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Una chica un año mayor que Suk-Hyun, observaba como él hablaba con aquel castaño pequeño.

Lo envidiaba, lo envidiaba tanto, era tan perfecto como para ser un chico.

Esta se sonrojó levemente por la sorpresa al ver que aquel pálido la volteaba a ver alzando una ceja seguida de una sonrisa, la estaba saludando.

La chica se acercó a aquel dúo de menores con una sonrisa amigable para dar confianza.

"H-hola...Soy Young-Mi, es un gusto".
Se presentó viendo como Suk-Hyun se levantaba del suelo haciendo una reverencia ante ella, cosa que la sorprendió.

"Soy Suk-Hyun, es un gusto conocerte, Young-Mi."
Habló gentilmente cosa que sonrojó un poco a la contraria.

La atención de la mayor se centró en aquel pequeño del grupito, quien abrazaba la pierna de Suk-Hyun "apropiándose" de este.

"Hola pequeño".
Sonrió Young-Mi siendo alejada por un grito del chiquillo.

"¡E-el es m-mi esposa!, ¡a-a-alejate!...".
Chilló Han-Suk con miedo adueñándose de Suk-Hyun quien soltó una risa nerviosa.

"No te robaré a tu esposa, yo seré amiga de tu esposa".
Habló tranquilamente viendo como Han-Suk la miraba con un brillo en los ojos.

"S-soy H-han-Suk...".
Habló bajito.

"Suk-Hyun, se que esto es muy repentino, pero sé que te gustan los Hanbok para mujer".
Habló directamente la mayor susurrando diciéndole a Suk-Hyun quien se asustó por la información de golpe.

El pelinegro abrió la boca para hablar, siendo inmediatamente callado por la castaña mayor que volvió a hablar.

"No le voy a decir a nadie, tranquilo, vivo sola...Solo es que soy costurera, pero no tengo ninguna modelo para mis hanbok...he visto que tienes una buena figura...¡Por favor sé mi modelo!".
Interrumpió la mayor haciendo una reverencia rezando para que su menor aceptara.

El pálido se sonrojó de golpe al escuchar aquello, se probaría Hanbok's sin ser juzgado ni nada, estaba emocionado, mucho.

A lo cual asintió rápidamente con una sonrisa cosa que emocionó igualmente a su mayor quien empezó a dar saltitos.

El menor escuchó que su "Futura esposa" se probaría Hanbok's y el brillo en sus ojos se intensificó al igual que su sonrisa.

La mayor vió al menor del grupo quien se veía emocionado debido a ello.

"Tu también irás pequeñín, me puedes ser de ayuda."
Sonrió suavemente.

Han-Suk abrazó la pierna de su ahora Unnie, quien reía con suavidad y ternura al ver a aquel niño abrazar su pierna con tanto cariño.

"Ahora si me permiten...¡Vayamos de una vez!".
Gritó la castaña asustando a sus dos menores a quienes tomó de las manos y corrió tan rápido como pudo.

Era muy rápida, más de lo que pensaron.

Llegaron a lo que parecía una casa abandonada, estaba descuidada y parecía caerse a pedazos.

Fueron jalados nuevamente por aquella chica para entrar a la casa, era raro, se veía completamente diferente por dentro, estaba limpia, bien cuidada y habían dibujos de modelos de ropa alrededor de la casa.

El menor de ellos veía aquellos dibujos con aquel brillo en sus ojos, estaba sorprendido.

La pelicastaña mayor se dió la vuelta para verlos.

"Bueno, este es mi búnker".
Sonrió viendo como los otros dos estaban confundidos por aquella última palabra, rodó los ojos yendo a abrir un mediano armario, el cual sorprendía por la cantidad de prendas dentro a diferencia de su tamaño.

El pelinegro abrió la boca sorprendido debido a la hermosa vista para él.
La castaña fue hacia él cerrándole la boca tomándolo por el mentón y sonrió con emoción.

"¿Empezamos?".

...

Un Suk-Hyun calmado se encontraba sentado en el suelo siendo maquillado por su menor, quien estaba sorprendida por lo bien que se veía la piel de aquel.

El menor de los tres veía a su Hyung con emoción a que se terminara el maquillaje.

Young-Mi dejó la brocha con tinte rojo a un lado con delicadeza admirando a su ahora obra maestra quien la miraba confundido.

Ambos castaños se sonrojaron al ver aquella vista.

Han-Suk se paró a abrazar a quien él decidió que iba a ser su futura esposa, haciendo que el otro riera suavemente.

La mayor se levantó sacando el Hanbok que Suk-Hyun tanto admiraba, aquel rosa suave con tonos azules y blancos.

Los ojos del pelinegro brillaron al ver aquel Hanbok.

"Acompañame, te enseñaré donde te puedes cambiar".
Sonrió la mayor guiándo a su menor quien la seguía con emoción.

Pasaron unos cuantos minutos antes de que Young-Mi corriera con todo lo que había en el closet donde se encontraba Suk-Hyun.

Ambos pelicastaños esperaban afuera a ver aquel pálido salir aunque era ayudado por la pelicastaña mayor.

Entonces salió con un Hanbok femenino blanco digno para boda, junto a los toques dorados que adornaba este más los adornos del mismo color.

Ambos pelicastaños se le quedaron viendo por un largo tiempo, cosa que incómodo totalmente al pálido.

La pelicastaña se dirigió a él con una reverencia.

"POR FAVOR QUEDATE COMO MI MODELO, TE PAGARÉ CON LO QUE QUIERAS".
Gritó fuertemente desde sus pulmones cosa que volvió a asustar al pálido ya que fue repentino.

El menor de los tres yacía sentado admirando la vista, había escogido bien sin duda, una buena esposa.

Así duraron toda la tarde, un Suk-Hyun cansado y dos castaños pidiéndole que se probara más prendas.

Iba a ser una larga semana sin duda...

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