Rubén, un chico de 18 años que regresa a España para continuar con sus estudios universitarios. Junto a sus dos amigos casi hermanos Mangel y Auron.
Después de pasar 2 años en Noruega junto a sus padres, se encontrará con varias personas que le reco...
Un nuevo día comenzaba para el azabache, el día anterior había dormido muy temprano por lo que ahora tenía energía de más
Se dirigió a la cafetería para desayunar, encontrándose a Luzu tomando las ordenes de otras personas
-Buenos días Luzu!
-Oh, Vegettita! Buenos días- dijo el castaño con una libreta en la mano esperando la orden del contrario
-Me podrías dar un pedazo de pastel de chocolate y una malteada de fresa, por favor
-Claro que si, ahorita te lo traigo- y sin más desaparecio de su vista
Mientras esperaba su comida pensaba en que haría después, tenía dos horas libres antes de su primer clase
En su mente un recuerdo paso como un rayo, ya sabía que haría, volvería al lugar donde vio por primera vez al albino
Muy en el fondo quería volver a escuchar esa voz tan dulce y una leve sonrisa se marco en su rostro Sus pensamientos fueron interrumpidos por Luzu, que al parecer lo había estado llamando desde hace unos minutos
-Joe' vege, te pasa algo? Llevo un rato llamandote
-Eh!... no, no me pasa nada- dijo el azabache con un leve rubor en sus mejillas
-Haré como si me creyera eso por ahora- dijo con una sonrisa burlona
-No pasa nada Luzu, en serio- dijo mientras hacía un puchero al mayor
-Oye, Vegetta- dijo el más alto mientras bajaba la vista a sus pies
-Si? Que pasa?- el menor noto la tristeza en el rostro del castaño
-Es que- hizo una pausa mientras devolvía su mirada al azabache- ayer vino un chico a la cafetería y algo en él me recordo a Rabis... no creo que fuera el- solto un suspiro- ya sabes, el era bajito y regordete... pero ese chico es todo lo contrario, pero algo me inquieta de el
-Luzu- llamo al castaño casi en un susurro- sabes que Rubén se fue hace dos años, no creo que quisiera volver- dijo el menor un tanto triste
-Lo se Vegetita, pero es que- miro al menor mientras sus ojos se cristalizaban
-Ya, ya, tranquilo- dijo mientras abrazaba al castaño- Auron no te ha querido dar su número aún?
-No, dice que lo mejor es que nos alejemos de el
-Perdón, yo tengo la culpa- dije mientras miraba con tristeza a Luzu
-No vege, creo que todos la tenemos- dijo mientras me rodeaba con sus brazos
-Bueno, ya chaval, creo que deberías seguir trabajando- agarre mis cosas y me despedí a la distancia
Lo que dijo Luzu me dejo algo triste, en el fondo quería que fuera verdad el que mi osito estuviera aquí
Pero por otra parte, sabía que eso era imposible, ¿Por que volvería después de tanto tiempo?
Me dirigí al mismo sitio de ayer, con la esperanza de ver al albino
Cuando lo conocí, no pude preguntar su nombre y en las clases no lo menciono, por lo cual esperaba poder preguntarselo hoy
Pero para mi mala suerte, no lo encontré. Durante el día no lo pude ver por los pasillos, así que con mal humor me dirigí a mi dormitorio para hacer los trabajos de ese día
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Rubén
Habia dormido muy tarde por jugar con Irina
Por lo cual al levantarme y ver la hora, note que eran las 12:30 pm Maldije entre dientes, había perdido mis clases del día por no colocar la alarma
Me duche y cambie para luego dirigirme a la cafetería por algo de comer, ya era hora del almuerzo así que las mesas estaban ocupadas
Compre unos sándwiches y algo de beber para luego dirigirme de nuevo al dormitorio
Había quedado de salir con Mangel y Auron a un parque cercano
Al llegar al lugar recuerdos vagos atravesaron mi memoria
La vez que patinamos en el lago congelado, cuando veníamos de picnic con nuestros amigos y padres
-Que tal las clases Mahe
-Muy bien Rubiuh y las tuyas?
-La verdad, me quede dormido- dije con algo de vergüenza
-Pero si ya te dijimos que debes dormir temprano- dijo el de menor estatura
-Si lo se, perdón, esta será la primer y última vez que lo hago
Pasamos la tarde dando vueltas por el lugar y comprando alguna que otra tontería
Al regresar al dormitorio me senté en el escritorio para comenzar a dibujar, este era una manera de pasar el tiempo
Pero no tenía nada en la cabeza para dibujar, deje mi mano ir y venir por el papel. No sabía muy bien que estaba haciendo hasta que pude terminar
Y ahí es donde me di cuenta de lo que era, unos hermosos ojos morados brillantes
Pero... ¿Donde los había visto?
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Solo tengo un recuerdo, El recuerdo de esos ojos oscuros
El color tan profundo, El color de una noche estrellada
Miles de constelaciones en ella Y en ningún momento he encontrado otra identica
