Forever

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"Cuando sueño con morir
Nunca me sentí tan amado"








•Mackenzie's POV•




El día de hoy me desperté con una sensación extraña en el pecho, como si me faltara aire. Mi corazón se sentía raro, había una pesadez en mi estómago.

Miré a mi costado y lo primero que observé fue la única foto que conservaba de mi familia. Observé a mis padres con una pequeña sonrisa y después mis ojos se posaron en las dos niñas que se encontraban tomadas de la mano con una sonrisa gigantesca.

Cada día me preguntaba que sería de mi hermana, como se encontrará, si comerá bien, será feliz... ¿Me habrá olividado?

La extrañaba a diario, me imaginaba como sería la vida si no nos hubieran separado, si la hubieran dejado quedarse conmigo y con mi abuela. Sabía que sería más feliz y que nunca me hubiera sentido sola como lo hice durante tanto tiempo. Mi vida habría sido diferente, y mejor desde el principio si no me hubieran quitado a mi familia.

Mis padres fueron caídos en combate cuando yo tenía 15 años y mi hermana 11. Siempre me sentí orgullosa de ellos, me inculcaron desde pequeña el amor por la profesión que ambos compartían. Por eso había decidido estar en el ejército, y así lo hice. Había regresado hace unos 3 años apenas de el último enfrentamiento del que fui participe, ahí fue cuando me vine a vivir a esta ciudad y comencé una nueva vida. Para ser honesta no descartaba rechazar la oferta si llegaba a ser reclutada en algún momento, al final eso era lo que yo amaba.

En cuanto a mi hermana, solo se nos permitió estar juntas por por casi un año completo debido a que mi abuela era físicamente incapaz de encargarse de dos chicas. Después de que mi abuela, casi rogara le permitieron quedarse conmigo debido a que yo ya estaba más cerca de la mayoría edad y seria más difícil que me adoptara una familia. Y a mi hermana se la llevaron a un internado, del cual jamás obtuve información alguna, así que no pude ni comunicarme con ella, al final fue adoptada y jamás en mi vida volví a saber de ella.

-Venga, a levantarse, muñeca.-di un pequeño salto y lo miré.

-Pero macho, no asustes así, hombre.-me toqué el pecho. Vi como él rió un poco.

-Disculpa, pero en serio, ya levántate coño.-escuché sus pasos salir de la habitación.

Me quedé un rato mirando al techo.
Tío, mentiría si dijera que no estaba acojonada, estaba casi segura de que algo iba a salir mal, y ya me ha jodido el día.

Después de pegar un fuerte suspiro salí de la cama y me dirigí al baño a orinar y acto seguido, darme una ducha porque no veas, que ya olía un poco a ciervo, como diría Gustabo.

•••



Si al llegar a la ciudad y al entrar al cuerpo alguien me hubiera dicho que algún día iba a salir con el superintendente, que iba a dormir conmigo y que por la mañana lo encontraría preparando el desayuno en mi casa, bueno, me era evidente que me habría reído como nunca en su cara y después seguramente le hubiera hecho rinoplastia con todo el gusto del mundo.

-Pero bueno, oleeee.-dije sonriente mientras tomaba un pedazo de fruta de un plato.

-A ver, aquí tienes.-me pasó un plato con waffles, fruta y pan tostado.

-Uy.-hice cara casi de orgasmo al probar los waffles ¿pero cómo cojones le salían tan ricos?

Conway puso un vaso de jugo a mi costado y rió al ver mi cara.

sun is shining; jack conwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora