—¡Vaya, bribón, de verdad te atreviste a aparecer!
Jisung notó como todos los ojos se enfocaban en él. Su hermana y sus cuatro empleadas; todos los ojos lo miraban. Sonrió un momento como él lo sabía hacer, lanzando su mochila a una de sus empleadas, mientras de despojaba de su casaja de cuero negra, deslizándola por su cansado cuerpo de veintiún años para luego echar un vistazo a lo que tenía al frente. La casa estaba igual a como la dejó hace tres semanas, lo único que había cambiado era la mesa del comedor, que estaba atiborrada de todos los platos hábitos por haber. Su sonrisa sinvergüenza se ensanchó, mirando ahora a la que era su hermana.
—¿Por qué no aparecería? ¿Acaso no enviaron al chófer para que vaya por mí?
—No sé, pensé que te quedarías por ahí, haciendo lo que te gusta...
Puta. ¿Haciendo lo que le gusta, dijo? Pensó Jisung.
Bueno, quizá, Wonyoung tenía razón. Cada vez que llegaba de viaje, se iba a cualquier pub cercano y terminaba follando a media ciudad. Sí, claro, era extraño que hoy no se encontrase "haciendo lo que le gusta".
—¿Por qué? ¿Alguna de tus amigas está disponible, hermanita?
—Imbécil.
—Si es que es así, sólo avisa y pásame su dirección. No, no, mejor dile que vengan ellas para acá, pues el que les hará el favor seré yo.
—Cerdo, creo que quieres morir...
Jisung reprimió una carcajada, lanzándole su abrigo en el rostro y caminando hacia la mesa vacía para sentarse y engullir todo lo que sea posible. Si hoy no habría sexo, al menos había comida, ¿no? Tomó un plato frente a la incrédula mirada de su hermana y lo llenó de fideos, llevándoselos a la boca luego.
—Jisung, qué bueno tenerte temprano, ¿cómo te fue en Boston?
La voz de su padre lo detuvo enseguida. Los fideos tocaron su boca, pero esta no los probó. Se levantó enseguida, fingiendo la mejor sonrisa que podía. Su madre también lo miraba con el rostro más serio que había visto en su vida, repleta de esas estupideces enormes alrededor de su muñeca, sus orejas y su cuello.
—Pensé que vendrían luego y tenía mucha hambre. —Hizo una reverencia mal hecha y se sentó de nuevo, echándole un ojo al espagueti. —No pasó nada interesante en Boston, la charla estuvo muy aburrida, pero hice lo mejor de mí, créanme.
Sí, exacto, él había hecho lo mejor de sí; se había reventado todas las botellas del hotel, había tocado todos los culos expuestos en la piscina, había tenido sexo acuático, había llevado a su habitación a todas las que fue posible y mientras asistía a la charla empresarial, había flirteado con señoras mayores que él. Jisung había hecho lo mejor de sí, de eso no cabía duda. Observó como todo el mundo se sentaba alrededor de la mesa.
—Qué bueno que estés interesándote más, sabes que es por tu bien, debes ya empezar a prepararte para hacerte cargo de la empresa. —Su madre habló de repente, llevando la mano hacia las uniformadas criadas. —Sírvenos el vino y ven, llévate algunos platos, que están de más.
¿Hacerse cargo de la empresa? Esa era la mayor bobada que había escuchado en su vida, pero no dijo nada y sólo se llevó la comida a la boca, maldiciendo en su mente. En realidad, sólo había accedido a ir a Boston por dos razones. La primera era que podía ventilarse las neuronas y follar con extranjeras y la segunda, obviamente, era que si no lo hacía, su padre era capaz de amputarle los testículos y desheredarlo. Así como lo escuchaban. Dos de las criadas se acercaron rápidamente, retirando uno que otro plato en silencio.
—Traeme un vaso de zumo de naranja con tres cubitos de hielo. —Wonyoung se cruzó de piernas, sin prestar atención a la comida que se encontraba en su frente. —Pero rápido, por que me duele la garganta.
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Inocencia Pasional || Chensung
FanfictionHay cinco cosas que vuelven loco a Jisung. 1: La forma en la que el rostro inocente de Chenle se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2: Como Chenle desciende la mirada cada vez que lo siente cerca. 3: Como Chenle se resiste c...