• capítulo cortito (demasiado :(()
jeno.
lee.
lee jeno.
había despertado de golpe, con una fina capa viscosa cubriendo su piel, tocando al instante su cuerpo y descubriendo al tacto ese moco que escurría por él. no pudo levantarse, sus piernas no respondían... ahora entendía como jisung se sentía, sin siquiera sentir sus articulaciones por la imposibilidad de moverse, deseaba gritar para conseguir ayuda pero su compañero de cuarto se encontraba en las clases correspondientes, y nadie más entraría ha ayudar a el maldito de lee jeno. estúpido y gusano rastrero llamado jeno.
con sus pequeñas ojos que mostraban una galaxia pero en realidad guardando su oscura esencia que él deseaba sacar en algún momento, sabía que todas esas veces donde le hizo la vida imposible a jisung y a los jóvenes que los rodeaban nunca se irían, disfrutaba y disfruta ver como el menor lloraba en un intento para que jeno lo dejara en paz. pero, no, amaba ver eso, como sus rodillas congeladas caían al concreto cuando jeno lo dejaba caer de su silla, la sangre espesa fluyendo de la piel de jisung; escondiendo sus intensas y sucias ganas de lamer la herida abierta, pasando su lengua por la carne de jisung y saber que el menor nunca se iría de su lado ya que necesitaba de jeno, jeno era su fuente de vida.
eso lo hacía sentir poderoso.
pues, dios... la carita adolorida de jisung era una obra de arte para los ojos perversos de jeno y la sensación de estar arrastrándose contra el frío suelo era algo extraño... doloroso por las hendiduras que habían en la cerámica, pero teniendo un cosquilleo en su cuerpo gracias a el líquido viscoso que se extendía por su cuerpo que crecía lentamente al paso de los minutos. sus órganos se hinchaban para lograr un tamaño inexplicable, su cuerpo ya no era su cuerpo y le aterraba convertirse en algo que desconocía, deseaba ser siempre jeno; el chiquillo lindo e inteligente que todos amaban y consideraban intachable, pero dios... muchos veían como jeno molestaba y golpeaba a los demás y no hacían nada para detener el vil trato, jeno era incontrolable, un monstruo sin cadenas que acechaba a cualquier gusano debilucho para su simple gozo sin sentido.
por eso jisung era su blanco, el más fácil a decir verdad y más divertido, con un sabor agridulce porque, de igual forma -extrañamente-, le dolía ver como el menor le suplicaba piedad para que lo dejara en paz, pero no podía parar, simplemente no, amaba ser alguien que lograra dominar a un gusanito pequeño.
y no entendía como el magnifico lee jeno acabó de esa manera.
arrastrándose como un invertebrado, sintiendo sus órganos internos crecer hasta alcanzar un tamaño irreal para su cuerpo, con sus pequeñas media lunas de ojos convertidas en dos bolas rojas que esperaban a los costados de la redonda y blanda cabeza del antiguo jeno, oyendo un pitido a su alrededor — ¿esto es real? — los vellos crecían dolorosamente, raspando su piel que tomó un tono verde claro. deseó tocar su rostro, rompiendo su corazón -si es que llegaba a tener uno, jeno era un vil gusano- cuando su reflejo se esparció en el enorme espejo de la habitación, ¿¡era real!?
tal vez era un tipo de maldición, ¿cierto? ¿cierto?
tal vez todo acabaría en un instante...
tal vez todo acabaría en un instante..
si. si
perooo, no ocurrió; ya había pasado un tiempo largo y doloroso por los cambios abominables de su cuerpo.
a los gusanos hay que aplastarlos, ¿no?
jeno fue un vil gusano con jisung, pero todos somos un vil gusano.