Abrazó al cuerpo con fuerza, sintiendo la calidez de sus piernas desnudas haciendo contacto, enredándose entre ellas, perdiéndose, suspirando al sentirse tranquilo con la presencia del otro. Eso era lo que necesitaba en su vida, ¿O no?
-Mmh... -Un gemido de satisfacción salió de sus labios. No era novedad de que se tranquilice con su persona, y hoy más que nadie, lo necesitaba.
Puso su cara en el cuello del otro, pasando su nariz, oliendo un raro olor a vainilla, quedandose quieto al sentir la mano del otro en su espalda baja, bajando un poco más para posar la palma en el medio de sus nalgas.
-Sos hermoso -Susurró en su sien, dejando besos hasta su mejilla derecha-¿Ya te lo dije?
Escuchar aquello de esos labios, lo ponían realmente incómodo, pero tenía que conformarse con eso. Se encogió un poco.
Apretó la sábana con fuerza, tratando de imaginar que la persona a la que estaba abrazado era YoonGi y no su amigo.
-¿Estas bien? -Le preguntó el menor, a lo que el otro abrió los ojos, mirando la cara que estaba muy cerca de la suya.
"Si, sólo quiero estar con YoonGi" Callo y se quedó quieto, moviendo sus ojos por la cara del otro "Lo extraño"
-Si...
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-Nam, ¿Viste mi celular?
El mayor escondió el celular rápido en su bolsillo, caminando rápido hacia el baño.
-No, ¿Por?
El menor hizo ruido en la cocina, escuchandose un gran lío. Nam aprovechó la soledad del baño y desbloqueó el celular del otro, viendo los mensajes que le había mandado a YoonGi. Frunció el ceño al leer una cosa que no entendía del todo.
Nam y yo estamos empezando a salir, te agradecería que no le hables más
¿Salir? ¿Qué le pintó para mentirle a YoonGi al respecto de ellos dos? Nunca saldría con su amigo, iu, no.
Siguió leyendo, concentrado más en los mensajes que escribía YoonGi.
No te creo
¿Qué se siente hablarle a alguien que tiene lo que no podés tener?
¿Para qué me hablaste?
Quería decirte lo feliz que somos sin vos, gracias por los momentos juntos, pero ya no te necesitamos.
Que tengan un futuro hermoso, entonces.
Quería gritar y pegarle en la cara al pibe que estaba en su departamento que se hacía llamar su "mEjor amigo".
Abrió la puerta, apretando el celular entre sus manos. Entró al comedor, encontrándose al otro acomodando los almohadones del sillón.
