Tercer Sol (Atardecer)

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Si ya era extraño que lo buscara el grupo de Yoongi, era todavía más extraño que lo estuviera también buscando la guardia real.

Mordió su labio inferior, dudoso de que hacer o siquiera que decir, pero salió de sus pensamientos por culpa de aquel guardia, quien volvió a repetir su pregunta.

- Lo a visto? - Pregunto acercando el retrato nuevamente hacia el.

- Quién es? - Dijo inclinando la cabeza.

- Lo a visto o no? - Remarcó su pregunta, viendo cómo el dueño de la casa negaba.

- Gracias lamentó la molestia. - Una vez dicho eso partieron a la siguiente casa.

Eso explicaba unas cuantas cosas, el que buscara refugio, el estar herido, los estaban usando a él y a su hermano de escondite y eso no podía permitirlo.

Regreso por donde había ido a la puerta, encontrando al tipo acariciando uno de los conejos que tenían en el corral.

- Oye tu... - Llamo su atención, viendo como este le daba una gran sonrisa.

— Son tan hermosos, mi padre jamás me dejó tener uno, nisiquiera acercarme a uno, pero son realmente hermosos. - Cargo uno, exactamente de pelaje negro, manteniéndolo abrazó en su pecho.

- Te tienes que ir. Ahora mismo. No permitiré que pongas en peligro a mi hermano. - Su mirada era seria, indicando que no jugaba.

El ambiente se había tornado pesado, más por que se llevaban bien, en tan pocas horas habían entablado una linda conversación y echo varias tardas juntos, cosa que no hacía más que confundir a Tae.

— Pero... no tengo a donde ir no quiero que me atrapen y no conozco para nada el pueblo! Las únicas opciones que me das si me voy es ser secuestrado de nuevo o perderme.. — Sabía que si volvía a casa su padre iba a reprenderlo, pero si seguía fuera, aquel grupo iba a atraparlo...

- No es mi problema... por favor vete... - Con un movimiento de cabeza indicó donde estaba la puerta, aunque claro, aquel ya debía saber donde estaba.

Taehyung por su parte, se sentía ofendido, primero por bríndale ayuda y después por quitarle las alas que le habían dado.

Pero no presentó queja alguna, asintió y dejó al conejo en su corral, saliendo así de la casa, viendo a todas las personas que había en las calles.

El cómo iba a resolver su problema era difícil... pues lo único que le quedaba era volver a casa, sin embargo, no sabía dónde quedaba el palacio.

— Disculpe sabe dónde queda el palacio? — Se acercó a la primera persona que vio, viendo cómo este le dedicaba una horrible mirada.

- Al palacio? Para que quieres ir amigo? Si quieres pedir algo van a abusar de ti, sinceramente no deberías siquiera preguntar por ese corrupto lugar. - Respondió aquel hombre.

Taehyung estaba más que confundido, su padre siempre había dicho tratar al pueblo con amabilidad y respeto... pero por que ese hombre hablaba de esa forma.

— Gracias. — Dio unos pasos, comenzando a preguntar por el palacio a varias personas, pero todas hablaban de forma pésima sobre aquel establecimiento.

Tras unos minutos y llegar al Mercado, se percató de cómo unos cuatro guardias tomaban uno de aquellos puestos y no solo lo destruían, si no también que comenzaron a golpear al hombre dueño de este.

- La cuota de este mes se retrasó, si no tienes los impuestos no te atrevas a vender. - Hablo uno de aquellos guardias, continuando con golpear al pobre hombre.

Tae no se hizo esperar, de inmediato se puso frente a aquellos guardias, empujando a uno de estos, quien sin pensar levantó la mano, dándole una fuerte bofetada al chico.

— Que mierda están haciendo, este es el comercio del pueblo, no solo su forma de ganarse la vida, si no la forma en la que todo el reino prospera! — Tenía una mano en su mejilla, el dolor no era lo que más le molestaba, si no el echo, de que estaban cobrando por trabajar...

- Avisa que lo encontramos. - Lo habían ignorado...

— Escúchame cuando te!... — De un momento a otro fue cargado como saco de papas, llevándoselo hasta un caballo y de ahí partiendo hasta el palacio.

En ese camino pudo ver como la casa de los hermanos estaba en el sendero que guiaba al palacio, pero no a la parte frontal, estaba siendo metido por donde entraban los caballos.

— Bájame! Bájame! — lo llevaron hasta el primer templo, donde lo dejaron frente al trono, a varios metros de su padre.

Este lo estaba viendo hirviendo de rabia, como si lo quisiera matar con la mirada, cosa que no hizo más que asustar a Taehyung.

- Como te atreves a escapar... como te atreves a siquiera pensar que puedes salir de aquí sin mi consentimiento! - Los gritos de aquel hombre se escuchaban por todos los pasillos.

- Eres un desgraciado, un bastardo, como te atreviste a levantarle la vos a dos cobradores en pleno Mercado. - Negó con la cabeza, como todo padre decepcionado.

- Eres un idiota, un completo estupido, no solo te burlaste de mi, si no también me humillaste públicamente, que descaro. - refunfuñó, mientras que se ponía de pie, caminando hacia su hijo.

Tae en ningún momento tuvo la palabra, Nisiquiera había podido explicar que no había escapado, si no que lo habían secuestrado.

— Padre yo — El ruido que causó la mano del rey chocando contra la mejilla de su hijo dejó un ambiente más pesado de lo que ya estaba.

- Todavía tienes el descaro de hablar sin permiso? - Lo estaba matando con la mirada, no podía creer lo rebelde que se había echo en solo un par de horas.

- Cuántas veces debo explicarte... que tú no hablas si no tienes permiso! - Des envainó la espada de madera que siempre cargaba, levantando la mano con esta agarrada con fuerza.

Comenzó a golpear a su propio hijo, golpes que causaron gritos y quejidos por parte del menor.

Tae solo podía cubrir su rostro con ambas manos, protegiéndose de que no fuera a ser más dañado de lo que ya estaba.

Pero en cuanto un golpe certero se hizo presente en su costado cocido... no pudo evitar soltar un grito desgarrador.

— Padre! Detente por favor! Me duele, me duele! — No era la primera vez que pasaba, pero si la primera que aquel era tan agresivo, pues las últimas dos veces ocurridas en su niñez, solo golpeaba su espalda.

- Eres un bastardo! Todo lo que hago por ti y nuestro futuro, para mantener la corona en alto! Eres la decepción de nuestra familia, un caso perdido y una deshonra a la que debo llamar hijo! - No se detuvo hasta que escuchó como había roto algo... exactamente, la espada de madera que estaba usando.

- Eres mío, de mi propiedad, no tienes derecho a siquiera pensar en la libertad, incluso después de que yo muera, el consejo estará encargado de ti. - Esperaba que con eso entendiera, que aprendiera, que el no tenía derecho a la libertad.

Tae ya estaba llorando, más que nada por el pánico y el dolor, su cuerpo dolía y la herida más grave ardía como el demonio... pero no debía hablar no tenía permiso de hablar.

- Llévenlo a su recámara, también cierren puertas y ventanas, no tiene permitido ver el sol ni la luna, Estarás castigado hasta la siguiente luna llena. -

I Want To Be Like You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora