Yo tenía un poco menos de dos horas de haber llegado al bar, tome un par de tragos y busque algo que me entretuviera. Mire por todos lados y aunque había muchas chicas bonitas ninguna lograba convencerme del todo.
Algunas de estas chicas se acercaron a mi mesa e intentaron conversar conmigo pero yo perdía rápido el interés y ellas pronto se retiraban. Nunca fui grosero, esto no es digno de un caballero; sin embargo no me sentía interesado en tratar con alguna de estas. Estaba casi al final de mi búsqueda siendo las diez de la noche cuando ella ingresó al bar acompañada de sus amigas, al dirigirse a la barra no pude evitar mirarla detenidamente.
Era bellísima, por el vestido negro que traía pude notar que tenía un cuerpo delgado pero con las proporciones exactas pues eran bastante visibles a través del vestido, su cabello fue algo que también llamó mi atención. Era de un marrón oscuro con algunos mechones de color rojizo, quizá eran naturales o tal vez se debía a algún tinte pero no quitaba el hecho de que le quedaban fantásticos.
Finalmente la vi pedir un trago pero mi sorpresa fue gigante al notar que el bartender le ofrecía una charola con shots de tequila. Ella estaba de cumpleaños. Sus amigas gritaron de la emoción y la alentaron a beberlos completos, sonreí al notar como ella se había apenado y al inicio se negaba pero después cambio su actitud al notar que todos la miraban y decidió comenzar a beber. "Ella es, es perfecta" dije para mí mismo.
Al terminar su último trago ella sonrió ampliamente y les gritó algo a sus amigas que no alcance a escuchar, seguido todas se levantaron y se encaminaron a la pista improvisada del lugar. Sonaba una música pegajosa de moda que provocó que todas se emocionaran y comenzaran a sacudir sus cuerpos. Ella al inicio bailaba algo tímida; sin embargo esto cambio al sonar una música más movediza, sus movimientos ya no eran nada tímidos; por el contrario eran sensuales y liberales.
Pude notar que muchos hombres en el bar la veían a ella, esto me molestó un poco pero yo no podía hacer nada, era un simple espectador. Después de un rato de bailar se cansó y volvió a sentarse en la barra, yo aproveché esta oportunidad y le pedí al mesero mandarle una margarita de mi parte. Cuando la recibió su cara fue de sorpresa, tuvo un leve sonrojo y volteó en busca de aquel que le había mandado el trago.
Finalmente nuestras miradas se cruzaron y yo levanté mi copa, ella hizo una mueca de sorpresa pero después sonrió. No pasó mucho cuando yo me levanté de mi mesa para ir a la barra, me senté a su lado y comencé a platicar con ella. Esta era mi oportunidad. Estuvimos hablando un rato, de ahí supe que cumplía veintiún años, vivía sola en un departamento y que sus amigas la habían obligado a venir a festejarlo, pude notar que ella no estaba acostumbrada a estos lugares y que era bastante tranquila.
Después de esto la invité a bailar y ella accedió, al llegar a la pista la música que estaba era rápida, yo comencé a moverme manteniendo mi distancia; sin embargo ella se pegó a mi cuerpo y comenzamos a bailar más cerca, mis manos fueron a parar a sus caderas y me preparé mentalmente para una queja pero nunca llegó; por el contrario, volteó y me regalo un cálida sonrisa. Dejamos fluir nuestros cuerpos al compás de la música convirtiendo nuestro ritmo en uno solo, ella sonreía en todo momento y yo olvidaba en qué lugar me encontraba, incluso por un par de minutos olvidé el propósito que tenía.
Bailamos otro par de canciones hasta que finalmente nos cansamos, volvimos a nuestros sitios en la barra y descansamos un poco, ella me dijo que iría al sanitario y que si pedía por los dos, por supuesto que yo accedí y procedí a despedirla como todo un caballero. Vi como en su recorrido sus amigas se le unían y supe que esta era mi oportunidad perfecta. Mire mi reloj y ya era media noche -"perfecto" dije para mí mismo- voltee a ver al bartender y le pedí dos Martini, al tenerlos en mis manos saqué la pequeña botella de GHB que traía conmigo, vertí un poco de la droga en su bebida y mezclé con mi agitador especial, finalmente guarde todo en mis bolsillos y me senté a esperar.
Después de un par de minutos ella regresó y brindamos por su cumpleaños, cuando la vi tomar el trago sin sospechar nada sonreí internamente, volvimos a la pista y disfrutamos de la noche un poco más. Mientras estábamos en la pista vi como todas sus amigas desaparecían, algunas se iban con tipos a sitios privados y otras simplemente se iban olvidándose por completo de su querida amiga. Pronto ella comenzó a sentirse mal y yo intenté ayudarla, me pidió buscar a sus amigas y al no encontrar a ninguna me ofrecí a llevarla a su casa. Al principio se negó, pero yo insistí y finalmente accedió. Volvimos a la barra y tomamos nuestras cosas, después nos encaminamos a la salida y buscamos mi automóvil.
Ella me dio su dirección y subió de copiloto. Al fin nos pusimos en marcha. Puse música suave para ayudar a que se relajará, sabía que la droga pronto haría efecto y ella no podría resistir por mucho tiempo, a mitad del camino finalmente pasó, su actitud cambio y las cosas se calentaron, toco mi entrepierna tomándome con sorpresa. Paré el automóvil y cuando la voltee a ver me besó, yo correspondí casi de inmediato.
Estaba tan feliz, por fin la iba a tener solo para mí. Las cosas fueron subiendo de nivel, ella al fin estaba enloquecida y quería hacerlo en el auto pero yo no. Aún no. Le ofrecí llegar a su apartamento pero ella seguía muy caliente, me rogó por hacerme una paja y yo gustoso accedí. Debo admitir que me tomo por sorpresa, nunca creí que la droga la fuera a poner así, esta era la primera vez que ocurría pero joder, en serio lo disfrute su mano hacia movimientos maravillosos sobre mi entrepierna. Una vez que llegué al orgasmo sonreí y le bese, subí mi bragueta y limpié un poco el líquido saliente una vez que terminé de limpiar encendí nuevamente el auto volviendo a nuestro plan inicial.
Al fin llegamos a su apartamento y bajamos del auto, ella se encontraba muy mareada y yo me preocupé un poco ¿acaso había usado más de lo normal? Me pregunté y luego lo negué, había usado la misma cantidad. Opté por tomarla en brazos y subirla cargando hasta su apartamento, al llegar la bajé y abrió la puerta, nos adentramos y una vez que la puerta se cerró la diversión comenzó.
Ella brinco encima de mí y comenzamos a besarnos, la ropa fue sobrando hasta quedar completamente desnudos, caminamos hacia el sofá y la recosté sobre este. La miré un poco y decidí complacerla así que comencé a hacerle sexo oral, ella comenzó a gritar de placer y eso me enloqueció aún más. Quería complacerla esta noche, este era mi único regalo de cumpleaños. Después terminó en mi boca y saboree cada gota de su ser, me levanté y tome mi pantalón de este saqué un preservativo y me lo coloqué, después regresé al sofá y le pregunté si ella también lo quería. Ni siquiera le di tiempo de responder ya que la penetre de una estocada, ella soltó un quejido y yo gruñí de placer, se sentía tan bien. Comencé a acelerar mis embestidas, ella gemía muy fuerte así que entendí que esto le complacía, estaba al borde de mi orgasmo y supe que era momento de ejecutar la parte final de mi plan.
Lleve mis manos a su cuello y lo presioné; primero suave y después con toda mi fuerza. Quisiera haber tomado una fotografía de su rostro, su cara reflejaba una mueca de susto por completo, sus ojos se agrandaron y se llenaron de lágrimas, sus manos llegaron a las mías e intentaron quitarlas pero nunca lo consiguieron, intento hablar pero no lo logró. Finalmente ella dejó de respirar y yo tuve mi orgasmo. Que sensación más exquisita; mientras ella se iba yo me venía.
Salí de su interior antes de que ella se enfriara, me quité el condón, lo até y guardé en una bolsa, me vestí y salí de su departamento. Me monté a mi automóvil y comencé a manejar, disfrutando del momento y las sensaciones, imaginando en que pasaría al amanecer y recordar que no habrá pista certera de como hallarme. No hay nombres ni personas que me conozcan. Todas sus amigas le llorarán pero al menos sé que ninguna me recordará. Quizá la policía comience una búsqueda, preguntarán a los del club pero solo me recordaran como el chico del Martini.
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Último aliento
Non-FictionUn salto, un recuerdo, un beso o quizá un trago sean lo único que se necesite para acabar con su vida, a veces un instante puede dejar de ser uno más para convertirse en el último de su existir y a lo mejor ninguno de ellos se dio cuenta. Quizá alg...