𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 3

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Conforme pasaron los días el asunto de la apuesta fue olvidándose, entre las largas sesiones y los pequeños viajes que el modelo tenía que hacer para el proyecto en el que estaba trabajando. Auron tampoco se quedaba atrás, su agenda estaba al tope, los dos se encontraban tan ocupados que su martes de maratón tuvo que recorrerse al viernes. Había tantas cosas por hacer que la apuesta no era relevante.


- Lolito tu amigo es psicólogo ¿verdad?

El mencionado levanto la mirada de su celular donde hablaba con Auron, Rubén le miraba esperando su respuesta con un emparedado en su mano izquierda, estaban teniendo su descanso de diez minutos y después debían regresarían a trabajar.

- ¿Te refieres a Auron? Pues sí y no es porque sea su amigo, pero el tío es muy bueno. ¿Por qué me preguntas?

- Últimamente tengo unos ataques de ansiedad horribles, estoy preocupado porque este proyecto no salga bien ¿Sabes lo que te digo? Entonces mi compañera de piso me dijo que buscara ayuda psicológica, pero no tengo puta idea de donde ir o que es lo que tengo que hacer.

- Vale, mira te paso el número de su consultorio para que agendes una cita, te atenderá Adam es su secretario – Hizo una pequeña pausa para poner su mano en el hombro del noruego - Y te entiendo, todo esto es un proceso, estoy segurísimo que Auron te ayudara.

- Gracias, de corazao

Cuando el descanso termino ambos regresaron a sus actividades.


El proyecto del que Rubén estaba tan preocupado se trataba sobre la primer pequeña línea de ropa y aunque le había repetido numerosas veces que todo iría bien. Su amigo seguía comiéndose la cabeza. Desde que lo conocía sabía que su compañero siempre le daba por preocuparse en exageración, pero Lolito confiaba tanto en el talento que tenía el menor que no dudo en apoyarlo cuando le conto que planeaba sacar su línea de ropa. Ahora a pocas semanas del lanzamiento oficial el noruego no la estaba pasando nada bien.

No solo era modelo, dentro del proyecto el ayudaba a corregir errores en cuestión a la calidad de la tela o el tipo de estampado que querían, aplicando bien lo que había aprendido en su carrera de diseño de moda.

Toda esa semana tan llena de trabajo que no le daba ni el tiempo o más bien las ganas de revisar sus redes sociales, todo contacto se resumía en Auron y sus compañeros de trabajo. Apenas ponía un dedo dentro de su pequeño apartamento y el sueño se apoderaba de él, había veces en que llegaba a la una de la mañana, siendo un modelo debía cuidar su rostro, odiaba que su pálida piel demostrase los estragos de una noche en desvelo.


Cuando el viernes llego, el trabajo no se hizo esperar y más tarde el cansancio se había apoderado de su amigo el noruego quien en media reunión cayo desmayado por tanto agotamiento, eso sumado a los constantes ataques de ansiedad que tenía. Al final tuvo que dirigir la reunión mientras el más joven era llevado a un espacio tranquilo, todos estaban con los nervios de punta y Lolito no se caracterizaba por tener un buen humor cuando estaba demasiado tenso.

Muchas veces habían llegado a decir que parecía un demente cuando se enojaba, Raúl incluso se burlaba de aquello porque su rostro que se ponía de un rojo brillante por lo furioso que estaba, decía que los ojos parecían oscurecerse al punto de parecer un loco. En su defensa podría decir que su mal temperamento se debía a parte de su adolescencia, durante la preparatoria donde había formado parte de numerosas peleas por haberse metido con él por su delicada apariencia.

Lolito no era una simple cara bonita, también era un excelente luchador había ganado gran parte de todas aquellas peleas y aunque en su momento le costó muchas suspensiones, siempre estaba orgulloso. Auron a veces le brindaba ayuda con su puño y dice a veces, porque cuando llegaba, el pelirrojo ya había ganado.

Era una regla general.

Nunca hagas enojar a Lolito.



Cuando Rubén logro recuperar la calma, esta no le duro mucho pues el mayor había llegado a reprenderle sobre su falta de conciencia y que debía cuidar su salud, después de todo era el quien estaba cargo de dirigir su propio proyecto, se sintió culpable pero acepto su error, no era momento para sentirse débil, estaba siendo intimidado por la feroz actitud de su amigo pero debía aceptar su error y ponerse firme, esto era una pequeña parte de su sueño por lo que tenía que salir lo mejor posible.

El noruego suspiro con alivio al ser salvado por el teléfono del mayor, vio con diversión como el pelirrojo respondía con rapidez y no había que ser inteligente como para saber con quién se estaba mensajeando.

Lolito tenía su boba sonrisa mientras tecleaba en su celular, su enojo se esfumaba con tan solo hablar con Raúl. Mordió su uña del dedo pulgar mientras volvía a leer los mensajes, sentía mariposas en su estómago por la idea de que su mejor amigo le fuese a recoger después de su agotadora jornada laboral. Su burbuja de felicidad se rompió cuando Rubén le aviso que debían volver al trabajo y con mucho pesar se tuvo que despedir de Auron.

Al menos se consolaba con la idea de que vendría por él, irían al apartamento del pelirrojo ya que la semana pasada habían ido al del castaño y ambos verían el programa.

𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓶𝓲𝓼𝓽𝓪𝓴𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora