Muerte por mil cortadas (Starker)

Enchanted

S.H.I.E.L.D estaba ofreciendo una gala benéfica a todos
aquellos que fueron afectados por los acontecimientos de las
guerras peleadas por los vengadores.
Y ahí se encontraba Peter, en un lugar al que sabía que no
pertenecía, él solo era el amigable vecino spiderman, no se
comparaba con aquellos que estaban delante de él.

Nadie se acercaba a él, y no esperaban que lo hicieran, total
no sabían quién era él, los demás se preguntaban qué hacía un
niño en un lugar tan importante.
El solo fingía una sonrisa cuando alguien volteaba a verlo, o
forzaba una risa cuando algo “divertido” pasaba. El lugar se
había vuelto cansado y solitario.
Peter sabía la falsedad e hipocresía que se escondía en esas
cuatro paredes, hacían esas “causas benéficas” para quedar
bien ante el público.

Estaba tan aburrido que se puso a jugar con los tenedores, se
los puso alrededor de su boca como si fuera una morsa, se
acordó de donde estaba que se los quitó rápidamente, sus ojos
vagaron viendo si alguien lo había visto hacer el ridículo.

Y si, alguien lo estaba viendo, este hizo un gesto con sus
manos simulando ser una foca para después reírse, Peter estaba
rojo como un tomate en el punto exacto.

Todo se desvaneció, cuando vio a ese extraño levantarse de su
asiento y abriéndose camino hacia Peter.

“¿Nos conocemos?” dijo aquel hombre mayor, “muy mayor” pensó
peter “pero condenadamente guapo”.
Se dieron la mano y el más grande dijo “Mi nombre es Anthony
Stark, pero puedes decirme Tony”, claro que Peter sabía quién
era, su ídolo de toda la vida, y este le estaba dando la mano.

“Mi nombre es Peter Parker, me puede decir Peter”. El otro
soltó una risa, “me gustaría escuchar esa risa todo el día"
pensó el menor.

Así se la pasaron una parte de la noche, hablando de ciertos
temas, y con un Peter con las mejillas sonrojadas cada vez que
Tony le coqueteaba y este solo riendo de las reacciones de
aquel mocoso.

Los pies del mayor comenzaron a moverse al ritmo de la
guitarra de Prince, volteo hacia el menor y dijo vamos a
bailar, este entre tanto balbuceo le dijo que no sabía bailar,
Tony solo volteo los ojos “No te estoy preguntando” y lo jalo
directamente a la pista.

“She wore a
Raspberry beret
The kind you find in a second hand store
Raspberry beret
And if it was warm she wouldn't wear much more
Raspberry beret
I think I love her”

Se movieron sin ritmo alguno, solo disfrutando el momento.

Después de un rato de estar bailando, fueron hacia afuera,
estaba haciendo frío, y el mayor le ofreció su chaqueta al
menor, olía a café y donas.

La tía May llego arruinando el momento, “Peter es hora de
irnos”, el mencionado solo suspiro, estrecharon las manos pero
ambos querían cerrar la noche de una manera diferente.

“Vamos Peter, no ves que mas entrada la noche el Uber cobra
más caro” dijo la mujer, sacándolos de su trance.

Ambos rieron y se dedicaron una última mirada.

Peter y la Tía May iban en el carro, la mujer quería sacarle
información del porque estaba hablando con uno de los hombre
más ricos del mundo.

Llegó a una conclusión, “Quiere hacerte su Sugar Baby” dijo
con la boca abierta de la impresión.
Este solo rio de las ocurrencias de su tía. En la radio se
podía escuchar una canción que bien podría ser catalogada de
una simple casualidad, o como lo tomo Peter, como el destino
diciéndole algo.

“You walked in
Caught my attention
I've never seen
A man with so much dimension”

Peter se dio cuenta de que dicha voz estaba describiendo a
Tony.

“It's the way you walk
The way you talk
The way you make me feel inside
It's in your smile
It's in your eyes
I don't wanna wait for tonight”

La última línea le cayó como un balde de agua, no podía
esperar hasta que el destino quisiera reencontrarlos.

Se bajó del carro aun cuando este estaba en movimiento, solo
escucho el grito de su tía, corrió y corrió pero sus
pensamientos empezaron a llegar.

“¿Y si Tony ya tiene a alguien?, o peor si está enamorado”.

Rogaba por que no fuera así, “Si el destino quiso que nos
encontráramos, no puede ser tan cruel de no dejarnos estar
juntos”.

Llegó a su destino, esperanzado de que Tony todavía estuviera
ahí, después de vagar sus ojos por todas las personas que aun
estaban ahí, lo pudo divisar a lo lejos. Sintió como todo el
aire se esfumaba de sus pulmones.
Se iba acercar pero qué le diría, “ya se, le diré que se me
olvido darle su chaqueta de vuelta”, era una pésima excusa
pero era mejor que decirle “oye, escuche una canción que te
describe a la perfección y me di cuenta de que quiero estar
junto a ti, sin saber si tu también quieres estar conmigo”.

Se acercó a paso lento y cuando Tony lo vio, le regalo esa
sonrisa coqueta que tanto lo caracterizaba, Peter empezó a
balbucear, “Noche… Chaqueta… este, ahm… quiero regresar tela”,
Tony no entendía un carajo de lo que decía, y mientras el
mocoso hablaba, una hermosa mujer se acercó a ellos.

“Peter, quiero presentarte a mi esposa Pepper Potts” dijo con
una gran sonrisa.

Y Peter se dio cuenta de que el destino sí que podría ser muy
cruel.

Este solo fingió una sonrisa, “Mucho gusto Sra. Potts, Tony
solo quería devolverte tu chaqueta”, trataba de que su voz no
se escuchara rota.

Este solo se dio la vuelta conteniendo las lágrimas, no
importaba que hubiera conocido a Tony esa misma noche, porque
para él fue brillante y se negaba a dejarla ir.

Y de verdad esperaba que Tony fuera tras de él, aun cuando
este no tenía razones para hacerlo, que le dijera que la noche
fue mágica y que no lo dejaría ir.

Esperaba que solo fuera el principio de la historia no el
final.

El nombre de Tony iba a hacer eco en su mente, quién sabe por
cuánto tiempo.

Siempre va a retener esas palabras.
“Estuve encantado de conocerte Tony”.