જ ، O13 ⋆ penúltimo。

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Ya había llegado la noche.

Chan y Jeongin habían estado conversando todo el día luego de haber terminado de comer con todo el grupo.

Jeongin hacía cada pregunta... Y algunas de ellas fueron "¿Por qué no trabajas como los demás y estás al lado mío?" o "¿Eres virgen?"

A lo que Chan le respondía con lo justo y necesario; "Éste es mi trabajo por ahora." , "No."

Tontas preguntas y algunos juegos dentro de la celda les hizo perder todo el tiempo para hacer cosas más productivas, pero de todas formas, ambos estaban cómodos con la compañía del otro, haciendo bromas sin sentido y caras extremadamente raras que daban mucha gracia. En especial las caras raras que hacía Bang.

Pues su nariz gigante y sus ojos raros le hacían ver gracioso. Demasiado.

Pero no contaban con que el Jefe Seo estuviera viniendo hacia ellos.

Y que ahora se encontraba viéndolos muy amigables dentro de la celda.

Digamos que el hábito de lanzar personas de Chan no desapareció, ya el pelirrojo estaba en el suelo por culpa del empuje.

Obvio, Jeongin ya estaba planeando su venganza.

Bang... Yang, los necesito a ambos en mi oficina, hagan lo que tengan que hacer y muévanse rápido.─ habló el Jefe.

Y bueno, no quedaba más que obedecer al pelinegro pa' que no se amargue.

Y bueno, no quedaba más que obedecer al pelinegro pa' que no se amargue

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Ahora, justo ahora, Yang se estaba volviendo loco.

Le han llamado junto con su macho y en la oficina se encontraban todos.

Con ese todos se habla de Minho y Seungmin. Sí.

Y detrás del pelirrojo andaba Jackson, otro de los policías que al parecer anda hablando con su pareja, pues se escuchaban cosas como "Markypooh te juro que yo no dejé eso ahí."

Pero bueno, ahora eso no era el tema.

El tema era que Seo salía de una puertita que tenía su oficina con papeles en mano, sonriéndole al pelirrojo.

Pero no, no era una sonrisa normal.

Era una sonrisa de un ser malvado, que despiadadamente realizó un plan macabro y ahora acabaría con todos.

─¡Felicidades, puedes ir a hacer tus porquerías! Ya estás libre, pequeño Jeongin.─ dijo Changbin mientras le daba fuertes palmadas en la espalda.

Bang, por su parte, se entristeció demasiado con tan sólo escuchar aquella frase.

Pero trató de ocultar su tristeza con una sonrisa, con todas sus fuerzas.

A la par, se encontraba Minho, quien lo miraba confundido y divertido por aquella expresión tan rara.

─Gracias, Binnie-hyung.─ Agradeció Yang, realizando una pequeña reverencia.

Bang, necesito que lleves a Jeongin a su casa... Está a pocas cuadras, su madre me lo pidió, además, ya termina tu turno.

Sin decir nada, Chan se levantó, y sacó al pelirrojo de la oficina, agarrándolo duramente de la muñeca.

Changbin, ¿No te parece demasiado tratar de hacer que Bang se encariñe con Jeongin?─ preguntó Seungmin una vez que se aseguró de que los mencionados no estuvieran cerca.

─Ese niño anda de amargado desde la última vez, ni siquiera se junta con amigos o va a buscarse a alguien.─ respondió el pelinegro.

─Bueno, lo has dejado cagado.─ volvió a hablar Seungmin, dejando al pelinegro un poco pensativo antes de volver a responder.

─Calla, no funcionaba... Pero te apuesto a que esos dos van a terminar juntos... No, de una u otra manera iban a terminar así.─ respondió el Jefe, finalmente.

─Como digas, Bin.─ Seungmin le sonrió.

La mayoría de las veces, Seo tenía toda la razón. Y esta tal vez no era la excepción.

 Y esta tal vez no era la excepción

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─Llegamos.─ anunció Chan, mirando a Jeongin, esperando a que este saliera del vehículo.

Pero Jeongin tenía otros planeas.

─¿Acaso te has olvidado?─ preguntó el pelirrojo, sonriéndole con amplitud.

Chan no entendía, pues tenía todo en su lugar.

─Creo que no he olvidado nada...

─Me has prometido una cosa, Channie.─ le recordó el más bajo.

"Maldición" pensó el rubio.

─O-Oh eso... ¿Te parece mañana en la noche?─ preguntó el mayor con notable nerviosismo.

Jeongin sólo le veía con diversión, tratando de no soltar una carcajada.

─Me parece que, salgas del auto... me abras la puerta, y me des mi cita.─ contestó Yang.

Chan tragó en seco y esperó unos minutos antes de salir del carro para abrir la puerta del copiloto.

Jeongin le miró con una ceja enarcada cuando el oficial le hizo señas para que bajara.

─Dame la mano, como un príncipe.─ ordenó.

Chan le entrecerró los ojos antes de extenderle la mano.

Estaba perdiendo tiempo con el pelirrojo aquél.

Jeongin tomó la mano del oficial, y salió del vehículo, cerrando la puerta.

─Llévame a la puerta.─ ordenó nuevamente, a lo que Chan obedeció sin rechistar.

Chan mentiría si dijera que no estaba molesto por el comportamiento que decidió tener el pelirrojo justo ahora.

Pero todo ese enojo se esfumó cuando Jeongin -ya estando frente a la puerta de su hogar- depositó un pequeño beso en sus labios. Casi se le escapó todo el aire de los pulmones.

─Entra conmigo... quédate aunque sea unos minutos.─ susurró el más bajo.

Y Chan no pudo hacer nada más que obedecer nuevamente.

𝗯𝗮𝗻𝗴 𝗽𝗼𝗹𝗶𝗰𝗲 ꗃ᤻ chaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora