitulo| 6 |

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Por el espejo

Mi amigo 


Otro día en la infeliz vida de Naruto, pues desde que se extendió el rumor de que estaba loco nadie a querido acercarse a él, todos lo ignoraban y murmuraban a sus espaldas y aunque en esa situación lo mejor hubiera sido decírselo a alguien prefirió no hacerlo.

Aunque a el rubio poco le importaba ya que ahora tenía otras preocupaciones, pues ya había pasado una semana entera y Naruto no conseguía progresar con el azabache lo único que ahora podía hacer era pasarle algunas cosas a través del espejo pero nada más.

El rubio empezaba a desesperarse pues aunque ya se había puesto a leer la mayoría de los libros de aquel lugar no conseguía encontrar nada que les sirviera, incluso aveces se llevaba algunos libros a su casa o a la escuela para progresar más rápido pero no conseguía averiguar nada, y así estuvo toda la semana con la misma rutina dedicarse a leer libros y más libros y soportar las constantes burlas de sus compañeros en la escuela. Y aunque a Naruto no le gustara leer tenía que hacerlo por su amigo.

                                                                                       (...)


El fin de semana había llegado y con ella el final de las burlas dirigidas a el rubio, cosa que él agradecía pues ya no podía aguantarlas más.

Era Sábado por la mañana y Naruto ya estaba preparado para salir de su hogar y dirigirse a donde el azabache, su madre no estaba y eso lo hacía más fácil pues de seguro si su madre se quedaba con él lo haría pasar tiempo con ella y aunque a el rubio no le hubiese desagradado esa idea prefería ir con Sasuke. Así que ya arreglado y con su mochila de supervivencia -así le había puesto el rubio- se dirigió a el bosque.

Durante el camino hacía el bosque sintió que alguien lo estaba siguiendo pues sentía las constantes miradas de alguien pero no sabia de quien y aunque muchas veces se paro para revisar si en verdad había alguien no lograba ver a ninguna persona por esos rumbos, pues quien querría ir a el bosque en donde se perdió un chico y jamás lo lograron encontrar ¡nadie!, así que Naruto decidió no darle demasiada importancia a ese asunto y siguió caminando hasta que por fin llegó a la casa en donde se encontraba su amigo azabache.

El rubio entró a la casa y se dirigió directamente hacía el tercer piso,  subió las escaleras y se iba  saltando los escalones que ya estaban en mal estado pues ya había entrado demasiadas veces a ese lugar que ya sabía con exactitud donde pisar -ya que una vez casi termina cayéndose por pisar una tabla que estaba mal puesta- así que con cuidado término de subir las escaleras y se dirigió hacia el último cuarto de el tercer piso.

Entró y se dirigió directamente en frente del espejo con una gran sonrisa para ver como el azabache se la devolvía le dio los buenos días y se sentó en frente del espejo para seguir leyendo los libros que todavía le faltaban por terminar aunque ahora era un poco más rápido pues el azabache también ayudaba solo le tenía que pasar algunos libros de vez en cuando.

Toda la habitación quedó sumida en silencio ninguno de los presentes hacía ruido pues estaban bastante concentrados como para hablar y eso ya se había vuelto un hábito para el rubio y el azabache por eso no se les hacía incómodo o aburrido ya que eso se les había vuelto una rutina solo de vez en cuando se hablaban y nada más para preguntar si habían podido encontrar algo.

Por el espejo   ~narusasu~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora