Capitulo 2 (Mañana)

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---Años después---

Un pequeño corderito corría a toda prisa por la orilla de una ventana, donde había unas macetas repletas de flores.

Rápidamente se escondió entre unas rojizas, pues su lana era de ese color se podría camuflajear de forma perfecta, sin duda se veía agitado el pobre, si de verdad quisiera huir de algo o alguien.

De repente la protección de ese ventanal fue abierta de golpe, dejando ver a un joven doncel, de una cabellera larga y lila, se vía realmente entusiasmado, buscando por todas partes del lugar, sin duda era a ese corderito su objetivó.

-Mmm- Se recogió algunos mechones que le habían caído en la cara, echándolos para atrás –Valla creo que Kiki se escondió en otro lado- Se fue retirando del lugar, de manera lenta, con las manos para atrás, girando sus ojos despreocupadamente.

El corderito por su parte rio de manera suave, para no ser escuchado, aunque fue más un bramido leve.

Sin embargo eso le duro poco, pues de su torso fue enredado por un mecho lila y siendo levantando suavemente, quedando de cabeza.

-Te tengo- De igual forma el joven pelilila se presentó, causándole un susto, mientras el chico sonreía de par en par.

Sin duda por su triunfa en las escondidas.

-Ya son veintidós a mi favor- Lo bajo rápidamente, pues sujetarlo con su cabello era divertido, dejándolo en la orilla de la ventana.

-¿Jugamos veintitrés de cuarenta y cinco?- Miro al pequeño corderito, posicionando sus manos en sus caderas levemente marcadas, buscando la aprobación de esa pregunta.

Kiki, solo negó con la cabeza, cerrando sus ojos, mostrándole una cara de que no le gustaba para nada esa idea.

-Ok...- Se sentó junto al pequeño –Y tu ¿Quieres hacer?-

El pequeño sonrió de oreja a oreja, dando unos leves saltitos, señalo con su cabeza, debajo de esa inmensa torre, dándole a entender su deseo.

-Si...- Levanto al cuadrúpedo miniatura y lo puso en su regazo, mientras él se sentaba dejando colgadas sus piernas –Yo creo que no, es lindo estar adentro y a ti te gusta- Señalo a su amigo.

Por su parte el animalito, lo miro con cara de aburrimiento y le saco la lengua, retunda negación ahora doble.

-Ay... No te enfades Kiki- Lo cargo entre sus manos, para cercarlo más a su cara –No es tan malo estar aquí- Con el pequeño en brazos, se retiró de la ventana, sin duda para comenzar hacer alguna otra actividad en mente.

Correr por dentro de la torre para comenzar hacer sus quehaceres, era la misma rutina de cada día.

Primero apoyado e impulsado por su cabello, se colocaba en las vigas de madera más altas, para lograr abrir el tragaluz que tenía por donde los rayos matutinos hacia su Aparicio.

Siendo todo más fácil con metros y metros de cabello, que utilizaba para jalar esa palanca y sostenerse sin más.

Al bajar, miro el reloj fijándose en la hora.

-Siete a.m. un nuevo día dio inicio- Tomo a su corderito entre las manos, para llevarlo con él a todas partes.

Poniéndose a barrer, el poco polvo que lograba juntar, levantando su cabellera para no estorbar y colocando toda la basura en el recogedor de mano que su amigo le sostenía ensuciándolo al pobre.

Ahora haciendo uso de un trapeador, dos pares de cepillos para tallar de mano colocados en sus pies, como si fueran patines, pulía y enceraba el piso, de manera divertida pero efectiva. Mientras el pequeño corderito le ayudaba de igual forma con uno de esos cepillos.

Munzel (ShakaXMu) YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora