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Un pequeño pálido de apenas 4 años cumplidos, se asomaba por una puerta mientras su Padre hablaba con un amigo, le había dicho que no interrumpiera, pero era un niño, ¿qué clase de niño no tenía curiosidad a esa edad?.

Se notaban serios, estaban hablando sobre tierras, o almenos eso entendió el pequeñajo.

"¿Oh?, ¿ese es tu hijo, no?".
El Señor que se veía más joven aproximadamente de unos 20 años apenas, había notado al pequeño espiarles.

El Padre estaba a punto de regañar a su hijo como nunca en su vida, cuando notó una sonrisa en su amigo, y un suave tono salió de los labios de este.

"Ven pequeño, puedes venir con nosotros, no tengas miedo".
Sonrió el castaño, hecho que hizo que el pequeño pelinegro entrara con miedo pero yendo directo al chico, que le decía con delicadeza que se sentara al lado suyo, cosa que obedeció.

Tenía la personalidad de su Madre, era muy agradable.

"Vaya vaya...Se parece tanto a Sung-Ha...".
Habló nuevamente aquel castaño, haciendo que el padre viera a su hijo.

Su hijo se veía miedoso de aquella mirada proporcionada por él.

Aquel miedo desapareció cuando sintió una mano cálida en su cabeza, acariciando sus oscuros cabellos.

Sonrió a aquel tacto, cosa que notó el castaño.

"¿Te tiene miedo?".
Preguntó el joven.

"No es de tu incumbencia."
Respondió el padre del menor cosa que hizo que el castaño frunciera levemente el ceño.

"Tan orgulloso como siempre, Min".
Reprochó el moreno negando con la cabeza mientras veía al pequeño mirarle con curiosidad.

"¿Has pensado en tener un hijo con tu esposa, Lee?".
Preguntó el mayor presente mientras interrumpía aquella escena, cosa que hizo al castaño sonrojarse mientras desviaba la mirada.

"Lo estamos planeando...Probablemente en un futuro no muy lejano".
Contestó risueño el castaño, acto que ocasionó una sonrisa de parte de su mayor.

Y ahí se quedaron hablando un rato los señores, cuando llegó la hora del castaño de irse de regreso con su mujer.

Se levantaron y comenzaron a caminar hacia la salida, cuando un jalón en su ropa llamó la atención del joven adulto.

"¿Huh?, ¿qué sucede pequeño?".
Sonrió este esperando una respuesta del pequeño, cosa que no sucedió en unos momentos.

"Desde que su madre falleció, no quiere hablar, menos conmigo".
Habló seriamente el padre del pelinegro mientras seguía caminando, volteando al instante al escuchar un tartamudeo débil.

"T-t...t-tu...t-tu eres c-como m-m-mamá...¿p-puedes q-q-quedarte p-p-...p-por favor?..".
Suk-Hyun hacía mucho esfuerzo para hablar.

El adulto joven se quedó analizando lo que aquel pequeño había dicho, mientras volteaba a ver al padre que igual que él estaba sorprendido.

El padre soltó un suspiro.

"Si puedes, ¿podrías hacerme el favor de quedarte esta noche por favor?".
Preguntó el pelinegro mayor, nostálgico por aquellas palabras con esfuerzo de su hijo.

"Claro, no creo que a mi mujer le moleste".
Sonrió viendo como Suk-Hyun hacía una sonrisa de oreja a oreja demostrando lo mucho que le agradaba ese chico.

Unos momentos después, Suk-Hyun se encontraba siguiendo al chico a cualquier parte de la casa, como si el castaño fuera una gallina y el pollito, cosa que dejó enternecido al mayor.

Suk-Hyuuun!, ¡es hora de dorm-".
Este calló cuando vió al joven dormido con su hijo acurrucado al lado de él, de la misma manera como lo hacia con su fallecida madre.

El pelinegro mayor no pudo aguantar las lágrimas y tomó aire para después limpiarlas, sonreír e ir a su respectiva habitación.

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