Cuando sea una adulta yo quiero ser...

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Disclaimer: Los personajes de Yakusoku no Neverland no me pertenecen; créditos correspondientes a Kaiu Shirai y Posuka Demizu. A/U [Universo alterno] Posible (o mucho) OoC en los personajes. Este fic contiene escenas explícitas de violencia, sexuales, lenguaje fuerte, temas adultos tratados de modo detallado y escenas fuertes; se recomienda discreción.

Pareja principal: NorEmma, RayEmma.

Parejas secundarias: DonGilda, RayAnna [Unilateral], AysheEmma [Unilateral], YuugoOc, IsabellaLeslie, OliverEmma [Unilateral], HayatoGillian, ZackAnna.

Alternate Universe.

"Cuando sea una adulta yo quiero ser

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"Cuando sea una adulta yo quiero ser..."

Eso ya no importaba.

No le dieron tiempo siquiera para pensarlo o imaginarse a sí misma vestida de doctora o incluso astronauta. Cuándo le hicieron aquella pregunta tan importante, ella ya estaba a la vuelta del matadero.

Su respuesta ya no tendría relevancia, no cambiaría el futuro que estaba caminando ahora.

Aquella chica de cabellos otoñales había llorado por lo que fue su pasado, había maldecido su niñez a pesar de tener que estar recordando aquellas épocas con añoranza; cómo toda persona hacía al pasar de los años.

Emma no había tenido oportunidad de recordar su infancia como los dulces momento en los que jugaba a la pelota con sus amigos, brincoteaba alegremente con ahínco de acá para allá y se abrazaba fuertemente al regazo de su madre; todo aquello era una quimera.

—¡Emma-san, buenos días! —saludó alegremente un joven de cabellos castaños mientras se dirigía hacia ella.

La chica oji verde le respondió con la misma efusividad y aguardó con paciencia hasta que el chico se acercó a su lado. Su mano hecha puño se dirigió hacía a la mano masculina y luego de un saludo de palmas y dedos ambos se despidieron del otro.

El chico sonrió mientras sostenía algo en su mano y después se dio la vuelta para retirarse del sitio. La sonrisa de Emma disminuyó poco a poco hasta convertirse en una sonrisa ladina y fría, nada a comparación a la que segundos antes había mantenido en su terso rostro.

—Uno más —susurro para sí misma antes de comenzar a caminar por los pasillos del instituto, observando de reojo el ir y venir de los estudiantes que pasaban a su lado; ensimismados en su propio mundo.

Mundo que envidiaba.

Seguramente ellos habían tenido momentos preciosos en su niñez, un mundo completamente diferente y lleno de momentos fantasiosos que sus activas mentes se encargaban de recrear para ellos, haciendo la infancia una aventura a la que cualquiera quisiera volver.

Una niñez libre del mal y la perversidad; una infancia llena de calor, amor e inocencia.

¿Aún mantendrían sus juguetes en un baúl? Al menos ella se imaginaba teniendo uno, aunque ese baúl de recuerdos en realidad ya era historia para ella.

Jardín del Edén | RayEmma | NorEmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora