Capítulo 4: objeto extraño

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–­­­­­No estoy muy seguro, pero creo haber oído hablar sobre estas cosas –­­­­­respondió en apenas un susurro, mientras examinaba detenidamente el extraño artefacto, como si le estuviera hablando directamente. –­­­­­ No deberías mostrárselo a nadie–­­­­­ añadió bruscamente, poniendo en mis manos el objeto. –Esto no es un juego Kyra, si alguien se entera de esto...

–­­­­­Lou, no soy estúpida –­­­­­ lo corté antes de que siguiera fastidiándome. La cabeza me daba vueltas ­–­­­­­No puedo creerlo–­­­­­ pausa incómoda mientras finjo tener migraña–­­­­­ Lou, si te lo muestro es porque confío plenamente en ti –­­­­­con ambas manos tomo sus hombros obligándolo a que me preste toda su atención (sí, amo ser el centro de atención, no voy a pretender que no).

Sus ojos tristes se clavaron profundamente en los míos, mientras soltaba un suspiro eterno.

–­­­­­Odio esto, ¿no puede seguir como era antes? –­­­­­ añadí señalándonos a ambos–­­­­­ extraño hablar con soltura, quitándole la gravedad a prácticamente todo, ahora cada decisión que tomo o en su defecto, ignoro, es de vida o muerte.

–­­­­­Técnicamente de muerte

–­­­­­Exacto, quiero volver a esto –­­­­­gesto de tu y yo con los dedos. Es decir, me refiero al agradable sentido del humor, no al hecho de que mis decisiones me lleven a la muerte, si es que puedo llegar a estar más muerta de lo que ya estoy.

–­­­­­Kyra, ya olvídalo –­­­­­dijo deshaciéndose de mi agarre –­­­­­Nada puede volver a como que era antes.

...

Sus palabras aún retumbaban en mi mente, me carcomía por dentro aceptar esta realidad. Ahora que soy libre de cuestionarlo todo, no tengo con quién hacerlo. En cualquier momento Lou se verá obligado a alejarse de mí, como todos, no podrá soportar lo que soy, hasta que no aguante vivir conmigo misma y tenga que resignarme a una muerte verdadera y dolorosa, carbonizada por los rayos del sol.

Pasaba de una mano a otra el objeto extraño, era liso por fuera, sin inscripciones, ni códigos que me pudieran revelar su utilidad. Hoy no tenía que ir a lo de Molly, la noche anterior había hecho un turno doble solo para librarme de su ponzoñosa aura.

El cielo estaba asombrosamente claro en comparación a las noches anteriores a esta, la luna brillaba rodeada de un océano impenetrable, que me hipnotizaba y obligaba a caminar sin rumo por las calles de Entrapta. Odiaba tener que romper mí promesa y mentirle a mis padres, pero no soportaría otra crítica de Xavier u otra charla "normal" con mis perfectos y comprensivos progenitores, necesitaba escapar de todo; así que hui sin despedirme de nadie.

Obviamente pienso volver tarde o temprano, pero realmente necesito respuestas, quiero arrancarme esta pesada carga que succiona mi alma (si es que aún poseo una).

Lo abrí por milésima vez, la flecha ahora apuntaba a una N, descubrí que podía mantenerla así si caminaba en una dirección fija, así que lo intenté. Lou siempre fue un pequeño y enclenque nerd en todo lo que se proponía estudiar, y realmente lo estudiaba todo, si él no sabía de dónde proviene esta extraña cosa, solo puede ser de una persona.

Eureka, estoy segura de que lo adivinaron, redoble de tambores. Sí, el encapuchado con ojos de fuego que tatúa gratis. Exactamente, estaba pensando en él. Y por si se lo estaban preguntando, no, ya no tengo la extraña y perturbadora marca, gracias al cielo mi piel se encargó de absorber cada una de sus letras de fuego.

Lamentablemente a pesar de ser un imán no humano para cosas extrañas, por más que caminara sin rumbo aparente por estas callejuelas, no podía encontrarlo, era mucho más difícil de hallar de lo que pensé. Así que decidí olvidarlo por un momento, solo hay una clase de persona que puede entenderme y solo una de ellas me escuchará.

Not aliveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora