𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 2

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Quince minutos más tarde llego al aparcamiento que ofrecía el modesto complejo de apartamentos donde vivía, mientras cerraba su auto pensó en lo catastrófica que era su vida amorosa pero automáticamente mando a volar muy lejos aquellos pensamientos. Realmente no tenía nada de que quejarse con un trabajo que le gustaba, un sueldo que le permitía tener un apartamento el cual no era muy grande, pero si del tamaño perfecto para tener una agradable sala de estar con su televisión, sus consolas de videojuegos, junto al gran sofá de una pieza que era bastante cómodo, un techo sin goteras, el bonito piso de madera que le resultaba bastante hogareño y como un extra le permitían tener mascotas.

Aunque tampoco le vendría mal que tuviese un elevador, pensó al ver las escaleras que siempre le resultaban interminables. Con pesar subió por los escalones hasta llegar al cuarto piso.

No pudo evitar la sonrisa que se le formo cuando estuvo frente a su puerta y podía escuchar el desafinado canto de Lolito, sus vecinos siempre le reclamaban, pero, aunque su amigo se callaba por algunos minutos después retomaba nuevamente el canto y sabía que solo era por joder. La imagen que le recibió una vez dentro de su apartamento le pareció cómica y casi lo sentía como una acogedora bienvenida.

Lolito sostenía el control remoto y movía sus caderas de forma dramática mientras cantaba, tenía puesta aquella camisa de tirantes que usaba para descansar y unos pantaloncillos cortos, con su larga cabellera recogida en una despeinada coleta. Todo lo contrario, a lo bien vestido que era cuando salía a cualquier lugar, le agradaba esta faceta porque esa era su verdadera personalidad, la despreocupada y explosiva personalidad que bien le caracterizaba, esta parte de él que casi podría asegurar nadie más conocía.

- Lolito guarro, lamento decirte que el baile se te da fatal

- ¡Yepaa! Tío que va, si soy la ostia en esto del movimiento de caderas

Chocaron sus puños entre pequeñas risas, al poco tiempo Frederick llego en busca de atención por parte de su dueño quien no dudo en mimarlo entre tiernas palabras. Sin percatarse de la dulce mirada con la que el pelirrojo le observaba.

Sus ojos verdes dejaron de prestarle atención al moreno, dejo el control sobre el sofá para dirigirse a la cocina por la cena que había preparado para ver juntos el programa, entre charlas de cómo había ido el día de ambos y enterándose así, del rompimiento de Auron y Mónica. Sintió su corazón acelerarse por la noticia. Claro que mostro tristeza y apoyo emocional que como amigo debía brindar, pero cierta parte dentro de él no paraba de dar saltos de felicidad.

- Que jodido, pero venga ya que la vida es corta y nosotros tenemos un maratón por empezar

- Vamos a darle - Sentados en el sofá, con dos platos de pasta a los tres quesos en la pequeña mesa de sala y sodas en la mano, dieron un brindis.

Con el paso de las horas la luz del sol que se colaba por la ventana que daba al pequeño balcón fue escaseando hasta que la única iluminación era la televisión, entre risas y comentarios burlescos por el programa de "Los cossi". Lolito recostado con sus pies descansando sobre el regazo del castaño quien se encontraba cómodamente sentado, sin importarle que el menor ocupase casi todo el espacio.

La mente de ambos no podía evitar recordar sus tiempos en universidad y cuando por razones económicas, habían terminado compartiendo piso. Después de graduarse cada uno consiguió su propio apartamento, Auron por la razón de que debía respetar la intimidad con su pareja de aquel entonces y Lolito por tener la esperanza de que así sus sentimientos cambiaran.

- Ya vuelvo, voy a mear, pon pausa -

- Que cabrón te vas en la mejor parte -

- No seas llorón - Y desapareció por el pasillo.

Mientras esperaba tomo su celular, ignoro los mensajes y entro directo a su Twitter en busca de cosas interesantes para leer, pero termino encontrando algo mejor tanto así que termino sentándose por la sorpresa y emoción. Justo en el momento exacto donde su amigo regresaba del baño quien le observaba con una expresión de curiosidad.

- ¡Auron mira! -

- ¿Y eso?... ¡Ostia! Si son los del programa, joer macho los sigues en Twitter ¿en serio?

- Tu sigues al tipo mamadisimo, no te hagas el santo - Lolito agito sus manos para restarle importancia y le sonrió, conocía bien esa expresión. - Mi mano derecha te tengo una propuesta.

Los siguientes minutos tuvo que escuchar como su amigo le retaba a participar en aquel tonto sorteo, explicándole con lujo de detalle que si no ganaba le pagaría cien karmas de oro más estar a su disposición para cualquier trabajo sucio, refiriéndose obviamente hacer los quehaceres de su casa y entre eso estaba el limpiar el excremento de Frederick por dos meses.

- Ay mi Loli, cada día más tonto - Dijo abrazándolo con un exagerado dramatismo, claro que se preocupó por las pocas neuronas que la menor tenia, si lo pensaban con detenimiento, él las tenía todas de ganar. No hacía falta ser un experto en probabilidad para saber que su oportunidad de ganar era una en un millón y si aun así no estabas seguro, solo bastaba ver cuántos comentarios tenía el tweet.

Obviamente iba aceptar.

No hablo sobre lo que le daría si llegase a perder y el contrario tampoco, ambos sabían que nada sucedería, pero les gustaba el bobeito. Cuando todo se tranquilizó volvió a reproducir el programa que se encontraba en pausa, hasta que el sueño se apodero de ambos.





Lo que Lolito le mostro a Auron:

Lo que Lolito le mostro a Auron:

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𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓶𝓲𝓼𝓽𝓪𝓴𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora