𝐇𝐀𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 ━ james s. potter

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┌══｡*.☆𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎  𝐈 𝐈 ☆.*｡══┐

TODO EMPEZÓ CON UN SUSURRO, UNA MUJER, Y LUEGO LE SIGUIÓ UN HOMBRE.

Pasaba mis manos frente a mi cara tratando de divisarlas, pero eso parecía imposible gracias a la inmensa oscuridad que me rodeaba, en la que comenzaba a ahogarme.

La voz comenzó a deformarse de forma que varias más comenzaron a hablar a partir de la anterior, aumentando el volumen a medida que más se unían, como tratando de sobresaltar, tratando de que las otras no las opacaran, luchando por hacerse escuchar.

Tapé mis oídos con fuerza en un intento en vano de apaciguar aquellas voces que llegaron al punto de, más que hablar, soltar palabras al azar en gritos desgarradores. Lagrimas ardientes caían por mis mejillas. A medida que el tiempo pasaba los gritos se hacían más difíciles de tolerar y, por un momento, pensé que mis oídos habían comenzado a sangrar.

De un momento a otro, las voces se detuvieron y en su lugar un irritante pitido se reproducía. Abrí los ojos sintiendo un repentino vacío en mi estómago; desesperada por lograr divisar algo entre la oscuridad. Un punto blanco a la distancia hizo aparición, pero no estaba segura de si era mi imaginación tratando de que no me diera por vencida o de verdad existía. Me quedé ahí, sentada en el suelo esperando a que algo pasara.

El punto comenzó a elevarse, lo seguí hasta observar como paraba al estar sobre mí, vigilándome. Y pensé en el como una estrella, había tomado el lugar de una y se veía igual de hermoso a pesar de ser solo una farsa. La luz que desprendía comenzó a hacerse más grande, más y más, dándome cuenta de que en realidad, esa bola de luz venía hacía mí, dispuesta a aplastarme.

Crucé mis brazos sobre mi cabeza en un intento de protegerme, sabía que no podría. Y entonces, todo volvió a desvanecerse.

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Voces lejanas, algo romperse, luego burlas y después regaños. Eso fue lo primero que pude distinguir al recuperar la conciencia.

A pesar de lo pesado que se sentía mi cuerpo, logré enderezarme en la superficie blanda en la que me encontraba, sintiendo un pinchazo en mi cabeza cuando mis ojos se abrieron completamente y se toparon con la iluminación.

Un hombre pelirrojo y el señor raro que conocí antes discutían mientras señalaban una lámpara rota en el piso, a su lado una mujer de cabello corto y de el mismo voluminoso color pelirrojo que el otro hombre se masajeaba la sien con una expresión de cansancio.

Me quedé observando a los tres adultos con confusión.

La mujer levantó la cabeza topándose con mi mirada. Le dio un golpecito al hombre de cabello azabache, el adulto la ignoró con un ademán y siguió enfrascado en su pelea con el de cabello zanahoria. Indignada pero sin apartar sus ojos de los míos le dio un golpe en la nuca con fuerza.