Disculpen los errores ortográficos, he leído tantas veces para buscar alguna mancha en la historia, que ya no sé de nada.
Bro. Con. No es mío, Asuka y Tamaki chi :B
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Capítulo 04. Sábado interminable.
Asuka abrió la puerta del baño, encontrándose con una habitación a negras y pocos rayos de iluminación colándose por los doseles de la ventana.
Silencioso, demasiado silencioso.
Tanteó al caminar, para no golpearse con los objetos que podía haber en el lugar. ¿Cómo le había hecho para llegar al baño si no se veía nada? Misterios del universo. O una explicación más certera, la puerta del baño estaba abierta cuando entró y a localizó con facilidad por la ventanilla cerca de la tina.
Una tos masculina la hizo detenerse a medio camino, la castaña se giró lentamente, hacia donde escuchó el sonido. Un cuerpo se revolvió en la cama, dejando ver un rostro sonrojado cubierto de sudor entre la penumbra. Asuka se sorprendió, de todas las habitaciones llegó a la de Masaomi.
Apenas apreciaba las cosas del lugar, pero el semblante del hombre se envolvía por un rayito de sol, haciendo ver sus cabellos de un color rojizo al igual que sus pestañas. Tal parecía que no percibió su presencia, hasta que echó un vistazo por arriba de la manta y vio su sombra en la oscuridad.
— ¿U-Ukyo…?—murmuró el castaño, con los ojos entrecerrados, sentándose y tratando de incorporarse por sí solo. Mala idea. Un movimiento en falso lo hizo trastabillar hacia delante y, por mero reflejo, Asuka corrió a socorrerlo. Gracias a eso, la chica se pegó con la esquina de la cama en el dedo chiquito y casi tropezó con una caja a sus pies. —N-No eres… Ukyo…—dijo, atontado por la enfermedad.
Asuka apretó los labios, aguantándose el dolor. Tenía tomado a Masaomi del antebrazo y el hombre se recargaba en ella, reteniendo una de sus manos en la contraria de la castaña. Pesaba un montón. Lo levantó hasta sentarlo a la orilla de la cama, ya que ambos habían ido a parar de rodillas al piso. Masaomi aspiraba sonoramente y sudaba a mares, el cuerpo del castaño estaba caliente.
Tenía fiebre.
—Soy Asuka. —le dijo, separándose un poco y sobándose el dedo. —Hija de Rintaro— ¿Cuántas veces había dicho eso ya? Perdió la cuenta.
Masaomi buscó en la negrura el rostro femenil, quitándose los mechones que le tapaban la vista. Una adolescente lo observaba de cerca, con ropa de dormir y largos cabellos castaños. Se alejó bruscamente, cayendo hacia atrás en el acto. Lo bueno es que ya estaba en la cama. —Eres…l-la chica…
Asuka suspiró.
—Sí, soy la misma. También me sorprendí al ver a Wataru-kun como hijo de Miwa. Cuando los vi, admito que no pensé que fuesen hermanos. —exclamó, acomodándose mejor y cruzando los brazos. La castaña observó como el hombre se reacomodaba y se cubría hasta la frente con la colcha, titiritando mientras analizaba lo que le decía.
—P-Parezco más… su padre… ¿Cierto?—el castaño murmuró. Asuka asintió, se veía más creíble. Por la edad. —L-Lamento haberte dejado así…p-pero…
—Le teme a la sangre o a las heridas. —inquirió, pero no sonaba a pregunta, más bien afirmaba. Masaomi había temblado como una gelatina ese día, eso lo recordaba claramente Asuka. — ¿O tal vez a las mujeres?
Masaomi abrió los ojos aturdido, pareciendo unos segundos recuperado: — ¿M-Mujeres? ¡No! ¿Cómo cree…? Y-Yo…
— ¿Entonces a la sangre?
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La historia de Asuka Hinata
Fanfiction⚠HISTORIA PAUSADA HASTA NUEVO AVISO ⚠ Cuando Rintaro Hinata decide volver a casarse, sin siquiera decirle una palabra a su única hija, Asuka se propone una sola cosa: Ser independiente. Vivir lejos del caos que es estar rodeada de doce hombres (y un...