Grupo T.O.T.S.D.F

Capítulo 4: ¡Experimenté una erección!

Doble actualización. 🔥

Al llegar a casa mamá pregunto por la reunión, no le dije nada, solo que me sentí un poco incómodo.

Y era lo cierto, todos ellos me hicieron sentir incómodo, ¿de quién sería la idea de un grupo así?. La verdad no me imaginaba como ese grupo haría que encontrará la confianza, todos tenían "pasatiempos" extraños.

¿Porqué los llamaban pasatiempos?
Debía preguntarles y...

¡No!

Me regañé mentalmente. Yo no debía volver ahí.

—Nathan, ¿está todo bien?. Preguntó mi madre.

Su voz me sacó de mí ensoñación.

—Sí, estoy bien.  Respondí lo más tranquilo posible.

—Bien, está tarde sí podré llevarte al grupo.

—¡No!—Exclamé—Debes estar cansada, estar de aquí para allá, mejor voy yo solo y...

—Ni hablar, iré yo, siempre te he acompañado en tus primeras veces.
Como en tu primer día de kinder, primaria, secundaria, preparatoria y ahora—Aplaudió—A un grupo de adolecentes que buscan orientación sexual, es algo normal hijo.

Mi madre tenía una rara definición de la palabra normal.

Mi plan no era volver, mentiría diciendo qué aún iba o simplemente le diría después qué ya no quería acudir.

Pero de nuevo la suerte no estuvo de mi lado.

Sin más remedio al terminar de comer, exactamente a las 2:50 de la tarde, bajaba del auto, me recargue en la ventana. Mi madre tenía la mano en su cinturón , por su mirada indecisa sabía qué se debatía sí acompañarme hasta la puerta o marcharse.
Sin más desabrochó su cinturón y descendió del auto.
Suspiré fuerte.

—¡Buenos tardes nuevo!.

Mi madre y yo miramos al frente en dónde se encontraba Mónica la chica de lentes, Astrid y Octavio.

Y recordando a mí lista mental, estaba a punto de darme la vuelta y huir muy lejos de ellos, claro lo habría hecho si mi madre no hubiera apretado mí hombro haciendo notar su presencia.

—Hola chicos. Saludé

—¿Son amiguitos tuyos?. Preguntó mi madre.

¿Alguna vez su madre los a hecho pasar pena?.
La mía sí, cómo esa vez de mí infancia exactamente en primaria el malote de la escuela me molestaba, y mi madre pensó que era mi amiguito, lo invitó a la casa y le mostró mis fotos de niño las más vergonzosas, y sí fui el juguete de ese niño por al menos dos años más.

Pero justo ahora era un momento incómodo para mí.

—Son integrantes del grupo, ella es Mónica, Astrid y Octavio.

—Un gustó. Contestaron solo las voces de Mónica y Octavio.

Note qué Astrid movía sus pies de manera inquieta.

—Podemos entrar ya.  Dijo Astrid, nadie respondió y camino hacía la entrada.

—Es hora de entrar, descuide señora...

—Parra.

—Parra, nosotros cuidaremos de Nathan. Dijo Octavio al mismo tiempo qué tiraba de mi brazo.

Mi madre pareció dudar, lo supe porque su boca se fruncía, pero aceptó despidiéndose de nosotros y subiendo al auto.

—Vaya pensé que no se marcharia.
Octavio movió su cabeza.