-Ryan -dijo con entusiasmo y yo estaba completamente perplejo, me parecía surreal volverle a ver y más en estos momentos de mi vida -, ¿no vas a darle un abrazo a tu amigo Jon? -preguntó dudoso, pero abriendo sus brazos para mí.
Inconscientemente lo hice, con alegría y melancolía. No odiaba a Jon, nadie podía. Sólo volverlo a ver era algo para lo que no estaba preparado. Incluso había olvidado lo que era sentirlo; pero se sentía bien, familiar. Él era mi familia.
-Dios, no esperaba verte aquí -dije aún sin poder asimilar la situación -. Me alegro de verte, pero ya es extraño.
En el fondo trataba de controlarme por no llorar. Demonios. Estaba Jon aquí. Aquello me había alegrado el día por completo, además de evitar que me sintiera solo y vulnerable con el resto.
El chico también le tendió sus brazos al rubio y por un instante había olvidado que ambos se conocían. Era completamente extraño, como si todo regresara a lo que había sido. En parte se sentía bien, sin embargo, no sabía si me encontraba preparado para que aquello fuera tan espontáneamente.
-Bueno, creo que es momento de entrar. No hagamos esperar al resto -dijo Jon con alegría y abriendo la puerta. Sin embargo, ésta se detuvo al chocar con el cuerpo de alguien. Lo cual, por instinto, hizo a Jon preocuparse -. Demonios ¿estás bien? -preguntó y al instante su tono cambió al ver de quién se trataba -. ¡Brendon! Que alegría verte.
Por mi parte, y de Dan, no sabíamos qué hacer. Y el rubio, al ver que bajaba la mirada de manera incómoda, tomó mi mano y pasó al lado de ambos. Yo le seguía un tanto perdido, no entendía si era por la marihuana o porque aquella situación era lo más incómodo de todo este mundo.
Trataba de formular palabras conforme subía el acensor, pero no sabía qué decir. Ambos sabíamos que estaría aquí y aún así decidimos enfrentarlo. Aunque no me había preparado para encontrarme con el resto. Así que sólo miraba mis zapatos, rogando sólo porque Brent o alguno de los integrantes nuevos con los que sólo había interactuado una vez no estuviera ahí.
-No tienes que quedarte si no quieres. Podemos fingir demencia, huir a algún país de sudamérica y cambiar nuestros nombres a Ramón y Daniel -propuso el rubio y no pude evitar soltar una leve carcajada -. Hablando en serio, no es necesario hacer esto. Incluso, si así lo quieres... -no concluyó la frase, sino que soltó mi mano.
-No es eso -volví a tomar su mano y respiré profundo -. Sólo que no creía que seguiría atado a Panic para siempre, creía que el pasar de los años y los nuevos álbumes harían a todos olvidarse de mí y las viejas canciones.
-Yo no podría olvidarte -me miró el rubio y ambos sonreímos, internamente luchando por no sonrojarme.
Las puertas del acensor se abrieron y ambos salimos tratando de evadir las miradas de los otros que acompañaban a Brendon. Dedicandole una sonrisa a Spencer y llegando directamente con Pete.
-Bueno, creo que solamente esperamos a Jon y a que regrese Brendon, donde quiera que esté.
-Tal vez Brendon tenga una contusion en este momento -me encogí de hombros -. Jon lo golpeó con la puerta.
El rubio comenzó a reír y se dirigió a su escritorio, buscando entre los cajones lo que parecían ser un par de contratos.
-Pues parece que Bren ha sobrevivido a la muerte -señaló al pelinegro que llegaba por mi espalda junto a Jonathan -. Ahora que estamos todos, pasen, señores. Panic! at the disco se reencuentra.
Miré a Dan, queriendo no soltarle la mano. Sin embargo, era inevitable y simplemente señaló el lugar en donde estaría esperando a que saliera. Para así, finalmente, entrar los cinco a la oficina de Pete.
-Llegó la hora de firmar -giró los contratos frente a nosotros -, además de decidir ¿quién va a quedárselos?
Todos nos miramos, pensando claramente en la respuesta; Brendon. Desde siempre parecía desear tener esto en su pared y ¿quienes éramos nosotros para negarselos?
Yo me recargué en mi asiento, respirando profundamente y hablando antes que el resto.
-Por mí no se preocupen. Así que decidan entre ustedes tres -estiré la mano para tomar el bolígrafo y firmar donde Pete señaló.
Spencer y Jon hicieron lo mismo, otorgándole a Brendon la satisfacción de sacar un par de fotos para su instagram. No era algo que nos molestara, supongo que no era algo que necesitáramos y tampoco nos importaba en lo absoluto quién los tuviera.
Miré detrás de mí, por entre la puerta. Para ver a Dan mirando a su alrededor, evitando el contacto visual con el resto; no entendía si en su cabeza estaba el evitar mantener una conversación o un entretenimiento con los pósters y su psicodelia.
-¿Ryan? -escuché a Pete llamarme -. ¿Vas a tomarte la foto?
-Tengo cosas por hacer -dije sin más y me levanté de mi asiento -. Un gusto verlos a todos de nuevo.
Mis pasos se dirigieron a el rubio, para tomarle de la mano y salir del lugar. No estaba huyendo, simplemente no podía contar más de una razón para seguir estando aferrándome a la banda.
-¿Está todo bien?
-Ahora está perfecto -le sonreí y besé su mejilla.
•
-Por Dios, es un completo imbécil -dije con furia golpeando mis manos contra el volante -. Tengo cosas por hacer -imité su molesto tono de voz.
-¿No crees que estás exagerando? -escuché la voz de Spencer -. Tiene sus propios asuntos por atender o simplemente no tenía razón para seguir ahí. Fue sólo una foto.
-Sigo sin entender por qué Pete insiste en que nos veamos todos de nuevo sabiendo que no quiero verlo.
-¿Puedo decir algo al respecto -habló Sarah desde el asiento del copiloto -. Creo que estás tomándote muy persona haberlo visto, como si realmente te importara -se cruzó de brazos.
-¿Qué dices? No, no. Sólo sigo sin entender por qué insisten tanto en que siga siendo parte de una banda que él mismo dejó.
Spencer pareció querer decir algo, sin embargo, al instante calló; como si se hubiera tragado sus propias palabras por miedo o solamente porque consideraba inútil discutir.
El trayecto de regreso a casa fue el silencio más incómodo, en donde nadie mencionaba palabras y la radio se encontraba apagada. Tan silencioso que parecía agobiante e intoxicante. Ninguno de los presentes mencionaba al castaño, tal vez tratando de evitar que lo trajera de nuevo a la conversación o en un intento por dejar de lado lo ocurrido en Las Vegas.
Cuando llegamos de nuevo a mi casa, todos bajaron lo ma rápido que pudieron y Spencer se quedó un momento mirándome, pensando en si debería o no dejarme en mi soledad; con los pensamientos golpeándome la cabeza. Aunque finalmente no dijo nada, colocó su mano en mi hombro y finalmente se fue.
-Mierda, mierda, mierda -maldije en voz baja, las manos aún sobre el volante y la frente sobre ellas -. ¿Por qué, Ryan? Joder ¿por qué con él?
Dentro de mis pensamientos egoístas había una gran ira a Ryan, a mí, a Dan. Queriendo arrancar de los brazos del rubio a mi chico, joder, era mío; desde que teníamos 17, su corazón me perteneció y me amó. Él jamás pudo ni podrá sentir una pizca de la magia que había en nosotros; Ryan lo sabía y aún así se aferraba a estar con él. Joder ¿por qué?
•
-¿Alguna vez has sentido que alguien está hablando de ti? -preguntó Dan. Lo miré con incredulidad y reí por lo bajo -. Hablo en serio, como si hablaran de ti con recelo, odio -mis labios luchaban por no formular una sonrisa burlona, pero me era casi imposible -. RyRo, no me tomes por loco. Hablo en serio -me dió un golpe en el hombro.
-No te tomo por loco, sólo jamás me ha ocurrido. Todos me aman -dije finalmente y reí.
A poco Ryan y Dan no se ven preciosos en esa foto 🥴💕
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Dangerous blues ; ryden [parte 2/2]
Fanfiction(Secuela de Things have changed) Lo estaba olvidando, sí, eso era. Sólo a veces, pero extraña vez, se colaba en mis sueños, en pensamientos fugaces. Sin embargo, aquello ya no dolía, ni quemaba en lágrimas como anteriormente lo hacía. Mírame ahora B...