Entre mis dedos sostenía el brillante dije de la pulsera que Andy me había obsequiado. Luego de una breve espera, la mayoría de estudiantes pertenecientes a mi clase habían entrado al Resort con sus equipajes.
Más de alguno debía estar bajo los efectos de alguna droga o el alcohol.
Los observaba desde el pequeño sillón situado en la recepción del edificio, se les veía ansiosos y felices.
Rebeca entra seguida de su gran grupo de admiradoras, el sonido de sus tacones simplemente no lo soportaba.
Corrí la vista en otra dirección para evitar otro encuentro, sabia perfectamente que esta vez no vendría sola a causar un enfrentamiento, y no me interesaba tener un problema el primer día de este viaje.
En otra ocasión tal vez.
Escucho como ese insoportable ruido de sus tacones en el suelo y las risas de las demás chicas que le seguían disminuía a medida que desaparecían por el pasillo.
— Aquí estás.
Levanto la vista y veo a Andy junto a Nora.
Hasta que se acordaron de mi existencia.
El rubio traía el equipaje, mi mirada rápidamente busca encontrar aquellos ojos verdes traicioneros, pero Nora se escondía tras la amplia espalda de Andy.
Me levanto y doy por finalizada la situación ocurrida en el estacionamiento, debía controlar mi enfado y ser tolerante—como solía decirme Franck— si bien Nora reaccionó ante sus infantiles ideales, no podía odiarla por eso.
A quien engaño, la ahogaría en el mar apenas se me diese la oportunidad.
Me fuerzo a darle una de mis mejores sonrisas a Andy, le quito mi bolso de sus manos junto con la bolsa negra, lo cuelgo en mi hombro no sin antes decirle gracias.
Nora se ocultó tras su brazo entre risas contenidas.
La golpearía, sin dudas.
— Siento mucha tensión aquí — ríe nervioso — ¿Sucedió algo durante mi ausencia?
La pregunta era qué no sucedió.
— Las noticias vuelan — digo cruzándome de brazos — ¿Verdad, Nora?
Mi amiga sale finalmente de su ridículo escondite y estalla en carcajadas frente a nosotros. Andy la mira confundido. Yo contengo los deseos homicidas de ahorcarla en este preciso momento.
— Debiste ver como Ann insultó a Rebeca ¡Fue una locura! — exclama y extiende sus brazos al aire.
— No la insulté.
— Creo que me lo perdí — dijo el rubio caminando a paso lento, agradecía que no preguntara más detalles sobre el tema.
Junto a Nora le seguíamos a escasos centímetros.
En cierto modo, no la había insultado directamente, opté por palabras más blandas.
No era como si le hubiese dicho perra con cada una de sus letras en la cara.
¿Verdad?
La situación pasó más rápido de lo que creí a segundo plano. Buscábamos nuestra habitación por el largo pasillo blanco frente a nosotros, varias luces tenues cálidas lo iluminaban a la perfección dándole un aspecto bastante acogedor, llegamos al final donde se encontraba situada un pequeña mesita de vidrio con un florero bastante elegante encima, a su lado se encontraba una cajita con varios dulces.
Nora no lo pensó dos veces y saco unos cuantos guardándolos en su bolsillo, al notar mi mirada en ella, sonríe y me entrega uno, ruedo los ojos con gracia y lo acepto.
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No soy tu juguete [2020]
Romansa- ¡No soy tu juguete! - grité a pesar del nudo en mi garganta. Veo como toma sus pertenencias y se dirige hacia la puerta dispuesto a marcharse, voltea y me observa sin expresión, sus ojos se tornaron negros, sus facciones reflejaban la misma dureza...