Dia 12

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El aire huele a papel viejo y a gato. Si miras hacia la ventana puedes ver millones de pelusas volar hacia todas partes. La habitación tiene un gran escritorio al fondo, bajo el ventanal. Frente a la mesa de caoba, esta el sofá en donde llevo cuatro minutos tumbada. A mi lado Patrick me mira con los brazos cruzados sobre el pecho, sentado en un elegante sillón.

Junto las puntas de los dedos como lo hace el dueño de la fabrica de electricidad de los Simpson. Este... Burns o algo así.

El sofá en el que estoy tumbada de hunde,  como si me tragara poco a poco.

Y así es como me hace sentir estas sesiones.

Vengo a su consulta para que él inspeccione cada rincón de mi cerebro y ordenar el desastre que tengo dentro.

Pero a nadie parece importarle que me gusta este desastre tal y como esta.

El me mira sobre sus gafas de pasta, colocadas meticulosamente sobre su nariz respingona con bigote espeso.

Espera encontrar el fallo que me provoco el cortocircuito en la cabeza.

Mi cabeza es un desastre de ideas y pesadillas que no hacen mas que hacer cortocircuitos.

¿Y que?

No quiero estar aquí, pero no me puedo ir.

Le dedico mi mejor sonrisa falsa y acomodo el cojín que tengo detrás de la cabeza. Odio esto.

-Bueno, Alma. Ha pasado mucho tiempo. ¿Que tal con los colegitas?

Mis ojos se en tornar involuntariamente. Si hay algo que odie mas que este sofá absorbe cuerpos, es a los viejos que intentan parecer guais hablando como un niñato de 13 años.

Juego con mis dedos en busca de una respuesta sarcástica pero mi cerebro no quiere pensar en esto ahora mismo.

Solo puedo pensar en que hoy es viernes y que son las 12 de la mañana. Viernes. Hoy voy a ver a Al.

Debería de estar en clase pero mis padres dicen que esto es mas importante.

Ayer tampoco fui a clase. Patrick vino a mi casa y estuvo hablando dos horas con mis padres.

Mientras yo me encerré en mi cuarto y escuche a Kurt Cobain gritar durante horas.

Wes se quedó sentado sobre mi escritorio todo el día. No hablamos. El miércoles por la noche me pidió perdón por todo, pero no le respondí.

En realidad lo que me distrae cada minuto es que en cuanto salga de aquí voy a ir a al chino de abajo a comprar cerveza y cogeré el autobús para ver a Al.

Pero primero tengo que aguantar toda un hora con este elemento.

-No me vas a contestar ¿verdad?

Levantó las cejas y sonrió. Una hora entera. ¿Porque me torturan?

-Se acabaron los juegos.

-¿Estabamos jugando?-Me siento a lo indio y le miro divertida. A ver que tontería me suelta ahora.

-Alma. Cuéntame lo que paso ayer.

Le cuento lo mismo que le he contado a mis padres. Que me tome una droga alucinógena y que  veía un gnomo en mi cuarto y que por eso me puse así.

Patrick se quita las gafas y se inclina hacia adelante. Cuando hace eso significa que esta empezando a molestarse.

-Mira, niña. Puede que tus padres se crean eso. Pero yo no. Tengo varios títulos y se perfectamente cuando alguien miente. Sobre todo tu.

KHOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora