Girl At Home

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Industrias Starks era un gran paso para su vida laboral, claro que no había sido fácil, competía junto otros 42 candidatos, sólo para el puesto de secretario de la secretaria de Pepper Potts, no era lo mejor, y aun así eso en su currículum significaba mucho. Al graduarse de la universidad creyó por error que todo ya estaba resulto, mas equivocado no podría estar, ni ser el mejor de la clase o de su generación, por decir mucho, no era nada, le hubiese gustado mas conseguir algo mas acorde a su carrera, ingeniería biónica, pero el no tener experiencia le jugaba en contra, aparte ya era hora de que aportará algo a su casa, su tía se hizo cargo de el desde que era un niño, así que el cambiar roles se necesitaba ya. El salario no estaba nada mal, siete dólares la hora, lo mínimo y lo suficiente.

Hoy era su primer día, los nervios le hacían sentir que la corbata lo estaba ahorcando, cosa que no era así, nunca antes había vestido formal, y no entendía el porque tenia que ir así cuando sólo iba a ir por los cafés, como Andy, esperando que su jefa no fuera Miranda. Tomo su rumbo hacia la fabrica con la esperanza de que todo saliera bien, ni si quiera tomo el desayuno con miedo a que este se regresara; noto como una gota de sudor recorría su frente, la limpio pero mas aparecían.

- Aquí tiene joven - Dijo el taxista mientras le extendía una servilleta.

- Muchas gracias -.

- Traje nuevo, sudor y nervios, ¿Primer día de trabajo? -.

Un suspiro - Si, así es -.

- Es cuestión de respirar y vera que todo estará bien -Paro el taxi en la entrada - Bueno hemos llegado -.

Bajo del taxi y le entregó el dinero a ese hombre robusto - Muchas gracias -.

- Suerte -.

Entro al edificio, a pesar de que ya había estado ahí no lo recordaba tan grande, tan espacioso y tan lleno de vida, gente yendo de un lado a otro, unos con cafés, papeles y algunos hasta con tres celulares, a su parecer todo era muy corporativo, y nunca le ha gustado ese mundo, pasar tu tiempo en un una ofician entre juntas y papeleo, y aun así ahí estaba, preparado para una nueva vida, tenía en claro que tomo el trabajo para mejorar todo alrededor de el, pero algo que no había admitido ni siquiera a el mismo, es que había otra razón, tal vez algo mas pasional, mas carnal, más… Ni  siquiera el podría ponerle palabras, nunca pensó que conseguiría el empleo, y esa era la razón de su nerviosismo, sabia por algunas fuentes que el casi no se la pasaba en la empresa, que era muy rato verlo ahí, y aun así tenia esa punzada de que algo iba a pasar o tal vez solo era la emoción del momento, de compartir el mismo espacio que su ídolo, que el de su amor platónico, ni siquiera supo en que momento comenzó tal atracción, simplemente sucedió, y es que ni siquiera se consideraba gay, pero si aquel hombre con barba de candado quería darle en contra del escritorio no se iba a negar ¿Quien podría hacerlo? Exacto, nadie, claro que no eran mas que fantasías, sueños, tocarse en la regadera… Y quien diría que aquello se haría realidad de la peor manera posible.

Se dirigió al elevador y espero unos cuantos segundos y cuando las puertas se abrieron nadie podría decirle que las casualidades no existen, aquel del que estaba pensando, estaba frente a el, Tony Stark, con un traje azul marino de tres piezas, y esos lentes tan característicos de el, dudo por unos segundos si era real lo que estaba frente a el.

- ¿Vas a subir chico o no? -.

El solo seguía ahí parado como idiota.

Se escucho un suspiro del mayor y este solo se acerco a los botones para dejar atrás a ese estúpido.

- Uhm si - Entro y marco piso numero tres, la incomodidad estaba muy presente, bueno por parte de el - Mi nombre es Peter Parker - Extendió la mano pero no recibió respuesta alguna - Y así fue todo el trayecto, que a pesar de que fueron segundos el lo sintió como horas. Las puertas se abrieron y cuando estaba a punto de salir pudo sentir una nalgada, se detuvo, volteo y el mayor solo le guiño el ojo y el elevador se cerro. No tenía idea de como sentirse, acaso  fue acosado laboralmente o fue participe de algún ritual de bienvenida que el desconocía, pero prefirió callarlo hasta despejar sus dudas, si no iba a quedar como un tonto, pero por dentro estaba gritando como colegiala, y en poco tiempo aquella emoción se disperso al verla a ella, Pepper Potts, la había visto en revistas y la televisión pero en persona era mucho mas bella, alta, pelirroja, delgada sin muchos atributos, y aun así no parecía necesitarlos, y ahí fue cuando sintió culpa, tal vez no sabia que significaba aquello que había pasado en el elevador con el Sr. Stark y no tenía pensado hacerlo. Solo imaginarse que ese toque significaba algo mas lo hacia sentirse enfermo, era como volver a la universidad…

Muerte por mil cortadas (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora