Lolito (Claude x Alois)

Capitulo 2

Ambos siguieron caminando,finalmente la joven mujer se detuvo y miro a su izquierda.

—Y ese es Alois—.Presentó Amaya señalando a aquel hermoso chico de cabellos dorados.

Este se encontraba leyendo una revista,justamente los aspersores se activaron por lo que la blanca camisa del chico empezó a transparentarse un poco,dejando ver con más claridad su esbelta figura y sus pequeños shorts los cuales resultaban casi imperceptibles por el largo de la blanca camisa. El chico siguió leyendo la revista ya que el agua al parecer no le molestaba.

—Y estas son mis azucenas...—.Claude apenas logró la voz de la mujer,sentía que se alejaba.

El hombre no podía dejar de ver a ese hermoso chico,aunque la mujer le mostrara otra de sus plantas,Claude se había quedado sin palabras y no era por el bello jardin.

—Amo las azucenas—.Dijo la señora Macken con una pequeña sonrisa mientras miraba la ya mencionada planta,al parecer no se percataba de la mirada del hombre a su pequeño hijo.

—Azucena es un lindo nombre,¿No cree?—.Preguntó la mujer aun sin voltearse esperando la respuesta del contrario.

—Bellisimo—.Respondió aún mirando al niño que al parecer ya tenía unos 14 años.

El menor de manera algo juguetona movia un poco sus tobillos al sentir el agua en sus pies desnudos.

El agua seguía empapando al rubio pero a este no parecía importarle,paso la página dejando ver una imagen de la bella Marilyn Monroe,nuevamente paso la página y vio al sonriente cantautor Frank Sinatra.

Finalmente el chico al sentir la persistente mirada del mayor se volteó para verlo fijamente y después sonreír dulcemente,lentamente desvío su mirada y siguió con su lectura con aquella pequeña sonrisa aún en sus labios.

Claude no pudo evitar devolverle la sonrisa.

—Hermoso—.Susurró el pelinegro,finalmente salió del trance y siguió a la mujer la cual ya hace unos cuantos segundos se había alejado.
—¿Cuanto dijo que costaba la habitación?—.Preguntó el pelinegro con notorio interes.

🍒🍒🍒

Unos cuantos días más tarde Claude decidió sentarse en los escalones que unian el bello jardín con la casa.

La sombra del pequeño chico se reflejaba en las grandes sabanas que su madre le había pedido que recogiera.
El rubio cargaba una gran cesta donde ponía todo lo que ya se había secado.

El pelinegro a pesar de estar leyendo el periódico no podía evitar ver de reojo a Alois quien estaba recogiendo las sabanas.

El rubio era un poco más bajo de estatura en comparación con los chicos de su edad por lo que se subió al borde de una pequeña fuente para comprobar si una de las fundas de las almohadas ya estaba seca,al ver que si,la tomó.

Al parecer Alois no notaba la mirada insistente del mayor hacia él,o talvez si pero no era algo que le molestara realmente.

El menor con la cesta en brazos empezó a acercarse a Claude,el cual había sido descubierto con las manos en la masa por así decirlo,ambas miradas se habían encontrado.

El rubio pasó frente al hombre,lo miraba de reojo para finalmente después dirigir su mirada al frente.

Esquivó las piernas estiradas de Claude las cuales realmente estaban molestando allí al estar atravezadas en el camino.

Finalmente el oji-dorado siguió leyendo el periódico con aparente tranquilidad pero con el corazón latiendo a todo lo que da.

🍒🍒🍒

Claude ya en su habitación abrió su libreta y sacó una pequeña cinta la cual pertenecía a su difunto Sebastián,siempre llevaba esa cinta como marca paginas,ya que sentía que su amado lo estaba acompañando.

El pelinegro tomó del escritorio otro par de gafas y se las colocó,dejando a un lado las que se había quitado.

Un hombre normal...Dada una fotografía de un grupo de colegiales y al que se le pida señalar a el más adorable...No necesariamente elegirá a la nínfula entre ellas.

Debe ser un artista.
Un loco,lleno de vergüenza,melancolía y desesperación para
reconocer a ese pequeño mortal demonio de entre los otros...

El cuarenton se asomó a la ventana para ver a su querido Alois,el cual estaba jugando al tenis con su querido amigo Luka,hijo de una vecina y amiga cercana de la madre de su adorable Alois. El rubio puso la raqueta de tenis en la cara del contrario en forma de broma,pero poco a poco se fue acercando al rostro del menor cubierto por la raqueta,Claude desde su perspectiva no pudo notar si los dos chicos llegaron a rozar sus labios. Una pequeña sonrisa salio de los labios de Claude el cual estaba algo enternesido por esa escena.

El permanece
no reconocido por ellos inconsciente,el mismo de su fantástico poder.

F

inalmente Alois se despidió de Luka con un beso en la mejilla.

—¡Nos vemos,araña!—.Exclamó el castaño con tono burlon y una pequeña sonrisa en sus labios. A lo que el rubio le respondió...

—¡Tenlo por seguro,chihuahua!—.Exclamo Alois para despues poner la raqueta sobre su espalda

—Claro,Daniel Boone—.Siguió el menor con la broma mientras se alejaba de la casa.

—Jodete,Pato Lucas—.Exclamó el rubio con una pequeña sonrisa en sus labios dándole la espalda a su amigo.

🍒🍒🍒

Ya era bastante tarde y Claude seguía escribiendo en su maquina de escribir,finalmente puso su mentón sobre su mano no muy convencido por el resultado.

Algo agobiado el de gafas se levanto de su asiento,encendió la radio y volvió a su lugar.

Dirigió su mirada al marco de la puerta en donde Alois se asomaba con un pijama con estampado de cerezas. El chico miraba al mayor fijamente.

—Me despertó—.Dijo Alois con voz somnolienta y cansada,refiriéndose al ruido de la radio.

El mayor se quedó viendo al rubio atentamente por unos segundos hasta que finalmente reaccionó al comentario del chico.

—Lo siento—.Se disculpó para después inmediatamente apagar la radio.
—Ya termine—.Dijo Claude sacando la hoja de la maquina de escribir. De reojo miraba a Alois de pies a cabeza.

El oji-azul solo suspiró mientras miraba al cuarentón frente suyo,finalmente salió de la habitacion,pero Claude lo siguio,bajó las escaleras y caminó hasta la cocina,donde se encontraba el menor sentado frente al refrigerador con la puerta abierta de par en par.

Alois miraba al parecer un cómic perfectamente colocado en el refrigerador,y sacó un pequeño tazón con cerezas,puso una en cada dedo de su mano derecha y empezó a comerlas mientras leía la tira cómica del periódico.

Claude estaba realmente enternecido.

Fin del capitulo dos. Nos vemos en el próximo capitulo.