CAPITULO 8 ARACHNEA

11 6 2
                                    


"Por cierto" le dije mientras volaba abrazándola, por la cintura, para poder llevarla conmigo "¿cómo debo llamarte?"

"bueno..." respondió ella pensativa mientras volteaba a verme "mi amo me llama basura, inútil y otras cosas peores" dijo con una amarga sonrisa

"¿tienes un amo?" pregunte escandalizada y ella se limito a responder afirmativamente con la cabeza y una triste expresión en el rostro

"creo...creo..." dijo evidentemente haciendo un esfuerzo por recordar algo "que mi nombre era algo como Ede o Lede..."

"¿Ledea tal vez?"

"es posible" respondió ella llena de dudas "disculpa que te moleste ¿podríamos descender?"

"seguro ¿pasa algo?"

"bueno, es que algunas de mis patitas están casi a punto de desprenderse" respondió apenada

Eso fue más que suficiente explicación para que rápidamente descendiera rodeando una pequeña montaña

"creo que allí sería un buen lugar donde descansar" dijo señalando lo que parecía ser una fisura o cueva casi en la cima; siguiendo sus indicaciones descendí lo más cerca que pude, pero tuvimos que entrar caminando o más bien tuve que cargarla, pues ella no podía caminar, para entrar en aquella grieta y nuevamente me sorprendió lo ligera que era, casi como si no pesara nada

"ok, espero que aquí podamos descansar por lo menos un momento" dije mientras la recostaba con cuidado en el suelo

"muchas gracias" dijo ella tomando mi mano "te arriesgaste mucho por una desconocida, ahora serás perseguida por la ley...por culpa mía, ¡por favor discúlpame!"

Por un instante tuve la certeza de que lloraría, pero de sus lindos ojos violetas no salió ninguna lágrima

"¿puedo llamarte Ledea?" le pregunte tomando su mano entre las mías y ella respondió afirmativamente con la cabeza

"necesito hacerte una pregunta y necesito que me respondas con la verdad" dije seria mientras me sentaba a su lado

"no necesitas preguntar" dijo ella anticipándose a mi pregunta "escuche lo que los guardias te dijeron" agacho la cabeza "lo que dijeron de mi es cierto, soy una ladrona" agrego en voz baja

"¡pero no lo hago por mi voluntad!" me aclaro, rápidamente acercándose a mí y viéndome directamente a los ojos "debo hacer lo que mi amo me ordena, no tengo opción, el me controla" dijo con voz triste "¡te lo suplico debes creerme!" me imploro

Su rostro estaba muy cerca del mío, podía ver cada detalle de sus ojos y muy al fondo de ellos pude ver no solo la sinceridad de sus palabras sino el terrible dolor que sentía al ser obligada a hacer algo que no quería

"te creo" le dije sonriéndole

"¡GRACIAS!" exclamo casi de manera explosiva y se arrojo contra mí abrazándome del cuello "ay disculpa" dijo apenada luego de un momento "pero ni siquiera sé cómo debo llamarte"

"soy Ohenduse" respondí un poco intimidada por su explosiva actitud "espero podamos ser amigas" agregue sonriéndole

"¡estaré más que encantada de ser tu amiga!" dijo de manera efusiva dando pequeños brinquitos aun sentada "eres mi primer y única amiga que tengo"

"tú también eres mi primer amiga" comente y las dos reímos alegremente

"¿podrías ayudarme?" me pidió

"ok, ¿que necesitas que haga?"

"como te dije hace rato varias de mis patitas están casi por caerse" dijo quitándose la simple túnica que la cubría y pude ver que algunas ya se había desprendido de su cuerpo "yo no pued...me es un poco difícil hacerlo sola, por lo que necesito que las vuelvas a poner en su lugar" me pidió con una torcida mueca en su rostro

Mi amigo y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora