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Un suave toque se escucho en la puerta de la habitación de Jimin. Este se sobresalto volviendo a despertar.

¿Irene otra vez?

-Pase- dijo en un largo bostezo, retirándose y sentándose en su cama, apoyando su espalda en el respaldo.

La puerta se abrió, dejando ver primero unos tacos de aguja negro pasar, para ver la cabellera peli-castaña de Shin.

-Ash...¿Vienes a regañarme? ¿Vas a golpearme? ¿Vas a decirme que soy un bicho asqueroso? Adelante, ya me prepare mentalmente y fisicamente- suspiro jugando con sus dedos.

-¡¿Q-que!?... ¡No! Todo lo contrario yo... Yo creo que fue valiente de tu parte- dijo con una sonrisa sincera, yendo lentamente hacia la cama.

-¿De qué hablas? No fue mi desición, tampoco quería decirlo- bufó.

-Uhm bueno, sabes... Comprendo lo difícil que debe ser a tu edad "salir del closet"... Más teniendo familiares así- dijo con una mueca sentándose en la cama recordando las feas palabras de sus primas, abuelas y tias.

-Ajá, si, haré como que te creo y que no se que estas fingiendo para lograr tener a mi padre ante tus pies, puedes tenerlo, tampoco me importa el- dijo con mirada sería.

Shin se sorprendió.

-¿Q-que?... no no, Jimin, intento ayudarte... Es difícil y lo se, pase por lo mismo sabes...- Jimin levanto la mirada, viendo la mirada algo triste de la mayor.

-¿De qué hablas?- dijo suave.

-Bueno... Yo, cuando tenía tu edad o un poco más, me gustaba una chica y... Mi madre era super homofobica... Una vez- río al recordar -Una vez tuve la grandiosa idea de decirle a mi madre que era bisexual en el velorio de mi abuela- se carcajeo.

-¡¿Qué hiciste que!?- la mayor asintió.

-Si, lo se-

-Y-y... ¿Qué pasó l-luego?- pregunto el rubio interesado.

-Oh Bueno, descubrí lo que eran los golpes- apretó ambos labios recordando el dolor.

-Eso es... Horrible- trago duro, ¿Enserio le pasó Eso?.

-El punto es que... Se que tu padre es violento, más cuando se enoja. Se que las cosas iban mal con tu familia desde mucho antes... Se lo que le pasó a tu madre y se lo que siguió después... También se que sufriste por eso y... Quiero ayudarte Jimin- dijo tomando la mano del menor,  quien se encontraba muy confundido.

-¿A-ayudarme?-

-Se que dirás que no se nada sobre tí y esas cosas pero... Quiero tener tu confianza, Quiero que sepas que te apoyo y prometo que tu padre no volvera a maltratarte como hacia antes. Por que si, escuche sus palabras en la cena y no me gustaron nada- Jimin frunció el ceño.

-E-esta bien pero... No lo se, sólo quiero descansar- suspiro al igual que Shin, está asintió y sonrió.

-Esta bien, buenas noches Jimin- revolvió su cabello y se levantó del colchón, encaminadose a la puerta.

Jimin se dio la vuelta, poniéndose debajo de sus sábanas y volviendo a quedarse dormido.

Suspiro saliendo del cuarto.

Bajo las escaleras, llamando la atención de los familiares al escuchar sus tacos azotar el suelo.

Estos la miraron con una sonrisa.

-¿Fuiste a darle su merecido?- pregunto la anciana tomando un vaso de agua, colocándose su abrigo.

Shin sólo le dio una corta mirada. Sólo una que duró medio segundo, para expresar todo el asco que le sentía a aquella señora mayor de edad de mentalidad cerrada.
Dirigió su mirada a su próximo marido, quien despedía a las tías de Jimin y al chiquitín.

-Espero que la hayan pasado genial y lo sentimos por lo de mi hijo, es un...- Shin terminó acercándose con furia, dándole un codazo el hombre que estaba abriendo la boca de manera fea -¿Qué sucede?-

-Nada. Quiero hablar contigo luego, te espero en el cuarto- dijo, para luego alejarse pidiendo disculpas y despidiendo a todos con una corta mirada y reverencia.

Los familiares se escogieron de hombros, para luego de miles de despedidas, marcharse.

Ahora, el "hombre de la casa", subia las escaleras con miedo, ¿Que había hecho para que su mujer se vea tan... Enojada?

Dio toques suaves en la puerta de su habitación, escuchando un cortante "entra".

Y la vio ahí parada, con su largo vestido negro y liso, cruzada de brazos, dando cortos golpecitos con sus tacos al suelo.
Su cabello castaño caía por sus hombros, descansando en ellos. Su mirada emanaba furia y... ¿Decepción? Y mordia sus labios pintados de rojo con frustracion y enojo.

-¿Q-que... Que sucede amor?- aclaró su voz, no quería sonar como si tuviera miedo de aquella mujer.

Pero si, tenía miedo.

-¿Qué sucede?- pregunto seca -¿Qué te sucede a ti? Mejor dicho- el mayor la miró confuso -¿Enserio? ¿Llamar a tu hijo de "maricon" y dejar que sus propios familiares lo insultaran? ¡Pero en que demonios pensabas!- escupió furiosa.

-Y-yo... ¿Querías que lo felicite? ¡No! ¡Ponte a pensar! ¡El es un hombre, deben gustarle las muj...!- hubiera seguido si no fuera por la cachetada que fue directo a su mejilla.

-¡No vuelvas a decir algo como eso! ¡Es tu maldito hijo! ¡Respetalo! Le gustan los hombres, ¿Y que? No te afecta en absolutamente Nada- respiro ondo -Y no quiero que vuelvas a dejar que su abuela lo insulte de esa manera... ¡Mucho menos sus primas Park!- y con eso, dio finalizada la conversación.

Se saco el calzado, sus perlas y agarró su pijama dirigiéndose al baño.
Park estaba ahí, confundido.

Salió de la habitación, quería ir al patio, quería fumar.
Mientras caminaba hacia la puerta trasera, vio como Irene y Yoongi salían de allí.

Irene lo miro con una corta sonrisa, casi mueca. Y Yoongi, Yoongi ni lo miro.

La mayor decidió seguir de lado, dejando a ambos hombres solos.

-Yo...- Yoongi colocó la palma de su mano en frente.

-Ya se, ya se, no me lo digas a mi, dicelo a Jimin- lo miro con ojos oscuros, yéndose de allí. Tenía sueño y quería dormir.

Hoy Park no la había pasado bien, definitivamente. ¿Como haría para disculparse con su hijo después de tantos años? El nunca lo perdonaría.

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Jihoo~04 💘

¿amigos.... o algo mas? // yoonmin // lemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora