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┌══。*.☆𝐂 𝐀 𝐏 𝐈 𝐓 𝐔 𝐋 𝐎 𝐈 𝐈 𝐈 ☆.*。══┐

SOLO CUANDO ME OBSERVÉ EN EL espejo me di cuenta de que, por alguna extraña razón, mi apariencia había cambiado levemente

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SOLO CUANDO ME OBSERVÉ EN EL espejo me di cuenta de que, por alguna extraña razón, mi apariencia había cambiado levemente. Mi cabello, que anteriormente llegaba hasta la mitad de mi espalda, ahora tenía de límite mis clavículas y era unos tonos más claro; mi rostro se veía bastante bien, igual que siempre, exceptuando la palidez algo alarmante que lo pintaba; por lo demás, todo parecía estar relativamente bien. Tomé entre mis dedos un mechón que cruzaba mi rostro y suspiré al notar el ligero temblor en mi mano, aparté los cabellos que impedían mi vista y estiré las mangas del suéter ―que Ginny amablemente me había prestado, ya que la ropa con la que había llegado se había llenado de tierra y hierbas gracias al inminente desmayo que sufrí cuando me encontraron― hasta cubrir la mayoría de mis puños.

Sonaron unos leves golpes contra la puerta del baño.

― ¿Noelle? ―llamó Ginny al otro lado de la puerta― ¿estás lista?

― Casi ―respondí sin apartar la mirada de mi reflejo.

― Te esperaré abajo, ¿está bien?

― Si, no hay problema.

Habían pasado apenas unas horas desde que había despertado y me habían soltado la bomba de que, según estas personas, había llegado a éste mundo raro donde la gente es capaz de hacer magia, magia de verdad y no de esos trucos baratos que venden en los supermercados. Y hasta el momento, no estaba ni cerca de entender cómo o por qué es que había terminado en esta locura. Aunque una parte de mi se mantenía firme ante la idea de que esto no era más que un sueño, uno muy realista.

Salí del cuarto de baño y emprendí camino hacia la planta baja. Al salir del cuarto pude darme cuenta de que el silencio sepulcral no solo tenía sólida presencia en la habitación ―que era el único cuarto en el que había estado hasta ahora―, si no que reinaba en toda la casa, dándole un aire aún más tétrico del que la decoración inusualmente oscura daba al lugar.

Bajé por las escaleras y recorrí el lugar algo agobiada por las diversas puertas que seguían apareciendo conforme avanzaba buscando la voluminosa cabellera pelirroja, hasta encontrarla de espaldas a mí leyendo lo que parecía un periódico acomodada sobre un sofá.

Después de unos segundos solo quedándome ahí parada como idiota ―sin ninguna razón en específico, lo que le añadía más idiotez al asunto― me decidí a no pensar en el momento y solo actuar; carraspeé para llamar su atención. Bajó el periódico y me observó sobre su hombro con una pequeña sonrisa, hizo un ademán para que me acercara también al sofá, llegué a ella manteniéndome de pie a un lado del mueble.

― Siéntate, cariño, no muerdo ―bromeó palmeando el asiento.

Obedecí y me senté algo insegura, me sorprendí al darme cuenta de lo cómodo que era. La risa de Ginny llamó mi atención, sentí el calor subir a mis mejillas al darme cuenta de que me había estado removiendo inconscientemente sobre el asiento probando posiciones cómodas, que en realidad, lo eran todas.

𝐇𝐀𝐙𝐀𝐑𝐃𝐒 ━ james s. potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora