Capítulo 4

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-¿Quéeee? - le grité.
Él sonreía mostrando sus colmillos, se le parece un poco a él, pero en cierto modo es muy diferente.
-Venga así te distraerás y además estoy yo-me dijo.
-Me lo pensaré Sting- le dije. mirándole y sonriendo.
Es verdad que cuando Natsu me lo propuso no tuve tiempo de decir nada, pero también es verdad, que primero necesito aclararme, además debo volver al gremio .
Y así es como fue el trayecto, llenos de risa y también de piques.
Llegamos al gremio y Sting me rodeo su brazo a mi hombro y yo estaba un tanto avergonzada.
Todos nos miraron, observe si estaba Natsu, pero menos mal que no lo estaba.
-Lu-chan, desde cuándo andas con Sting-preguntó picara Levy.
-Yo, no es lo que parece, solamente que me ha ayudado- dije rápidamente.
En ese momento el maestro me llamó, y me dirigí a la oficina.
Cuando salí le dije a Sting que debía ir a un trabajo, y él decidió acompañarme.
-En serio no hace falta-le dije.
-Lo se, pero me gusta estar a tu lado y picarte conejita- y me sonrió.
-Bueno voy a prepararme- y sigo andando hacia mi apartamento y me despedí de todos.

Pov Natsu
Después de hablar con Lisanna, fui de nuevo al gremio, tenía que comunicarme con Sting, para aceptar su trabajo, así que antes de eso se lo dije a Erza y Gray, en lo que a Lucy debía preguntarle de nuevo y Wendy estaba en el centro, así que salí en su busca.
Por fin encontré a Wendy y estaba encantada, así que volví al gremio para ver si estaba Lucy allí.
Entré dando una patada a la puerta, le pregunté a Mira y Levy si la vieron.
-¿Lucy?, ah sí se fue a un trabajo- me dijo pensativa Mira.
-y también acompañada de Sting-me dijo Levy.
-Ehh- grité escupiendo fuego por la boca-¿Sting está aquí? - me enfade.
-Ara es verdad, vino en tu busca de un trabajo que te dijo y luego se fue junto con Lucy, los dos-dijo Mirajane .
Me fui al apartamento de Lucy muy enfadado, entre por la ventana, pero no había nadie, ella ya se había ido.
Estaba tan enfadado que iba destruyendo casi todo lo que se me ponía delante, volví al gremio y eché mi cabeza a la mesa.
Llamé a Sting con la lacrima esas que creo Warren y le grité, en lo que me respondió que no era asunto mío y nos veríamos en cinco días en Sabertooth.
Cuando me colgó me enfade e iba echando fuego a todo el me rodeaba iniciando otra pelea con los demás, hasta que el abuelo me pegó en la cabeza para tranquilizarme.

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