❝ papito rico, quiero tu macana contra mis nalgas ❞
✶ chan ♡'s jeongin
✶ humor. boys love. cambio de edades. escenario ficticio
✶ minúsculas intencionales.
✶ menciones de otras parejas y/o idols.
✶ 𝙖𝙙𝙖𝙥𝙩𝙖𝙘𝙞ó𝙣 en corrección. todos los créd...
Luego de todo el lío de la mañana, Chan y Jeongin habían decidido volver a la celda para descansar un rato más.
El único problema era que Jeongin había optado por cambiar de posición a una realmente incómoda para el más joven.
Los brazos de Chan dolían al igual que sus piernas y sus ojos estaban humedecidos por aguantar ese espantoso hormigueo en sus extremidades. No podía moverse.
Jeongin se acomodaba a cada minuto, le usaba como un gran oso de peluche en el cuál se podía descansar.
Pero Bang no era un peluche -por más que Jeongin lo deseara-, podía sentir inclusive el dolor.
Pasaron unos cuantos minutos más y una fuerte campana resonó por todo el lugar.
Era la campana que anunciaba la hora del almuerzo.
Y Jeongin se había despertado, fantástico.
─¿Que mierda es lo que está sonando a esta hora?─ preguntó con un notable enojo.
El pelirrojo se levantó de las piernas del oficial para salir de la celda y averiguar qué carajos había sido eso. Y Chan le agradecía a la campana, que fue la salvación de sus preciosas piernas.
─Significa que yo debo ir a comer, mientras que tú te quedas aquí sin hacer nada... nada malo.─ aclaró el rubio.
Jeongin simplemente le sonrió al ver que Minho estaba dirigiéndose a donde se encontraban junto con Seungmin.
Ya verás si me quedo aquí fue lo que pensó el culón.
─¿Estás lista, nena?─ preguntó Minho al llegar mientras se aferraba al brazo de Jeongin.
Chan sólo miraba desde la banca, todo confundido.
Hasta que de nuevo le cayó la ficha.
─¡Hey, Chan!─ saludó Seungmin, que estaba parado como animal obediente al lado de su mayor. ─¿Por qué esa cara?
Sin embargo, Chan no respondió a la pregunta. Lo hizo Jeongin.
─Es que está tan emocionado de comer conmigo, así como se enoja por cosas pequeñas, se emociona por pendejadas.
─Bueno, nos vemos allá. Minho y yo debemos preparar las cosas y ya los presos están saliendo.
─Adiós Minnie.─ saludó Yang.
─Adiós beba, Chan te mostrará a dónde hay que ir.
Se dieron dos besitos en ambas mejillas y los dos mayores se fueron al patio, dejándolos solos a los menores.
─Chan, levántate.─ ordenó el pelirrojo.
─No puedo...- lloriqueó el oficial. ─no siento las piernas.
─Párate carajo, sin excusas. ¿Donde las compras? ¿En internet?─ habló Yang mientras jalaba el brazo de Bang.
Se dió cuenta que Bang hablaba en serio cuando lo vió estamparse en el suelo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todos los presos en el patio estaban ubicados en largas mesas de madera.
Jeongin agradecía ser el único que se amigó con los policías, no quería estar con aquella bola de idiotas que pensaron que robar era un futuro -aunque él prácticamente está acusado de violación.-
Escaneó toda la sala hasta que encontró la pequeña mesa en la que se encontraban todos los policías y alguno que otro ayudante.
Minho no tardó en levantarse y saludar, con una cara de confundido al no poder procesar lo que estaba viendo.
Jeongin solo sonrió y siguió arrastrando el cuerpo de Chan por la sala, haciéndolo chocar con las patas de algunas mesas, hasta que llegaron a donde se dirigían.
Seo, el Jefe, se quedó en silencio, analizando toda la situación y de un momento a otro su cara cambió totalmente. A una mezcla de sorprendido, divertido, y otras cosas que quién sabe qué.
─¡JA! ¡Te la metieron!─ canturreó el Jefe de policía.
Chan se quedó calladito, haciendo únicamente muecas de disgusto. Burlándose de sus ocurrencias.
─Y bien rico parece.─ habló Jackson, uno de los oficiales, quien se encontraba al lado de Minho.
Ja, pobres ilusos.
Si tan sólo supieran que el que la mete es él.
─Siéntense que ya viene la comida.─ avisó Seungmin.
Jeongin ubicó a Chan en una de las sillas vacías y se sentó arriba suyo.
Otra vez.
Bang estaba pensando ya seriamente en cortarse las piernas.