Capítulo 40

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Llegamos por fin donde se encuentra el gremio de mi amiga, Sabertooth.
Estoy tan nerviosa, porque sé que Sting me va a matar por haberlos dejado tirados.
-Dan estoy nerviosa-le dije temblorosa.
-Lulu-chan, estas pálida ¿estás bien? - me preguntó.
Nos acercamos bien, antes de entrar, las puertas se abrieron de golpe mostrando a sus miembros.
-Yuk... - no pude articular más, me dió un fuerte dolor debajo del estómago.
-Ah, duele y mucho, me arde - exclama a, Dan logró cogerme y entró al gremio, pero apenas podía caminar.
-Lucy-San, que te ocurre-preguntaba Yukino.
-Por favor necesito un médico o algo, no aguanto-me vino otro dolor fuerte le apreté a Dan, el pobre no sabía que hacer, entonces se acercó Sting.
-Coneja, dime que estás bien-lo vi preocupado.
-Estoy mal Sting, necesito un médico - entonces se marchó en su busca.
Por fin llegaron y me ayudaron a que fuera hasta una camilla, pero apenas podían tocarme tenía mucha calentura.
Una vez en la consulta me dejaron sola con Sting y el médico, esta intentaba por todos los medios checarme, pero apenas nada.
Me dio otro dolor, y me noté algo extraño, me miré las manos y tenía un poco de sangre, mire hacia abajo y la sangre provenía de mi zona intima, mire a Sting y él me miró sin saber que ocurría.
-Sting... mi bebé - me desmaye.
Logre despertarme un poco y no recordaba mucho, solo un poco de dolor, pero recordé la sangre y me desperté de golpe y miré hacia mi vientre.
-Tranquila - voltee a mi lado derecho y estaba Sting, entonces comencé a llorar y me abalance a abrazarle.
-Ey coneja tranquila, todo está bien-me dijo, le miré de frente.
-Mi bebé ¿está bien? - él asintió, menos mal.
-Nuestra doctora dijo que era normal esa sangre, al ser primeriza y del sobreesfuerzo, pero esa calentura dijo que no sabía donde provenía, pero yo sí Lucy-me dijo serio.
-¿Quien es el padre? - pregunto de repente.
-Natsu-respondi con firmeza.
-Lo imaginaba, esa calentura es igual a la de él, pienso que el poder de ese bebé es como la de su padre-dijo- Por cierto no te salvas de lo que hicisteis los dos-me dijo.
-¿Hicisteis?, no entiendo-le dije.
-¿No lo sabes? - pregunto - ¿El que? - volví a repetir, me estoy desesperando.
-Tú y Natsu os marchasteis sin decir nada a nadie - lo mire estupefacta.
-Sting, yo me fui sola, no he contactado con nadie en estos meses, no lo sabía - le dije.
-Pues ahora deberas decirme que ocurre, aunque primero hablaras con tu maestro, lo siento pero lo llamé - me dijo
-¿QUÉ - él hizo un amago de disculpa.
Me dio la lacrima de visión.
-LUCY HEARTFILIA, me debes una explicación, pero tu castigo será severo-dijo el maestro.
-Lo siento maestro han pasado muchas cosas-le respondí.
-Ya lo creo, pero primero ¿estas bien?-asenti - Menos mal-se alegro.
-Maestro las cosas han cambiado, no podré hacer el sacrificio, porque... porque yo espero un hijo-le dije sonriente.

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