♧Capítulo 4♧

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— ¿QUE TE LO PUSISTE EN EL QUÉ?

Un estruendoso grito se escuchó por toda la cafetería, llamando la atención de los pocos que se encontraban en el lugar por la mañana. Taehyung se reía de manera nerviosa y divertida mientras miraba a su amigo, quien solo estaba parado enfrente de él con la boca abierta y contenía sus ganas de golpearlo.

—Minnie calla, no hay razon por la cual gritar.— dijo sin tomarle mucha importancia mientras se llevaba una papa frita a la boca.

—No, ¡si hay razón!, ¿por qué de todos los lugares posibles en el cuerpo, te lo tenías que poner ahí?— su cara enojada solo le causaba gracia al menor, pero contuvo su risa pues no quería más pelea. Jimin cerró los ojos, sobó el puente de su nariz y se volvió a sentar.

Tener que lidiar con el manojo de estrés que era Jimin a veces lo alteraba más de la cuenta, sin embargo sabía que no era muy buena idea el ponerse al tú por tú con él cuando se comenzaba a enojar, así que simplemente optaba por relajarse y tratar de persuadirlo de su enojo.

—Solo sucedió y ya, no es el fin del mundo.—contestó con obviedad.

—Estás loco.—lo miro sin creer aun lo que había dicho— oh dios y Yoongi hyung... Acaso te vio... dios.— cubrió su rostro avergonzado con sus manos— Debió cobrarte una fortuna por eso.

Todos los recuerdos de lo sucedido ese fin de semana inundaron su mente de manera rápida, provocando que su rostro se tornara ligeramente rojo—Mmm... no realmente...

— ¿De qué hablas? ¿Cuánto te cobró entonces?

—Pues...

No sabía si se estaba poniendo nervioso por los recuerdos que se reproducían una y otra vez en su mente o por la mirada de intriga que le estaba dando Jimin, pero lo que si sabía era que si no se apuraba en decir algo se iba a poner peor el asunto.

—Qué... ¿por qué tú cara se está poniendo roja?— abrió sus ojos más de lo normal, parecía que estos en cualquier momento se iban a caer, sus mejillas se tornaron rojas y con mucha intriga se acercó al rubio que bajaba la mirada por los nervios— ¡¿Tae QUÉ hiciste?!

— ¡Nada!—negó con rapidez moviendo su cabeza de lado a lado al mismo tiempo.

Jimin ya no estaba tan seguro de sus palabras, intuía que algo realmente indebido había pasado entre esos dos, pero no quería llegar a una conclusión sin antes tener pruebas fuertes que lo respaldaran, así que simplemente lo dejaría pasar por ahora —Entonces esa cara que me das ¡¿qué?!

— ¡Solo me acorde de algo y ya, es todo!—se tocó las mejillas aun rojas, sobándolas con delicadeza y volteo la cara para evitar ver a su preguntón amigo.

Entrecerró los ojos dudando—Bien, pues contesta.

—Agh, no te diré cuanto con exactitud, porque no recuero.— se encogió de hombros tratando de restarle importancia y volvió a mirarlo esta vez con la cara menos roja que antes. —Sabes muy bien que no soy de buena memoria.

Una sonrisa pequeña y llena de nervios se asomó por sus labios, haciendo al castaño dudar más sobre sus palabras.

Jimin lo miró con una ceja alzada mientras analizaba cada palabra dicha por el menor, pero solo se limitó a asentir—Ajá.— dijo, dándole la razón para hacer que se relajara y siguiera hablando.—¿Entonces?

El rubio comenzó a jugar con sus dedos bajo la meza y rogó internamente a algún dios para no decir nada que pudiera ser usado en su contra después —Solo digamos que me hizo un descuento...

— ¡¿Te HIZO UN DESCUENTO?!— golpeó con sorpresa la mesa que estaba entre los dos y miró sin poder creerle al menor.

Ese fue otro grito fuerte que llamó la atención de varios a su alrededor, sin embargo muchos ya no hacían tanto caso, puesto que se estaban acostumbrando a lo anterior. El moreno se encogió en su lugar y comenzó a meditar acerca de todas las decisiones que había tomado a lo largo de su vida, esta sin duda era una de las más tontas, pero ya no había vuelta atrás y tampoco se arrepentía por ello, así que solo lo afrontaría.

Tattoo 🍒 𝒀𝒐𝒐𝒏𝑻𝒂𝒆 +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora