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Bucarest, Rumania.

La ojiverde se encontraba hojeando las hojas de una revista vieja de modas que había encontrado en el vestíbulo del pequeño hotel tiempo atrás.

El bostezo que generó su boca fue la confirmación suficiente de que estaba aburrida, pero también su ansiedad crecía conforme pasaban los minutos, lo cuales sin duda pasaban muy lentamente para su gusto, Elliot había salida ya hace casi tres horas y no había ninguna señal de él o Ronald, simplemente solo quería que la espera valiera la pena y que al llegar trajieran buenas noticias con ellos.

Y como si con el pensamiento lo llamara, justo al lado de su habitación se escucho el asote de una puerta, la que supuso era la de Elliot. Grandes pasós se oían de un lado a otro, la vieja madera del suelo permitía que la ojiverde escuchara el crujir de esta, ante las pisadas desesperadas. Por alguna razón sabía que se trataba de Elliot, quería ir a preguntar pero a la vez no quería ser entrometida.

Pero el ruido de un fuerte golpe, con lo que supuso fue la pared la hizo estremecer y caminar de inmediato hacia el pasillo, donde encontró a Ronald entrando despavorido a la habitación del Alpha. Al asomarse Lauren cautelosamente pudo escuchar como Ronald le pedía al ojiazul que se calmara y que no podían llamar la atención, pero el musculoso hombre poco le hizo caso y comenzó a tallar su cara desesperadamente con su manos.

Las ansias de la pelinegra por saber que acontecía crecieron y decidió entrar y averiguar que le sucedía a Elliot y  si eso tenía que ver con Camila.

-"Elliot que pasa?" Preguntó nada más entrar al cuarto, llamando la atención de los hombre allí presentes, el joven ojiazul de inmediato se paro de su lugar observándola nostálgicamente, la ojiverde se extraño al verlo tan abatido.

Elliot sintió doler su corazón al ver al motivo de su desolación, y con los ojos enrojecidos y sin importar un posible rechazo se acercó a ella para abrazarla, tratando de recomponer sus pedazos que se acababan de romper minutos atrás.

Lauren sintió los fuertes brazos de Elliot envolverla con anhelo, ella no fue capaz de no corresponder, sus ojos se llenaron de lágrimas imaginando lo peor.

Ella no resistiría si a Camila le pasaba algo.

-"Camila, ess.. Está bien?" Cuestiono titubeante con temor a una respuesta negativa.

Sintió como el agarre de Elliot se aflojaba y se retiraba de ella, el hombre logró efectivamente esconder su malestar respecto a la mención de la castaña y del profundo dolor que le causaba el interés de su mate.

-"Ehhh yoo..." Respondió Elliot tratando de aclarar su mente y sus sentimientos. -" Helena me ha dicho que no encuentra ningún rastro de Camila es como si..." Mintió el hombre  queriendo de una vez deshacerse del recuerdo de Camila.

-"Eso que quiere decir... Elliot mírame ella está, está..." Lauren ni siquiera podía pronunciar la palabra, su corazón se apretaba y su pecho se inundaba de pena de tan sólo pensar en que la fatalidad haya tocado a su amante.

Elliot al ver los ojos suplicantes y el rostro destrozado de su mate no pudo seguir con su plan inicial, no podía mentirle de esa manera a su Ren, y causarle un dolor tan profundo. El no podía dañarla aunque quisiera.

-"No, no, ella está bien. Pero lo más probable es que siga sin armonizar sus energías. Un lycan tiene que conectar su lobo interior con su humanidad para vivir, es algo difícil y se requiere de tiempo para lograr controlarlo. No te preocupes." La tranquilizo acariciando su mejilla, la ojiverde creyó en los ojos azules que parecian sinceros, y asintio pero aún en su pecho se sentía la opresión.

Moon-Law: La Luna a donde pertenece Vol. III CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora