Prologo

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Quiero agradecerte por seguir conmigo hasta esta parte de la historia. Se que hay altibajos en la publicación del fanfic, sin embargo, el tiempo para mí es algo limitado ocasionalmente. Además de saber que no es la mejor de la comunidad. Pero para mí esto es más que especial; inició como una necesidad (hace tres años o más) de que hubiera más fanfics de Ryden y terminó convirtiéndose en un pesar que dejé de lado, para regresar después de mucho y volver a sentirme parte de un fandom enfocado en Ryan y Brendo.

Esto, más que nada, se ha vuelto un desahogo sobre mis sentimientos fangirl y el poder hacer práctica de redacción; la cual dejé de lado por mucho tiempo y que ahora he intentado mejorar.

Sin embargo, no he de negar que el apoyo que recibo me ayuda y motiva demasiado. Por lo que quería de gran ayuda que compartieras esta historia, y la anterior parte, con tus amistades u otras personas a las que creas que les pueda interesar. De este modo tendrá más alcance y será más probable que la continúe.

Lo siguiente es con la intención de aclarar un poco dudas habidas, y posiblemente por haber; primeramente quiero hacer mención de que esta historia está basada en hechos que suceden y que puedo llegar a formular por fotos que suben los integrantes. Sin embargo, puede ser que algo se me pase por alto y que olvide mencionar. Así como he agregado un poco de ciertas cosas para que la historia tenga cierta emoción, porque es más que obvio que no hacen muchas cosas interesantes a diario.

Segunda aclaración es que es más que obvio que la publicación de esta segunda parte será más lenta. Esto debido a que no ha pasado mucho este 2020 y estaría escribiendo cada dos semanas. Hay que ser realistas, lo único interesante que han hecho en esta pandemia han sido los lives en twitch y el video de Z Berg y Ryan, así como la rifa de su playera sudada (en la cual claramente participé).

Así que ya aclarado esto, les dejo el trailer de ésta nueva parte, así como el prologo y nos vemos el 01 de julio.



Pasar el verano en soledad parecía reconfortante; el sol pegándome al rostro cada mañana, colándose por las cortinas. Así como el verme en cama con la única compañía que necesitaba, Dottie. Después de haber roto los lazos inconclusos desde Cape town, todo marchaba aparentemente bien. Stephanie y otros amigos cercanos parecían ser grandes pilares para evitar que la angustia me consumiera; restringiéndome ver las cuentas de algún integrante de Panic, así como tener acceso a Internet estando a solas. Aquello podría sonar un tanto radical, sin embargo, todos temían tanto por mi integridad, que buscaban alejar de mí a Brendon. Al menos hasta que pudiera afrontar la realidad.

Era verdad que después de aquella trágica despedida, no salí de mi cama, y a pesar de subir fotos a instagram, no respondía ninguna llamada; pasaba los días bajo las cobijas, llorando y suplicando que alguien me arrancara el corazón y apagara las llamas que me consumían el pecho. Tampoco comía lo suficientemente para mantener de pie más de cinco minutos, las piernas me flaqueaban y sólo me permitían ir a la cocina y regresar de nuevo a mis aposentos. Aquello fue causante de una intervención por parte de Dan y Z Berg. Pero ahora ya me encontraba dispuesto a caer en mi rehabilitación personal, purgarme de todo sentimiento hacia Brendon; fuese bueno o malo. Finalmente había comprendido lo que significaba estar cerca de él. Dolor, agonía, días en cama sin poder dormir, y cuando podía consolidar el sueño, envuelto en pesadillas.

En muchas de ellas repetía la trágica despedida, en otras me encontraba frente a Brendon gritándole que me escuchase, me amase y no me dejara jamás. Claramente mi almohada fue testigo de incontables lágrimas y gemidos de dolor, nombramientos al aire en busca de consuelo y tantas veces hablando con la luna, sin embargo, nunca me escuchó

Y en esos instantes entendí perfectamente aquella canción; tanto tiempo había tardado en escribirla, con el corazón roto, pero nunca como en estos instantes. La voz se me quebraba y Stephanie comenzaba a corregir aquella fragilidad, creyendo que se trataba de falta de práctica vocal. Y yo aquello lo ignoraba, pasando por alto todo y perdiendome de nuevo en mis pensamientos. Vaya, ensayar se había vuelto cansado; había dejado de hacerlo tanto tiempo, cantaba sólo en la ducha y ocasiones en las que visitaba a Z Berg para verla ensayar.

Así habían concluido 2016, pasando también los primeros meses del siguiente año; en los que había puesto mi mente en ver a bandas de algunos amigos, crear melodías para animaciones independiente y preparar mi voz para que ésta no se marchitara. Lo último dicho, ocurrió después de aquella noche de bebidas en las que mi ex novia, y ahora mejor amiga, se empeñó en que cantara con ella y no pude. Aquella frustración no ayudó mucho a mi estabilidad emocional, por lo que Z se sintió con una carga emocional tan grande que llamó a Stephanie a que me llevara a la ópera y de ese modo persuadirme a practicar bajo su tutela.

Fue así, como ahora mi tiempo estaba enfocado en reparar aquellos años de madurez vocal en los que me expuse y jodí más de lo que era posible.  Eso estaba siendo mayo, un año después de la ruptura emocional con Brendon, donde los altibajos habían disminuido notablemente y mis emociones eran más claras. Un momento de clarividencia se había generado en mi vida; pensando en si adoptar aquel perro del refugio para que hiciera compañía a Dottie, escribiendo de nuevo canciones que nunca publicaría y sintiéndome bien conmigo mismo.

Y sí, aquella primera intención fue cumplida y Elwood fue recibido con amor un cuatro de julio. Dottie y él se llevaron de maravilla, durmiendo juntos y despertándome temprano para salir  a pasear entre los árboles. Una vida con la que siempre soñé, emotividad que relajó mis sueños y eliminó mis ansias; ya ni siquiera sentía la necesidad de saber sobre le pelinegro o de Helena, o de alguna otra persona que había abandonado mi vida.

Lo estaba olvidando, sí, eso era. Sólo a veces, pero extraña vez, se colaba en mis sueños, en pensamientos fugaces. Sin embargo, aquello ya no dolía, ni quemaba en lágrimas como anteriormente lo hacía. Mírame ahora Brendon. Libre ti. A punto de llegar septiembre. Esperando a Octubre, Halloween; otro año sin encontrarte en fiestas indeseables y con sucesos que se dejan bajo llave. Sí, estaba empezando a olvidarte.

-Ryan -habló la rubia sacándome de mis pensamientos -. ¿Continuamos? -asentí -. Perfecto, desde donde nos quedamos.

Vaya que entendí bien la canción que yo mismo escribí.

-Who knew that love was a dangerous drug?

Dangerous blues ; ryden [parte 2/2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora