ᴇɴɪɢᴍᴀ ᴅᴇꜱᴄɪꜰʀᴀᴅᴏ

ʜɪꜱᴛᴏʀɪᴀ ɪɴᴛᴇʀᴄᴀʟᴀᴅᴀ

ᴘᴇʀꜱᴘᴇᴄᴛɪᴠᴀ ᴅᴇ ꜱɪᴏɴ

-Glissade, assemblé, ¡cambio!, medio giro... Repito igual, medio giro, ¡uno entero! ¡Mal!, ¡otra vez! ... Glisade, assem- ¡No! ¡Otra vez! ...

La misma secuencia se repitió una y otra vez por más de veinte veces, las chicas totalmente agotadas y temerosas sin saber cuál fue su error y cómo debían solucionarlo, fallaban y fallaban hasta que la Madame perdía los estribos y arremetía con la que más errores cometía.

Entre cientos de alumnas, una en específico; frágil, delgada, rubia de unos veinte años, no pudo soportar por más tiempo los años el sobreesfuerzo a la que había sido sometida. Un paso en falso y cayó de cruces al suelo, su tobillo facturado fue el punto culmine, la pesadilla de una bailarina se hizo realidad. La Madame imponente, sin mostrar piedad alguna, ordenó a los guardias que rodeaban el salón que se llevarán a la chica; dictando así, su sentencia.

Los gritos agonizantes de la chica se perdieron entre las paredes del sombrío y silencioso pasillo, mientras en el gran salón las alumnas continuaban su rutina.

Tras el pasar de los años, la selección brutal de alumnas dejó solamente poco menos de la mitad de las alumnas, era comprensible, después de todo sólo las más fuertes sobrevivían. Mientras, nuevas criaturas llegaban y esperaban a ser las próximas en entrar al infierno.

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Académie Royale de Danse, Perfection D'or, la academia de ballet más prestigiosa de Francia en los últimos años, en la que cientos de chicas soñaban con pertenecer, ignorantes del lado oscuro que esta ocultaba.

La verdad es que dicha maravilla era una organización clandestina de lo más retorcida, su objetivo era crear a los mejores soldados de guerra, formándolos mediante la influencia del miedo, controlándolos, manejándolos a voluntad hasta convertirlos en muñecos sin vida con la capacidad actuar sin pensar ni dudar frente a la muerte. Y que mejor que una academia de baile como fachada.

Pero se preguntarán, ¿cómo no han sido descubiertos? Fácil, qué mejor que el respaldo del Gobierno. Obviamente este estaba al tanto de todo lo que ocurría allí adentro y no podía estar más de acuerdo, al final, suponía beneficios para su ellos.

Perfection D'or, siendo una de las tantas organizaciones, se caracterizaba por únicamente aceptar la admisión de chicas.

Madame, la directora de la academia, cruel, fría, la típica imagen de madrastra malvada en las películas. Era recta, disciplinada, en su rostro no había más que una expresión hostil, Poderosa con apenas cincuenta y cinco años, de unos; metro setenta y cinco. Refinada, llevando siempre su cabello perfectamente peinado con el clásico moño y pulcramente vestida ante cualquier situación. Obsesionada, enferma, de perfeccionismo. Todo, absolutamente todo, debía ser perfecto ante sus ojos; de allí el mezclar la danza con el asesinato, la necesidad de crear belleza enferma, cruel y fría.

Sin embargo, era humana y la perfección no existía.

Tras un embarazo accidental, la obsesionada con la perfección, Madame, se vio obligada a dar a luz a un bebé; pues tras cinco meses con un ser creciendo en su vientre, no lo supo hasta después de repentinos y constantes mareos y nauseas, síntomas que claramente se desarrollan en las primeras semanas de embarazo. No tuvo más que aceptar su condición.

Aún así, su obsesión sobrepasaba los límites.

Casi de inmediato nació la obsesión de tener una hija y volverla su muñeca perfecta, convencida de la oportunidad de crear la perfección total, esa que tanto añoraba. Amó al ser en su vientre como jamás había hecho; un amor enfermo y egoísta.

Lamentablemente, el destino no la bendecía.

Poco tiempo después, fue informada de que su hija no sería especialmente una niña.

Cegada por la ira, Madame, intento acabar con la vida de su hijo clavando un cuchillo en su vientre, claramente, haciendo aquello su propia vida estuvo en riesgo. Por ello, desde las sombras se le ordenó dar a luz a su hijo y entrenarlo como un peón más; un nuevo experimento dio comienzo.

Dentro de aquellas paredes existía una excepción, un niño, el único hombre que sería sometido a toda tortura psicológica y física.

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Nueve años más tarde, el pequeño niño había crecido entre las paredes de esa anticuada y lujosa estructura que representaba a la academia y que a la vez servía de internado. Un joven que desde nacimiento ya tenía su vida escrita; servir a Perfection D'or y ser el juguete de su propia madre.

Los días eran duros, agotadores, insufribles. Las noches eran peor que el infierno; ser hijo de Madame no daba ningún beneficio. Sangre, sudor, lágrimas, galaxias de distintos colores pintaban su cuerpo entero, si las prácticas de bailes eran difíciles y agotadores, los entrenamientos físicos eran diez veces peor; era más que una tortura física.

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Año tras año, sin pizca de conocer lo que era el cariño o el amor, una máquina para matar fue creada acatando cada orden sin rechistar, o eso creían...

Dieciocho años, un hermoso y delicado cuerpo danzaba al ritmo de la música siguiendo su propio reflejo y juzgándose a sí mismo; no se podía permitir fallo alguno.

-Tombé, pas de bourée, glissade, assemblé, cambio, assem- ¡Mal! ¡Empiecen otra vez!...

Siguió cada paso a la perfección, repitiéndolos cada vez que la Madame lo decía, conociendo el mismo fragmento como la palma de su mano, hasta que la mujer volvía a poner su atención en todos y no solo en la que tenía mal la posición de los talones o la que no saltaba lo suficiente y perdía el tempo. El salón contaba solo con el cinco porciento de alumnas iniciales, las demás habían "desaparecido", aunque estaba claro que, aquellas que no servían para este mundo, morían.

-... balancé, balancé, pico, failli, coupé, jeté... Jeté.

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Explico.

Sion le lleva cuatro años de diferencia a Neus. Por lo tanto, si Sion tiene 18, entonces Neus tiene 14.

Esta percepción llevó un tiempo apresurado, muy distinto a la percepción de Neus que va más lenta. Tengan en cuenta el tiempo para que no se confundan después.