𝐋𝐀 𝐌𝐈𝐊𝐎 𝐏𝐇𝐀𝐍𝐓𝐎𝐌𝐇𝐈𝐕𝐄 (EDITANDO)

🥀 capitulo 5🥀

 Devolvió su mirada al ventanal, perdiéndose nuevamente en sus pensamientos. Se sentía desubicada en aquel lugar, pero sin duda alguna era mejor estar ahí a dónde estaba antes; y hablando de eso, ¿cuánto tiempo estuvo durmiendo? Joder, se desesperaba cuando no tenía idea de lo que pasaba a su alrededor en estos momentos.

Sin nada más que hacer se quedó contemplando el cielo. Soltó un suspiro de frustración al ver qué se estaba demorando el dichoso dueño de la mansión.

Tenía que ser paciente, pero lamentablemente se le estaba acabando la poca paciencia que tenía.

Varias preguntas se le pasaron por la cabeza, ¿Como carajos fue que llegó a la mansión?, ¿Qué es lo que quieren de ella?, ¿La venderán o La volverían una esclava? ¿En qué año estaba? Mierda, ya sentía venir el dolor de cabeza al tener tantas preguntas y pocas respuestas. Menuda vida la suya.

Por toda la habitación se escuchó el eco de la puerta al ser tocada, tres golpes se escucharon. Sin más que decir se quedó callada esperando a que entrara lo que ella creía era el dueño de la mansión.

Sus ojos se abrieron de sorpresa al ver quién ingresaba por la puerta, soltó un pequeño jadeo mientras se le aguaban los ojos, sintió un nudo en la garganta, y sin más soltó pequeñas lágrimas.

—veo que no has cambiado—cerró la puerta detrás del él. Caminó hasta quedar a lado de ella—kagome.

la abrazó fuertemente sintiendo ese calor que nunca pudo olvidar y que anhelaba volver a sentir.
Sonrió cuando sintió como Kagome le devolvía el abrazo igual de fuerte.

Se separó de ella, mirando su cara y después a su cabeza.

—¿y tus orejas?

Kagome soltó una ligera risa, subió sus manos a la cabeza y cuando las retiró lentamente aparecieron sus orejas, las empezó a mover en distintas direcciones, captando diferentes sonidos a la vez, todo bajo la atenta mirada de Ciel.

—lamento eso, es un reflejo que todavía no controlo muy bien—sonrió con leve vergüenza. —lo mismo sucede Con mis colas, al momento en qué me siento completamente en peligro las oculto ya que al ser zonas un poco delicadas tienden a ser el punto perfecto para el ataque de un enemigo—explicó

—ya veo

—por cierto... ¿En dónde estoy exactamente y en qué año?

El menor suspiró, tenía que contarle lo que había pasado en estos dos años que pasaron, omitiría varias cosas que por el momento no le contaría hasta más adelante o que ella misma lo descubriera, cual fuera de las dos opciones no le quedaría más que aceptarlas.

—estas en mi mansión, la mansión Phantomhive para ser exactos—Habló pausadamente, se sentó en la cama, preparándose para la larga charla que tendrían—estamos en el siglo XIX, año 1888. Reino Unido, Inglaterra

Kagome se quedó pensativa por unos segundos, trató de recordar las pocas clases de Historia sobre la cultura occidental.

—¿época de la Reina victoria? —susurró más para sí misma, pero no contó con que el ojizarco la escuchara.

—¿época? —repitió la pregunta Con una ceja alzada, la miró esperando una explicación del porque sabía el nombre de la actual reina, lo único que recibió en respuesta fue una sonrisa, sabiendo claramente que no tendría más respuestas.

—y bien... Cuál va a ser mi función aquí—le dijo alegremente, estaba ansiosa por hacer algo, no le gustaba estar mucho tiempo sin hacer algo, prefería estar ocupada a estar quieta y sentirse una inútil.

—No vas a trabajar Kagome—le respondió frunciendo su ceño, no pensaba poner a trabajar a kagome, no señor, era lo último que haría—eres una invitada... No te dejare trabajar, serás atendida como a una Lady en esta mansión.