𝗯𝗮𝗻𝗴 𝗽𝗼𝗹𝗶𝗰𝗲 ꗃ᤻ chanin

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A penas Jeongin salió de la oficina del Jefe Seo, Chan lo bombardeó con preguntas y la mayoría sin sentido alguno. Tenía agarrado al pelirrojo del brazo y lo guiaba a paso rápido a la celda.

─Más vale que me diga ahora mismo de lo que hablaron.─ gruñó Bang como si realmente le importase.

Jeongin sólo se había dedicado a sobrarlo por cada pregunta y quejarse por el agarre del oficial que de a poco iba ganando fuerza.

─Lo que haya hablado con Seo no le tiene que interesar en lo más mínimo, son conversaciones privadas Bang.─ respondió Jeongin, haciendo notar su enojo y manteniendo su ceño fruncido.

Cuando llegaron a la celda, el oficial empujó a Yang sin ningún cuidado dentro de ella y siguió insistiendo, dejando las formalidades de lado.

─¿Qué es lo que ustedes dos hablaron?─ preguntó Bang mientras de a poco iba acorralando a Jeongin contra una de las esquinas.

Y Yang se aprovecha de todo.

─¿Acaso está usted celoso de Seo? Sabe que soy únicamente suyo.─ contestó en tono juguetón el pelirrojo, enrollando sus brazos en el cuello del policía. Le sorprendió bastante el hecho de que Bang no se haya inmutado con aquél gesto, pero eso más lo insitó a seguir con el pequeño juego.

─¿Qué? No son celos.─ contestó el oficial mientras de forma inconsciente dirigía sus manos a la cintura del más bajo.

Jeongin dejó que una pequeña carcajada se escapara de sus labios.

─Aló policía.

─¿Qué?─ Bang le miró con una ceja enarcada.

─Quiero que me entre como agua al Titanic.─ respondió Jeongin y fue acercándose más a los labios del adverso.

¿Bang impidió el beso? Oh, claro que no. Dejó que los esponjosos y suaves labios del pelirrojo se presionaran contra los suyos, fue un beso corto y dulce, sin intenciones de avanzar a otro nivel.

─Aquí no.─ comentó Chan cuando Jeongin se alejó unos pocos centímetros.

─¿Aquí no? ¿Entonces en otro lado sí?─ interrogó el más bajo.

El rubio abrió la boca con intenciones de contestar, pero fue interrumpido por la voz de una tercera persona.

─¿Así que me intentaste violar al niño mientras yo no estaba?─ se escuchó desde la entrada de la celda, Seungmin estaba de brazos cruzados y con una mueca de disgusto mientras que Jeongin estaba rojito de la vergüenza y con una tímida sonrisa.

─N-No, no es lo que crees... yo... sólo estábamos...─ al policía se le podía notar lo nervioso que estaba, sus mejillas estaban de un ligero color carmín y trataba de excusar lo que su menor había visto, sin éxito. No se le ocurría nada.

─Sabía que alguien estaba en peligro.─ comentó Seungmin mientras negaba con la cabeza.

─¿Para qué has venido de nuevo?─ preguntó Bang algo molesto.

─Oh, sí. Recibí una llamada de una tal Brittany, dice que es la madre de Yang...

─¿Brittany?─ preguntó Jeongin algo confundido.

─Sí, tu madre tiene una voz muy grave, por cierto. Y es rara.─ dijo el bajito, soltando una ligera risa.

Y ahí fué cuando a Jeongin le cayó la ficha.

Félix venía a salvarlo, perfecto.

─Oh, sí... resulta que se golpeó en la garganta con la mesa y le quedó así la voz.

─Eso es lo más raro que he escuchado en la vida, pero bueno, pasa de todo hoy en día.─ Seungmin se encogió de brazos e hizo una pequeña mueca. ─Bueno, debo irme, tengo que cuidar las celdas de adelante. Tienes mucha suerte de que te hayan colocado a Yang en una celda lejos de las demás y rodeada de otras vacías, menos trabajo. En fin, no me violes al chico aquí, por favor.─ dicho aquello se retiró.

─Rápido, sáquese el pantalón antes de que vuelva.─ habló el pelirrojo mientras agarraba al oficial del cuello del uniforme y lo atraía torpemente hacia él.

─¿Q-Qué? ¿De qué hablas?

─Que pongo los panes para que meta la salchicha.─ contestó Yang a la vez que buscaba la bragueta del pantalón ajeno con torpeza.

Bang de inmediato alejó la mano del más bajo y le miró sorprendido.

─¿Hay panchitos?─ preguntó el oficial casi emocionado.

─Mira... No lo sé... pero qué ricos panchitos haríamos nosotros.─ Jeongin sonrió de lado y volvió a poner la mano en el pantalón de Bang. Obvio, éste volvió a apartársela.

─Voy a preguntarle a Seo.

Dicho aquello, Bang salió disparando a buscar a su jefe con tal de saber si habrán panchos o no.

Menudo idiota, pensó Jeongin y se sentó en la madera.