Glam x Victoria

8.8K 361 721
                                    


Es tan hermosa, la firmeza de sus músculos combinado con sus pecas me hacen agradecer estar vivo para maravillarme con la obra maestra que mis ojos contemplan día a día.

Adoro tener que hacerle el desayuno cada mañana, sus huevos estrellados hacen que sus labios resalten al ver cómo la grasa se escurre de su boca.

Es simplemente fascinante.

— Glam, sabes que puedo hacerlo sola.— Se cruzó de brazos viéndome por el espejo.

— Tonterías, hacerlo me pone muy feliz.— Dije mientras procedía a hacerle una trenza.

— Está bien.— Bufó.

El color de su cabello siempre me deja pasmado, es tan suave, y eso que no usa acondicionador u otros productos de cuidado capilar, Victoria prefiere hacer todo muy simple.

Estar en mi despacho no evita que fantasee con verla, pero se que fué a montar motocicleta con su grupo.

Toc- Toc.

— Adelante. — Qué extraño, no esperaba visitas hoy.

Abrieron la puerta, vaya sorpresa.

— Eey viejo, ¿Cómo te va?.— Saludó señalando con los dedos mientras se acercaba a mi escritorio.

— ¿Ches, entraste por la ventana de nuevo?.— Arqueé una ceja.

— Tal vez.— Se acomodó en la silla.

— Típico de tí amigo mío.— Le devolví la sonrisa a Ches. — ¿Qué te trae por aquí?

— Pues básicamente, estaba en uno de mis tantos momentos de hombre con unos viejos amigos y me dí cuenta de algo.— Golpeó la mesa con las palmas de sus manos.

— ¿De qué?.— Pregunté curioso.

— Tú y yo nunca tuvimos una charla de hombres.

— Oh ...— Un tema al que nunca le dí importancia.

— Cuéntame todo, no te avergüences.— Se recostó en asiento mientras colocaba sus pies sobre el escritorio.— Tus posiciones favoritas, las palabras que te gusta escuchar, el tiempo que duras, alguna que otra frustración.— Movía sus manos de manera lenta al hablar.— Yo te diré mis anécdotas.— Me guiñó un ojo.

Que incómodo, ¿Charla de hombres?

Pero si ... sólo quiere saber de mi intimidad, tal vez sea productivo.

¿Esto hacen los amigos?

— Vamos viejo, no me tengas miedo.— Sonrió de manera burlesca.— Yo te contaré las mías con algunas candentes señoritas.— Guiñó el ojo.

— No puedo Ches. — Desvíe la mirada hacia un costado.

— ¿Porqué no?.— Cuestionó.— ¿Eres vírgen?

— Pues no pero no creo que sea apropiado hablar de mi esposa contigo ...— Alcé los hombros.— N-no puedo.

— Lo entiendo viejo.— Se sentó bien.— Sabía que no lo harías, pero no es difícil imaginar quién es el dominante en la cama.— Rió.

— Ches eso ...

— No no, tranquilo, está bien, viejo realmente no te puedo imaginar a tí siendo el que tome las riendas con Vicky. — Volvió a reír golpeando su rodilla con la palma de su mano.— ¿Sabes? No me sorprendería que a ella le aburriera un poco.

— ¿Ah si?.— Coloqué mis manos a los costados de mi cadera pensando en qué tal vez tenía razón.

Quizás él que yo no pueda tomar la iniciativa moleste o hasta aburra a mi esposa.

Shipeos de Metal Family Donde viven las historias. Descúbrelo ahora