🌹; Capítulo O9 (1/2)

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—No me engañes, Jisung, ¿en serio, no eras tú?

Jisung tecleó algunas palabras más y cerró la tapa de su notebook con brusquedad, volviéndose hacia Renjun, que estaba recostado sobre una de las sillas de su dormitorio, con una lata de cerveza en sus manos.

—No voy a repetírtelo una vez más, Huang, ¿para qué demonios iría solo al lugar ese?

—Es que no puedo aceptar que estoy ciego tío... pero tienes razón, Jaemin tampoco te vio, así que probablemente aluciné o algo así.

Le lanzó una cerveza y Jisung la atrapó en el aire, colocándola sobre sus piernas, mientras se sacaba la húmeda toalla que rodeaba su cuello y la lanzaba al suelo. El agua de su cabello se resbaló por su cuello y empapó toda su camiseta sin mangas. Maldición. Abrió la jodida lata con los dientes y se bebió la cerveza de un trago, sintiéndola arder sobre su seca garganta.

—Es que creí que te habías ido de shopping con tu morena del látigo. —Renjun se levantó del asiento, elevando las cejas con una risa algo sarcástica.

—¿Shopping? ¿Qué carajos es eso? No me jodas, Huang, ¿o me ves la cara de gay?

Jisung lanzó la lata de cerveza hacia su escritorio, colocando un rostro asqueado ante las risitas de Renjun. Era un verdadero estúpido, pero tenía que soportarlo. Lo había aguantado más de ocho años, así que no había mucho por hacer. Además, se había olvidado de la idea de que era él al que había visto y eso era lo mejor que podía haber hecho.

—Oye, ¿no es demasiado temprano para beber?

—Nunca es demasiado temprano ni para follar ni para beber. —Jisung se lanzó de nuevo hacia su asiento.

—Lástima que se acabaron las cervezas. Por cierto, ¿y tus padres?

—Ni rastro de ellos, si se desaparecen de por vida, genial, tío. Mientras me hereden todo, no hay problema conmigo.

Renjun se encogió de hombros, tecleando algo en su celular, mientras una sonrisa se colaba en su rostro.

—¿Y tu hermana? Me enteré de que tiene nuevo esclavo, lo publicó en su muro con corazoncitos y toda la cosa.

El asco se incrementó en el rostro de Jisung, que simplemente se mordió el dedo pulgar con fuerza y negó con la cabeza un par de veces.

—Es una despreciable de lo peor, debería irse al diablo con todas esas estupideces. Si no llevase mi sangre, posiblemente la hubiera matado.

Escuchó que Renjun se reía de nuevo y luego se levantaba, tomando las llaves de su auto y lanzándolas en el aire para tomarlas de nuevo.

—Me tengo que ir, me está llamando mi padre. Te veo en la noche, ¿bien?

La puerta se cerró de golpe y Jisung abrió nuevamente su computadora portátil, sacando un cigarrillo de sus jeans negros. Sin embargo, el sonido de la puerta lo hizo volverse al instante.

—¿Qué te olvidaste ahora idiota? —Soltó, buscando el encendedor en todos sus bolsillos. —Pasa.

Escuchó como la puerta se abría lentamente y entonces la imagen que apareció ante sus ojos no fue la de Renjun, sino la de su atractivo criado, que mantenía una sonrisa en los labios y la mirada en el suelo, sosteniendo una bandeja con alimentos, sin moverse del umbral de la puerta de su dormitorio.

—Buenos días, Jisung, traigo tu desayuno.

Jisung se metió el cigarrillo entre los dientes, mientras sus oscuros ojos se deslizaban desde su cabeza hasta sus pies, recorriendo su cuerpo con lascivia. Traía una camiseta blanca y unos jeans tan malditamente provocativos. Su entrepierna reaccionó de inmediato cuando se imaginó quitándoselos bruscamente y apretándole ese bonito trasero hasta el cansancio. Los recuerdos del momento que había pasado solo en el baño, la noche anterior, aparecieron en su mente y sintió como su respiración se aceleraba y la sangre se le calentaba con tan solo pensarlo de nuevo. Cada vez, esto se hacía más insoportable. Si seguía de ese modo, no podría resistirse más y lo terminaría haciendo suyo ahora mismo.

Inocencia Pasional || ChensungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora