Dia 12

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Para cuando llego a al cuarto de Al, estoy llorando. No como ayer a la noche, no tengo fuerzas para llorar así. Simplemente dejo que las lágrimas caigan y me abrasen la cara.

Toco la puerta con fuerza hasta que abre y me meto sin saludarle ni nada.

Me subo a la camilla y me rodeo las piernas con los brazos. El colchón se hunde cuando el se sienta a mi lado. No habla solo me mira con sus pozos negros.

Me seco la cara y echo la cabeza hacia atrás, hasta topar con la pared.

-Todo el mundo dice que los lobos son malos. En todos los cuentos hacen de malos. Pero en realidad no lo son ¿Sabias? La gente huye de ellos y los tacha de malvados cuando no los conocen. Son buenos. Divertidos y preciosos. ¿Alguna vez has visto uno de cerca?

-No.

-Yo si. Mi tía trabaja en un sitio en donde cuidan animales cuando esta heridos y después los sueltan. Les implantan un chip para saber mas sobre ellos. Me ha llevado montones de veces. Los lobos son mis animales favoritos. Son listos y elegantes. Muchos les tienen miedo y si no tienes una valla entre ellos no están tranquilos. Pero los lobos no son sanguinarios. Matan lo justo para alimentarse, no como los humanos. Nosotros también matamos sin escrúpulos para alimentarnos y no nos tememos ente nosotros. Bueno, yo no, yo soy vegetariana. Los lobos son fantásticos, pero la gente no lo ve. Si pudieran verlo... durante cinco minutos, sabrían que son geniales  les dejarían en paz y no serian algo que hay que matar cuando vive libremente, sin ser controlado.

-A mi me gustan los lobos.

Le sonrió.  No me intenta consolar ni nada, y se lo agradezco, porque tampoco lo conseguiría. Le doy las latas y me sonríe de oreja a oreja.

-¿Puedo preguntarte que te ha pasado?

-No.

-Vale.

El se bebe dos latas y yo le miro. Le he echado mucho de menos.  Recuerdo que lo que ocurrió el miércoles, fue porque quería verle. Apenas hace una semana que le vi por primera vez y ya me pongo nerviosa cuando paso un par de días sin el. Esto se me esta yendo de las manos.

-Cuéntame algo.

-Hummm...-Dice mientras se arrasca la cabeza.  Luego abre los ojos pero su mirada se vuelve sombría.-¡Ah! Mañana me dan el alta.

-¿Ya? Que bien. ¿Ha venido alguien mas a visitarte?

Levanta la pernera de su pijama y me enseña la escayola llena de mis dibujos. No hay ninguna firma nueva. Me lo tomo como un no. No me puedo creer que NADIE haya venido a visitarle. Si me hubiera pasado eso a mi mis amigas habrían venido aunque su visita no me habría importado mucho. 

Si yo hubiera tenido el accidente y Al hubiera sabido, ¿Habría venido a verme?

Con ver la cara e inseguridad que tiene ahora se que no.

-Khou...

-¿Si?

 Su tono es inseguro y parece vulnerable. ¿Porque tiene que ser tan adorable? Juega con la lata y me mira de vez en cuando por el rabillo del ojo. Le animo a seguir hablando dándole un empujoncito con el hombro. Consigo que sonría un poco pero también se pone mas nervioso. Ahora se lo que siente la gente que no me conoce cuando intenta hablar conmigo.

Levanta la cabeza decidido por fin y empieza ha hablar.

-¿Seguirás vienendo a verme?

-Claro que si estúpido.- Sonríe mirando a la lata. Sabia que era vergonzoso, pero no que era tanto como yo.- Con una condición, que tu también vengas a visitarme a mi.

KHOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora