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"él no esta aquí"
- ¿me dirás que es lo que pasó?
el más bajo negó debajo de las sábanas apenas asomando un poco de su cabello. jeno apenas sonrió por lo enternecido que se veía, se adentro de igual manera en ella para abrazar al de cabellos fantasía.
- ¿jung te hizo algo? - na se incorporó exasperado negando repetidas veces.
- dudas mucho de él.
jeno se sentó de igual manera - no es normal que alguien llegue de esa manera de una fiesta.
en cambio sólo recibió una mirada caída de na. no quería imaginarse lo peor pero verlo tan destrozado lo estaba matando, aun tenía los ojos inchados y la nariz roja de tanto llorar. indicado que no había dormido muy bien por toda la madrugada.
obligó a que este se recostara de nuevo, atrajo su cuerpo al suyo para poder abrazarlo mostrándole lo tan preocupado que estaba. acariciaba su espalda y subía hasta su cabello para revolverlo ligeramente dándole masajes. lo escuchaba soltar ronroneos de satisfacción ante su afecto, eso la menos le regresaba los latidos de amor de nuevo a su corazón.
- cuando estés listo, podrás decirme- aun sin soltar el abrazo beso su cabello - quiero ayudarte.
jaemin asintió suave. siempre tenía con él para contar, sin jeno, juraría que no tendría un refugio en donde cuidarse de el mundo.
ambos fueron llamados para desayunar con toda la familialLee. después de cambiarse de ropa, y ponerse algo desente bajaron teniendo ya lista la mesa con el menor de todos a medio comer y la señora lee dejando cubiertos aún lado de los platillos.
- estaba por mandar a tu hermano para que los levante - sooyoung dejó un beso en la mejilla de los recientes.
- por qué tardaron es lo que deberías preguntar mamá - youngjae se reía de su propio comentario.
jeno golpeó la parte trasera de su cabeza para sentarse a su lado.
jaemin era muy bien recibido en la casa de los lee, sooyoung la madrastra de jeno siempre estaba al pendiente del mejor amigo de su hijo, tanto que lo trataba como parte de la familia. la pequeña familia era la ideal de cualquiera, no había problemas ni discusiones un equilibro perfecto.
la adulta dejó el plato con comida enfrente suyo. na tomó los cubiertos inseguro tratando saliva y pensando mil veces antes de tomar un poco con la cuchara.
- está bien - jeno lo tomó de la mano -, él no está aquí. puedes comer.
jaemin sonrió - claro, tienes razón - sin darle más vueltas metió a su boca una cucharada del cereal sintiendo el choque de azúcar, sonrió achicando sus ojos.
el chico tosio unas cuantas veces más para luego incorporarse del retrete y dirigirse al lavamanos. jae lavo su rostro quitando cualquier resto cerca de sus labios.
- perdón señora lee - sorbio su nariz -, perdón jeno.
dio pasos hacia atrás mirando su figura desde la cintura hasta su clavícula forman una mueca disgustiva. ¿por qué no notaba un cambio? seguía viéndose horrible y no aceptable para su amado.
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