CUATRO

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Vamos en el carro y me pongo nerviosa porque me dieron el lugar de copiloto, tengo a Manuel a un lado y a Julian detrás de mí.
Ponen música a la cual no le presto atención ya que me enfoco en el camino y en mi respiración, tenerlos cerca a solas es muy diferente a tenerlos en público con tanta gente a nuestro alrededor.
Manuel no despega la vista de la autopista y Julian va en su celular, cuando decido poner mi cabeza contra el vidrio de la ventana Manuel decide hablar.

-¿Tan aburridos somos?-voltea a verme de reojo y siento el corazón latiendo en mi estómago.

-¿Aburridos? Creo que eso podría ser lo menos indicado para describirnos- le asegunda Julian y eso no ayuda con los nervios que siento.

-¡Oh, no! claro que no son aburridos, pero realmente no sé que decir- digo mientras los hermanos voltean a verme.

-Empieza por tu nombre, pequeña Rivera-dice Manuel mientras disminuye la velocidad.

-Me llamo Andra- le respondo.

-Lindo nombre ¿A qué sí, Julian?

-Claro, muy diferente a lo que está acostumbrado- dice animado y me inspira mucha confianza, le dedicó una sonrisa que me es respondida con una demasiado linda.

-¿Cuantos años tienes?-vuelve a cuestionar Manuel y mi mente vuelve a la intranquilidad.

-18- respondo poco convencida.

-Te ves mas grande- responde Manuel y yo me encojo de hombros.

-Ya me lo habían dicho-digo-pero no lo creo realmente.

-Mmm, como digas- devuelve la vista al frente y hago lo mismo pero...

-No es como que conozca de maravilla la ciudad pero estoy segura que este no es el camino para el departamento de mi hermano-me empiezo a revolver en el asiento.

-Ah, lo sé, pero es que el propósito es llevarte a la fiesta que tu hermano se negó.

-Pero dijeron que...

-Sabemos lo que dijimos pero tranquila-habla Julian-tenemos quien nos avise cuando tu hermano salga de la cena, así que cuando lo haga nosotros te llevaremos.

-Pero...

-No digas nada, lo necesitamos, aparte tenemos que darle la bienvenida a la chica linda- me dice Manuel y seguimos el camino hasta el lugar de la fiesta.

***

Bueno, llegamos a una casa muy linda, de verdad, está maravillosa y grandisima.

Bueno, llegamos a una casa muy linda, de verdad, está maravillosa y grandisima

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-Que grande es-digo maravillada.

-Pero ni la has visto-dice Manuel con una mirada demasiado coqueta.

-Deja a la chica en paz, Manuel-dice Julian y se lo agradezco mentalmente, supongo que me puse demasiado roja porque la cara me arde.
Me abren la puerta y ya está llena de gente que saluda a los chicos, Manuel se queda platicando con unos amigos y Julian me acompaña a la cocina a servirme un trago.

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